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Miguel Arkangel
Película australiana que podría definirse como thriller (¿erótico?) con neonoir, protagonizada por David Bradshaw como un reportero que luego de salir de prisión, por negarse a revelar su fuente, deberá investigar la extraña muerte de un científico, que aparentemente estaba trabajando para los servicios secretos en la elaboración de una droga de control mental.
Había potencial aquí como para lograr una buena película: prostitutas torturadas... (seguir leyendo)