Perdición (1944)

Lo maté por dinero y por una mujer. Ni conseguí el dinero, ni la mujer. Estupendo, ¿verdad?

Jamás te ame, Walter, ni a ti ni a nadie. Estoy podrida hasta el alma
 

No quiero matarle, jamás lo he pensado. Ni siquiera cuando se emborracha y me pega

Había mucho dinero en juego...y una mujer... Lo perdí todo... Mala suerte

Jamás te amé, Walter, ni a ti ni a nadie. Estoy podrida hasta el alma
 

En aquel momento, no me interesaban a mí los peces de colores, ni los seguros de automóviles, ni el señor Dietrichson ni su hija. Estaba pensando en la señora Dietrichson y en la forma en que me había mirado. Deseaba volver a verla más cerca, sin aquella estúpida escalera entre ambos

Lo odio. No quisiera volver junto a él. Me crees, ¿verdad?. No puedo soportarlo más, qué me importa si me ahorcan

No me deja ir a ningún sitio, me tiene encerrada, es un roñozo. Hasta su seguro de vida tiene como beneficiaria a su hija

¿Y si me echo a llorar y pongo la cabeza en su hombro?. - ¿Por qué no intenta ponerla en la de mi marido?

Esta es la vida que elegimos. Y una cosa está clara. Ninguno veremos el cielo

Nunca pensé que pudiera ocurrirme tal cosa
 

¿Cómo podía yo saber que el crimen huele a veces como la madreselva?