 No registrada |
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Gilles De Rais
Las únicas dos veces en que alguien habla en todo el metraje, es el tatuajes que sufre las pesadillas, en dos sobresaltos al despertarse de éllas y decir el título de la película en ambas ocasiones. Yo, sin ser en absoluto un fanático de esta subcategoría - como es el ultragore -, sí he de reconocer que me gusta. Lo justo, pero lo suficiente. Eso sí, siempre agradezco que la excesiva cantidad de splatter, vísceras y demás, por muy desagradable que sea,... (seguir leyendo)