Una ciudad inglesa es escenario de una guerra de pandillas de color. Un hampón, espantado, sube frenéticamente unas escaleras mientras es afanosamente perseguido por su casera. Al fin se libra de la rolliza mujer y encerrándose en una habitación donde se topa con una "obi", que es una botella llena de tierra de cementerio de mal agüero. La botellita cae al piso y el muchacho, aterrorizado, se arroja + al vacío por la ventana. Dos hampones más son víctimas de este poder maléfico y el inspector a cargo (Richard Coleman) recibe una denuncia del padre Goodman (Olaf Pooley) que sorprende a un individuo escarbando en el camposanto. Interesado acude a un hostel universitario multiracial, cuyo director (Basil Dignam) es un especialista en todo lo relativo a folklore y tradiciones jamaiquinas. Durante el almuerzo, cae una taza de café y el director se descompone. Más tarde, el director confiesa a su asistente Dick (Anthony Ainley) que ha recibido una obi y el muchacho, escéptico, baja al sótano y la arroja al incinerador. A la otra noche, otra obi aparece en el licorero del director, causándole auténtica aprehensión al pobre catedrático. Se dice que al romperse, estas botellas liberan espíritus diabólicos. En las inmediaciones del edificio aparecen colgadas varias aves de corral que han sido decapitadas, símbolo de una brujería vudú conocida como "Obeah", así que convocan al padre Goodman para opinar al respecto. ¿Tendrá algo que ver con las temibles botellitas el desagradable ordenanza (Brylo Forde)... o el joven estudiante Danny (George A. Saunders), que necesita dinero para mantener a su novia embarazada?
Sinopsis:
Una ciudad inglesa es escenario de una guerra de pandillas de color. Un hampón, espantado, sube frenéticamente unas escaleras mientras es afanosamente perseguido por su casera. Al fin se libra de la rolliza mujer y encerrándose en una habitación donde se topa con una "obi", que es una botella llena de tierra de cementerio de mal agüero. La botellita cae al piso y el muchacho, aterrorizado, se arroja + al vacío por la ventana. Dos hampones más son víctimas de este poder maléfico y el inspector a cargo (Richard Coleman) recibe una denuncia del padre Goodman (Olaf Pooley) que sorprende a un individuo escarbando en el camposanto. Interesado acude a un hostel universitario multiracial, cuyo director (Basil Dignam) es un especialista en todo lo relativo a folklore y tradiciones jamaiquinas. Durante el almuerzo, cae una taza de café y el director se descompone. Más tarde, el director confiesa a su asistente Dick (Anthony Ainley) que ha recibido una obi y el muchacho, escéptico, baja al sótano y la arroja al incinerador. A la otra noche, otra obi aparece en el licorero del director, causándole auténtica aprehensión al pobre catedrático. Se dice que al romperse, estas botellas liberan espíritus diabólicos. En las inmediaciones del edificio aparecen colgadas varias aves de corral que han sido decapitadas, símbolo de una brujería vudú conocida como "Obeah", así que convocan al padre Goodman para opinar al respecto. ¿Tendrá algo que ver con las temibles botellitas el desagradable ordenanza (Brylo Forde)... o el joven estudiante Danny (George A. Saunders), que necesita dinero para mantener a su novia embarazada?
voodoo, entes sobrenaturales, posesiones, quizas su guion necesita pulirse un poco para lo que nos quiere relatar, pero dentro de todo no esta nada mal, quizas yo esperaba mas, luego de leer su sinopsis, si bien no llego a llenar mis espectativas, el filme para su tiempo es adecuado.
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ragman
voodoo, entes sobrenaturales, posesiones, quizas su guion necesita pulirse un poco para lo que nos quiere relatar, pero dentro de todo no esta nada mal, quizas yo esperaba mas, luego de leer su sinopsis, si bien no llego a llenar mis espectativas, el filme para su tiempo es adecuado.
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