Obviamente Doctor, usted nunca fue una niña de 13 años.
Los árboles, como pulmones, se llenan con aire. Mi hermana la malvada, me jala el pelo.
Sentimos el encarcelamiento de ser una chica.
Ella era el punto fijo del mundo en movimiento.
Eres una reina de piedra.
Aguardiente de durazno. A las chicas les encanta.
Al final, teníamos las piezas del rompecabezas pero sin importar cómo las uniéramos, quedaban brechas.
Lo que quedó de ellas no fue vida sino la lista más trivial de hechos mundanos.
Lo que quedó de ellas no fue vida sino la lista más trivial de hechos mundanos.
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