Alan Dwan explicó que el productor Benedict Bogeaus intentó estafar al reparto y al equipo haciéndoles creer que estaban rodando un piloto para una serie de televisión, lo que implica sueldos más bajos. Sin embargo, estando ya en Churubusco a punto para rodar, los sindicatos mexicanos de cinematografía le vieron el plumero a Bogeaus: al llegarles copias del guion comprobaron que eso no era un telefilm, y exigieron que se pagara lo estipulado por los acuerdos sindicales del país, aunque fueran casi todos extranjeros. Así, el rodaje, previsto para cinco semanas, duró una, y Dwan tuvo que trabajar a destajo para cumplir con el ahora bajísimo presupuesto y usar decorados ya construídos en Churubusco y alrededores. Se espabilaron bien, sacaron la peli adelante y al menos cobraron lo que tenían que cobrar.
Encima, el karma se cebó en el listillo de Bogeaus: la RKO, para quien había hecho el proyecto, quebró, y la peli tuvo que esperar en sus latas tres años hasta que Columbia le compró los derechos.
bigladiesman
Alan Dwan explicó que el productor Benedict Bogeaus intentó estafar al reparto y al equipo haciéndoles creer que estaban rodando un piloto para una serie de televisión, lo que implica sueldos más bajos. Sin embargo, estando ya en Churubusco a punto para rodar, los sindicatos mexicanos de cinematografía le vieron el plumero a Bogeaus: al llegarles copias del guion comprobaron que eso no era un telefilm, y exigieron que se pagara lo estipulado por los acuerdos sindicales del país, aunque fueran casi todos extranjeros. Así, el rodaje, previsto para cinco semanas, duró una, y Dwan tuvo que trabajar a destajo para cumplir con el ahora bajísimo presupuesto y usar decorados ya construídos en Churubusco y alrededores. Se espabilaron bien, sacaron la peli adelante y al menos cobraron lo que tenían que cobrar.
Encima, el karma se cebó en el listillo de Bogeaus: la RKO, para quien había hecho el proyecto, quebró, y la peli tuvo que esperar en sus latas tres años hasta que Columbia le compró los derechos.
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