En el inquietante plano donde vemos a la pobre Tao-Li ahogada en su bañera, la actriz Claude Dantes se está impecablemente quieta, pero no puede evitar mover ligeramente sus hermosos y azules ojos, disminuyendo ligeramente el poder de esa imagen.
No es culpa suya, por supuesto, estos actos reflejos que pilla la cámara son una putada.
Errores: 2
paulcrosnier
Cuando el inspector Sylvester llama a Clarice a la comisaría para interrogar a los sospechosos, la sombra de una cámara es visible en la pared.
Reportar