Curiosidades de La Momia Azteca contra El Robot Humano (3)
bigladiesman
2 Mar 2012
[Valen por toda la trilogía]
Ramón Gay, uno de los grandes galanes del cine latinoamericano, fue un hombre de tempestuosa vida. Protegido (y se dice que amante) de un actor célebre en México, Arturo de Córdova, fue un gran rompecorazones, fama que le persiguió de manera fatal: en 1962, su compañero de reparto en una obra de teatro (otro actor famoso), que sospechaba que Gay se entendía con su exesposa, le disparó entre bambalinas, matándolo en el acto. El asesino salió de la cárcel a los pocos meses por buena conducta y desapareció misteriosamente
Jesús Velázquez fue el más famoso villano de los rings mexicanos durante muchos años. Un peso medio muy destacado, del tipo “rudo”, después de esta, su primera experiencia cinematográfica realizó unos 30 guiones a la vez que fue nombrado comisionado de la Federación de Lucha Libre de México D.C. (el primer “villano” en lograr tal posición). Ello se debía a su educación, talante conciliador y alta cultura fuera de los rings, que ocultó al público –que lo quiso mucho por lo que era: el malote -hasta el final de sus días. Aunque aparece en los créditos de la trilogía, solo aparece en la primera parte.
Crox Alvarado fue un actor de irregular carrera (combinando obras maestras del séptimo arte con auténtica basura) que antes de coger esta profesión se hizo famoso como luchador en la primera gran época de la lucha libre mexicana: los años 30. Como apareció como actor en la primera película de Santo, “El enmascarado de plata” (donde de hecho el auténtico Santo, Rodolfo Guzmán, no aparecía), mucha gente lo tomó como el verdadero rostro del mítico luchador, hasta que su aparición junto al auténtico Santo en la película de 1968 “Atacan las brujas” descartó esta hipótesis. Aunque generalmente usaba dobles en las escenas de lucha, parece que esta saga, donde interpreta al aparentemente cobarde Pinacate, que tiene una identidad secreta como el justiciero enmascarado El Ángel no los usó. El hombre ya era veterano y sus movimientos resultan un tanto torpones.
bigladiesman
[Valen por toda la trilogía]
Ramón Gay, uno de los grandes galanes del cine latinoamericano, fue un hombre de tempestuosa vida. Protegido (y se dice que amante) de un actor célebre en México, Arturo de Córdova, fue un gran rompecorazones, fama que le persiguió de manera fatal: en 1962, su compañero de reparto en una obra de teatro (otro actor famoso), que sospechaba que Gay se entendía con su exesposa, le disparó entre bambalinas, matándolo en el acto. El asesino salió de la cárcel a los pocos meses por buena conducta y desapareció misteriosamente
Jesús Velázquez fue el más famoso villano de los rings mexicanos durante muchos años. Un peso medio muy destacado, del tipo “rudo”, después de esta, su primera experiencia cinematográfica realizó unos 30 guiones a la vez que fue nombrado comisionado de la Federación de Lucha Libre de México D.C. (el primer “villano” en lograr tal posición). Ello se debía a su educación, talante conciliador y alta cultura fuera de los rings, que ocultó al público –que lo quiso mucho por lo que era: el malote -hasta el final de sus días. Aunque aparece en los créditos de la trilogía, solo aparece en la primera parte.
Crox Alvarado fue un actor de irregular carrera (combinando obras maestras del séptimo arte con auténtica basura) que antes de coger esta profesión se hizo famoso como luchador en la primera gran época de la lucha libre mexicana: los años 30. Como apareció como actor en la primera película de Santo, “El enmascarado de plata” (donde de hecho el auténtico Santo, Rodolfo Guzmán, no aparecía), mucha gente lo tomó como el verdadero rostro del mítico luchador, hasta que su aparición junto al auténtico Santo en la película de 1968 “Atacan las brujas” descartó esta hipótesis. Aunque generalmente usaba dobles en las escenas de lucha, parece que esta saga, donde interpreta al aparentemente cobarde Pinacate, que tiene una identidad secreta como el justiciero enmascarado El Ángel no los usó. El hombre ya era veterano y sus movimientos resultan un tanto torpones.
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