Ficha Maniac

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Críticas de Maniac (4)




Miguel Arkangel

  • 27 Mar 2020

7


Dwain Esper fue el pionero en utilizar el sexo o las enfermedades mentales como ganchos para atraer al público a sus extravagantes proyectos cinéfilos. Es, sin duda, el padre del exploitation.

Estrenada el 15 de septiembre de 1934, basada muy libremente en un par de relatos de Edgar Allan Poe, y con un presupuesto raquítico de apenas US$7.500, “Maniac” es un delirio que narra la historia de un actor de vodevil (Bill Woods) que es reclutado por un científico completamente demente (Horace B. Carpenter), para que lo asista en sus experimentos de revivir a personas fallecidas inyectándoles una extraña sustancia. Las cosas se salen totalmente de control y veremos a un paciente que se cree gorila, y al ser inyectado, se transforma en un maniaco sexual, que secuestra a una chica (una fallecida revivida), la lleva a un bosque, le desgarra la ropa (hay una escena en topless impensable para la época) y procede a violarla; le arrancan un ojo a un pobre gato y se lo devoran (una escena simulada, felizmente ningún gato fue lastimado realmente); dos mujeres se desgarran la ropa y luchan armadas con jeringas, etc., es decir, una demencia psicotrónica total.

Personajes y actuaciones exageradas, diálogos ridículos pero de alguna manera inteligentes, imágenes de pesadilla, (escenas robadas de otros filmes, superpuestas para crear escenas oníricas y pesadillescas) y desnudez gratuita, se combinan en una experiencia visual única y surrealista. En su estreno la película pasó sin pena ni gloria, pero en los 60s fue redescubierta, había sido retitulada “Sex Maniac”, y ha ido ganando desde entonces una buena base de fans, tanto entre críticos como entre cinéfilos, y hoy goza de justo reconocimiento como lo que es, una película indispensable dentro del género fantástico y el génesis del exploit.



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mahotsukai

  • 2 Oct 2019

6



Rareza explotation con características de thriller de a inicios de los 30s, dirigida por Dwain A. Esper, considerado el padre del explotation moderno con otros títulos como “Marihuana” (1936) y “How to undress in front of your husband” (1937).

Don Maxwell es un ex artista de vodevil, especializado en imitación, que se convierte en ayudante del trastornado científico Dr. Meirschultz, y se convertirá en criminal cuando asesine a su benefactor por accidente y no pueda controlar un severo ataque de demencia y paranoia, que lo llevará a asumir literalmente la personalidad de Meirschultz.

Dwain Esper (1894-1988) fue un adelantado de su época, qué duda cabe. Veterano de la I Guerra Mundial, Esper incursionaría en el cine de los 20s y 30s, principalmente junto a su esposa, Hildagarde Stadie, quien fue autora de la mayoría de sus guiones, pero resaltando especialmente por incluir escenas gratuitas de desnudos y violencia, que atrajeran a los grupos menos conservadores de la sociedad estadounidense, por lo que claramente estamos hablando de un cine underground.

El guión, firmado por Hildegarde Stadie, su esposa como ya mencioné, puede definirse como una cruza del inmortal cuento gótico “The Black Cat” (1843) de Edgar Allan Poe y en menor grado “Frankenstein; or the modern Prometheus” (1818) de Mary Shelley, en donde el personaje, aparentemente secundario de Maxwell se convierte en un impensado protagonista, junto a una protagonista impersonal como lo es la demencia, y la paranoia, también.

A pesar de sus evidentes deficiencias técnicas y sus surrealistas momentos psicotrópicos, la trama se deja ver y no resulta para nada predecible. Maxwell no podrá con la demencia del Dr. Meirschultz, quien no contento con robar y resucitar el cadáver de un hermosa chica, ahora querrá implantar un corazón que tiene funcionando autónomamente, encargando a Maxwell un nuevo cadáver, chantajeándolo por haberlo salvado de la ruina. Cuando el demente científico le sugiera que se suicide al no encontrar ningún cadáver para el experimento y prometiéndole que lo resucitará, Maxwell acabará “por accidente” con el Dr. Meirschultz, y al no poder esconder el cuerpo, no encontrará nada mejor que susplantarlo, dadas sus habilidades de imitar.

El guión sugiere algunas situaciones narrativas escabrosas que parecen ser muy comunes, como cuando los guardias de la morgue señalan que el cadáver de la bella chica que robarán Meirschultz y Maxwell, ha tenido “más ocupado de lo indebido” al forense (necrofilia); o al criador de gatos que reconoce que los cría para luego descuerarlos y vender su piel como conejos, además de utilizarlos para cazar ratones.

Por otra parte, el guión no es perfecto, teniendo varios errores y vacíos argumentativos, como porqué el doctor y su ayudante son los únicos sospechosos de la ciudad en haber robado el cadáver; o que nadie se dé cuenta que el Dr. Meirschultz está siendo susplantado por Maxwell, y se crean rápidamente las versiones de Maxwell, que habla de una muerte accidental de Meirschultz y suya, según le convenga; o la forma poco compacta en que ingresan al personaje de la esposa de Maxwell.

El clímax resulta interesante, sobre todo cuando Maxwell manipula las situaciones de forma que todos los otros personajes se culpen y traten de eliminarse mutuamente, a través de mentiras. Todo este entuerto supone un villano con evidente inteligencia criminal, capaz de manipular a posibles víctimas y a la policía, pero que paradojalmente caerá por su insistente manía con el brillo en los ojos del dr. Meirschultz, el de la Sra. Buckley, y el de su esposa, quien ingresa a la historia a propósito de una supuesta herencia que Maxwell heredó de un pariente residente en Australia.

A pesar de su extensión, 50 minutos, la película recurre a ciertas artimañas como las típicas escenas de mujeres en lencería y uno que otro desnudo, como aquel en que Buckley toma a la chica que habían resucitado o en la escena en que Maxwell pide a una paciente que se desvista para ponerle una inyección. Además, siempre para expander el metraje, se incluyen textos explicando las características de las enfermedades mentales que comienzan a identificarse en Maxwell.

Como decía, la película recurre a algunos segmentos fílmicos externos para dar la idea de la demencia y el acoso de “los demonios internos” de Maxwell, escenas que fueron sacadas descaradamente de películas mudas como “Hëxen” (1921) del danés Benjamin Christensen y “Siegfried” (1923) de legendario director austríaco Fritz Lang. De la misma forma, la escena en la que el gato Satanás pierde el ojo a manos de Maxwell fue rodada con un gato tuerto, al que se le había colocado un ojo de vidrio que el actor pudiera retirar con facilidad.

No todo el reparto fue acreditado para este film, pero destacan el prolífico Horace B. Carpenter (“The unknown”, 1915), como el demente Dr. Meirschultz y Bill Woods (en su única película, luego se dedicaría al maquillaje cinematográfico) como el no menos loco Maxwell. Completan el reparto la actriz Phyllis Diller como la inescrupulosa Señora Buckley y Thea Ramsey como Alice Maxwell.

En resumen, una película modesta en términos técnicos pero no así en el aspecto narrativo, en donde cumple y se convierte en una rareza de su tiempo.

https://cineramica.blogspot.com/



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Gilles De Rais

  • 7 Feb 2017

5


En su epoca seria considerada una pelicula o un largometraje (si es que en 1934 ya se utilizaba ese calificativo dentro del, por entonces, jovencisimo mundo del septimo arte, la verdad no lo se). Lo que esta claro es que hoy en dia esto no pasaria de ser un mediometraje debido a su cortisima duracion (50 minutos exactos). En lo que concierne a la peli, es mas bien mala pero me he entretenido lo suficiente viendola. Sus puntos negativos: El peor sin duda, las sobreactuaciones del tal Maxwell y de la mayoria de actores que salen. Hay que reconocer que lo del tipo ese que imita creyendose que es el gorila de ¨Doble asesinato en la calle morgue¨ es completamente lamentable. Es bueno que gente culta (algo que yo desde luego por desgracia no soy) critique en esta fantastica e infinita base de datos del cine, como bigladiesman, que gracias a el ya se a que peli pertenecen las escenas que salen en forma de nebulosa, mas bien oniricas o del mismo pensamiento de una mente enferma, en las que sale gente en el infierno, la verdad es que era lo que mas me llamaba la atencion del film. Como he comentado antes, no creo que ni para su epoca esta sea una peli medio decente pues solo con las interpretaciones de patio de colegio sobra decir nada mas, pero sin duda es muy curiosa, poco conocida y (quizas debido a que es extremadamente corta) algo entretenida. Como rareza vale la pena, por cualquier otro motivo, no, en absoluto



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bigladiesman

  • 29 Mar 2011

--


No la puedo puntuar. Es la locura más grande del cine de la época. No hay que perdérsela: un monstruo maníaco sexual (se ven tetas, señoras y señores! Y violaciones!) en el año 1934 y en EE.UU., con unas interpretaciones tan lamentables e hilarantes y unos valores de producción tan pésimos (atención a las imágenes de archivo de ¨Maciste all¨ inferno¨ de 1925 que se asoman en algunos momentazos ¨Pull the string!¨) que la convierten en una de las grandes comedias involuntarias de la época. Pillaos una cerveza, buscadla en internet, que es de dominio público, vedla, reíd hasta que la cabeza os reviente como en Scanners y disfrutad.



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Críticas: 4


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