Con esta indecente película, el realizador valenciano puso punto y final ha su carrera cinematográfica. Esta es la típica película de ciencia ficción de serie b en la que abundan nombres y planetas mil, aparecen personajes de la nada y van muriendo sin ton ni son. El inicio es igual a la de los peplum, esas en las que te dan un montón de información en el primer minuto y luego no se dignan a desarrollar nada de lo citado, todo queda empantanado en la orilla sin penetrar en la marea, y tienes que deducir mucho para ir hilando lo poco que se puede. Lo de la herida del villano Tarn que no va expandiéndose por el resto del cuerpo, y de golpe y porrazo muta integramente, es de chiste.
El sol explota y el sistema solar desaparece, solo quedan unos pocos supervivientes que son los nexus, unos replicantes y magos que deciden morir pero luego aparecen de nuevo en una cueva, ¡bravo! Y otro decide viajar al único planeta habitable que es Taron introducíendose por un agujero negro que succiona también a Athor, el próximo heredero de ese planeta, ahí reside el villano Tarn que es inmortal gracias a la inhalación de un gas que por otro lado lo va mutando. Luego está la historia de la hija del exiliado que no tiene ni pies ni cabeza y una batalla final sin ningún tipo de gracia, ahora bien, algunos diálogos absurdos no tienen desperdicio, esas conversaciones disparatadas ya no se ven, y es raro viendo la cabezas huecas que abunan por la esfera azul.
A - ... y además está enamorada de un joven...
T - ¡Cómo se llama...!
A - No tiene nombre.
T - ¡Donde se conocieron...!
A - En sueños...
Pues ahí veis un ejemplo, de lo descacharrante que se presenta el asunto.
Mala... y por supuesto, aburridísima, salvo alguna escena.
Una película con un rollo más épico de la cuenta, con un presupuesto aceptable y unos efectos suficientes para la época.
Cuesta asimilar eso de que sea una película española/inglesa/checa, vaya cosas...
En general, el ambiente está bastante currado y la historia es compleja, pero el que sea todo tan cutrecillo y las actuaciones reguleras, hacen que se te haga bastante pesada pese a durar hora y media...
Para ver y olvidar.
Críticas: 3
Steel
3
El Príncipe de Beckelar puesto de LSD va en busca de una tía que no conoce ayudado por gente como una androide sexual naturista a través de decorados de cartón piedra y efectos dignos de un Spectrum contra un malo con berrugas...
Y éste bien podría ser el resumen. Una idea que desarrolada de otra manera y con menos ambición y más presupuesto hubiera estado muy chula y no un churro.
Lo del LSD por los diálogos. O se está drogado o no lo entiendo. Y los decorados muy chulos pero demasiado cantones. Los robots sí me han hecho gracia pero aparte de eso, mejor no buscarle sentido alguno.
Me gusta (0) Reportar