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La ¨Psicosis¨ Británica.
Siendo un fan del slasher, me han dicho numerosas veces que TENIA que ver esta película, la cual es considerada para algunos una pionera dentro del sub-genero, y un favorito de culto dentro de la comunidad. Me sorprendió gratamente lo bien que envejeció y lo mucho que me gustó.
Mas allá de algunas escenas demasiado teatrales para mi gusto, esta entretenida reliquia trata sobre un tema muy adelantado a su tiempo, que es el uso de la cámara y los medios de comunicación como voyerismo, incluso comparando la relacion entre fotógrafo/modelo a la de un predador y su presa (Esto ultimo es solo una interpretación y no algo que se muestre directamente en la cinta).
La estrella del film es sin duda el protagonista (¿O debería decir Antagonista?): Mark Lewis. Un chaval normal, agradable y tímido pero muy trastornado, teniendo un Modus Operandi e historia/motivaciones únicas, especialmente en una época donde esta trama y problemática era inusual. Si no me equivoco, también invento el famoso uso de la cámara primera persona sobre el asesino, que luego John Carpenter haría popular en Halloween. Karlheinz Böhm cumple con creces en su papel, el personaje no hubiese sido tan memorable sin el, una actuación muy intensa y creíble. Y lo mejor de todo es que su personaje es genuinamente aterrador: ¿Un chaval obsesionado con la perversión mórbida, que nació antes que el Gore fuese de muy fácil acceso en el internet? Yo no lo subestimaría.
Otra cosa que beneficio mucho a esta peli fue la dirección de Powell, tan solo hace falta ver la escena de Vivian como para notar toda la atención al detalle que el director puso: Los colores, la escenografía, la expresión de Mark, el dialogo, la construcción y ejecución son perfectas, sin mencionar que la forma en que esta escrita el guion tiene momentos de horror puro donde uno no sabe como puede terminar cierta escena.
El personaje de Helen, una joven algo inocente, sirvió su propósito en instalarse como el interés amoroso, dándole a la audiencia la chance de conocer mas sobre este amable, pero perturbado y perturbador personaje.
Peeping Tom es una de esas películas que volveré a ver en un futuro si la vida me lo permite. Quizá hasta practique mi imitación de Mark Lewis, recitando sus frases en exagerado acento alemán.
Thomas de Quincey ya había definido al asesinato como una de las “bellas artes”, y Mark Lewis (Karlheinz Böhm) parece estar obsesionado con esta idea. Lleva consigo siempre, una cámara del 16 mm para filmar lo cotidiano, aunque lo que más le gusta es filmar la cara de terror de las chicas a las que asesina.
“El fotógrafo del pánico” fue estrenada el mismo año (1960) que “Psicosis”, y compartió con la película de Hitchcock la arriesgada idea de otorgar el rol protagonista a un psicópata asesino, así como los intentos de dar una explicación psicoanalítica de la razón de sus instintos homicidas ( los terribles traumas infantiles derivados de un padre violento y cruel y la pérdida de la madre). El director Michael Powell lo pasaría peor que Hitchcock, pues la Inglaterra de esos años no estaba preparada para una película como ésta, y tuvo que soportar la censura y el escarnio de un público, y de una crítica, incapaces de aceptar la innovación y las propuestas artísticas incómodas.
La historia indaga en nuestra naturaleza voyeur, tanto ante lo erótico, Mark trabaja como fotógrafo de sexys chicas desnudas para una tienda pornográfica, como ante lo criminal, Mark está obsesionado con filmar el rostro de las chicas y su sufrimiento al momento de morir apuñaladas, literalmente, por su cámara. Estamos pues, ante el voyeurismo en su más cruel ejemplo: Mark mira a sus víctimas mientras graba su agonía, y nosotros, al otro lado de la pantalla, también vemos la escena. Un siniestro metalenguaje que no deja de ser perturbador.
Estamos ante un impecable thriller de terror, con un total dominio de la técnica cinematográfica, incomprendido en su momento, con una idea central morbosa y genial que logró una gran atmósfera. Es hasta una especie de primera aproximación al género Snuff, en el hecho de filmar la muerte de alguien, con la excusa de captar el miedo en su rostro, y que no deja de ser simplemente el deseo morboso de captar la muerte y disfrutar viéndola con intenciones de enfermizo “entretenimiento”.
Interesante y correcto film británico del director Michael Powell, quien junto al productor y guionista húngaro-británico Emeric Pressburger formó una de las más renombradas duplas del cine europeo, “The Archers”, que con 24 colaboraciones entregaron grandes películas, entre las que destacan los dramas “The Life and Death of Colonel Blimp” (1943), “A Matter of Life and Death” (1946), “Black Narcissus” (1947) y “The Red Shoes” (1948).
“Pepping Tom” (algo así como “El Mirón”) es un thriller psicológico que nos presenta a Mark Lewis, un introvertido y huraño fotógrafo que gusta de fotografíar a sus víctimas en el momento de asesinarlas, y que cuando se enamora de una de sus inquilinas, no puede escapar al conflicto emocional interno que supone la tentación de matar a la mujer que ama y reivindicarse.
En una ocasión anterior, señalé que se considera a “Psicosis” (1960) de Alfred Hitchcock y este film como las piedras angulares del thriller moderno, en gran medida por el concepto similar que proponían, aunque con resultados dispares. Mientras Hitchocock se llenó de elogios y tuvo éxito comercial, Powell fue denostado y vapuleado por la crítica y el público, curiosamente, quedando atrás su reputación de director dramático con “The Archers”. Con todo, el tiempo terminaría por reconocer el aporte de Powell no sólo al cine dramático, sino también, en este caso, al thriller con este sólido trabajo.
Y es que es imposible no encontrar similitudes entre ambos trabajos: en ambos films, tenemos un asesino taciturno, tímido y hasta amanerado, en cierta forma, que además de ser voyerista, sacia su instinto criminal de las formas menos vistosas, es decir, no hay ninguna sospecha de que sea un asesino. Tanto Norman bates como Mark Lewis, son lo que son a partir de un trauma infantil que los convierten en un asesino frío y perturbador. Mark Lewis, el asesino, es producto de un trauma infantil que su padre nunca calculó. La manía del progenitor médico por estudiar y dejar registro del miedo en la gente se convertiría en un aliciente para que su hijo, ya adulto, guste de experimentar con el miedo y la muerte. Lewis encuentra satisfacción al explorar el miedo ajeno y esta premisa lo convierte en un ser horrorosamente calculador y sometido al estímulo.
Pero el mayor mérito de Powell está en el hecho de recordarnos que como espectadores también no dejamos de ser voyeristas, presenciamos los asesinatos desde la misma perspectiva que Lewis y por ende también quedamos sometidos al horror o placer (realmente perturbador y enfermizo, en este último caso) al captar el miedo de la víctima. Y en ello, lo sexual emerge como una fuerza demasiado reprimida, con el mismo Lewis en cada uno de los encuentros con sus víctimas, primero con una prostituta, luego con una doble de actuación con la cual tenía un cita y finalmente, con Helen, la mujer que le ha cuestionado su carrera criminal y que genera un volcán de sensaciones y contradicciones en él. El final es una paradoja de la tensión sexual que nunca podrá consumarse (ni en los crímenes que Lewis comete y menos con Helen) en la que el victimario pasa a ser víctima de si mismo y del destino, siempre cruel e implacable.
Ahora bien, toda esta intensidad dramática del asesino enfrentándose a su sentimiento por Helen como un monstruo ante un espejo, se da de una forma inteligentemente sugerente, descartando lo escabroso, lo morboso, lo desagradable. Para Powell, sugerir tiene mayor impacto que mostrar, incluso en los detalles más pequeños. Quizás por ello, Hitchcock, que tuvo el tino de mostrar cuando debía mostrar y sugerir cuando debía sugerir, tuvo mayor éxito. El público y su morbo, probablemente, le pasaron la cuenta a Powell.
Con todo, en este film no puede más que reconocerse una crítica a la instrumentalización del ser humano, la cámara y el asesino fundidos como un solo ente asesino, en la forma de un punzón, acaso símbolo de la pérdida de humanización ante el dolor y el derecho a la vida de la víctima.
El austríaco Karlheinz Böhm es el protagonista indiscutido de esta película, con un personaje que recuerda a Norman Bates, pero que tiene al mismo tiempo un carácter independiente, que esta consciente de lo que hace y porqué lo hace, y que tiene, a diferencia de otros asesinos del cine, un paradigma psicológico que lo lleva a pesar en la balanza si el presente y el futuro pueden congeniarse.
En resumen, una película que bien vale la pena rescatar del olvido, por su importancia en el desarrollo del thriller en los 60s, por su propuesta sugerente y por su forma de tratar al espectador como un mirón más. La evalúo con un 8.5.
EL FOTOGRAFO DEL PANICO
Peliculón con altas dosis de intensidad,intriga y tenebrosidad.El personaje perturbado interpretado por Karlheinz Böhm está genial,absorvido completamente por su mente emferma desde su niñez.El planteamiento de la historia me encanta,esas ganas de saciarse sacando fotos de muertos mientrás mata mas esa luz que mezcla perfectamente el rojo y el negro,me ha envuelto completamente y me ha hechizado.Muy buen elenco y un ritmo perfecto.
Peliculón al canto colegas.
Aceptable pelicula de un tipo muy traumado con sus camaras y el miedo, tiene ese aire hichckockiano que tanto gusta en una pelicula de esa decada, creo que a todo aquel que disfruto de filmes de alfred hichckock no se le puede dejar de recomenda este filme de powel.
es de esos filmes para ver con detenimiento y dejarse llevar, no se esperen muchas muertes ni sangre ni nada por el estilo, la pelicula nos va envolviendo en la mente enfermiza de este fotografo y como llego a esto.
Está claro que cuenta con una marcada influencia de los thrillers de Hitchcock, se enriquece de una excelente fotografía a cargo del experimentado Otto Heller, y considero es un clásico que merece ser descubierto por las nuevas generaciones.
Michael Powell nos deja un drama centrado en el retrato psicológico de un cameraman, quien es estudiado de manera profunda a lo largo de la trama, y está obsesionado por capturar en imágenes el terror de las mujeres al ser asesinadas.
Quizás el trabajo más relevante del citado director, recomendable para todo aficionado al séptimo arte.
Atrevida, incluso sucia y depravada para su época (es que hasta dicen... ¡Palabrotas, Holy Mackerel!), polémica, inquietante, terrorífica, innovadora e incluso divertida (momentos de comedia a cargo de los actores de carácter Miles Malleson como un viejo verde y Martin Miller como un psiquiatra chiflado, a parte de los simpáticos policías)... Y todo bajo la batuta de un gran director ya veterano como Michael Powell, con varias obras maestras a sus espaldas y cuya carrera se encargaron de hundir las hienas victorianas que poblaban los medios británicos (dos años después quisieron hacer lo mismo con una peli llamada ¨Dr. No¨ y con ese matón escocés que la protagonizaba. Acabaron con el culo al aire, afortunadamente).
El protagonista de la pieza, uno de los psicópatas más memorables de la historia del cine, Mark Lewis, un asesino obsesionado con el terror y el sexo que gusta de grabar sus propias fechorías eso es, gente: HACE SNUFF MOVIES) es el germano-austríaco-etíope Karlheinz Böhm, muy popular en el Continente por su papel del Archiduque de Austria en la saga de Sissí Emperatriz y todo un personaje en la vida real (destacando su amor y fascinación por Etiopía, de donde es ciudadano honorario por sus acciones de caridad). Aunque el papel de Sissí lo superó y no es especialmente recordado por esta peli, al menos su brillante actuación al más puro estilo Norman Bates (adorable maníaco sexual y asesino en serie) le abrió las puertas de Hollywood (no le salió nada bien su aventura, cabe decir). Como protagonistas femeninas tenemos a la pizpireta Anna Massey, hija de Raymond Massey y excelente actriz de reparto que ganó un BAFTA y a la aún joven pero veterana y siempre elegante bailarina - nos ofrece un buen número de ballet-jazz - Moira Shearer, actriz de confianza de Powell, que tuvo una corta pero brillante carrera cinematográfica (siempre antepuso el ballet al cine; esta fue su penúltima peli. Se retiró de la pantalla en 1961 y prácticamente solo volvió para presentar el Festival de Eurovisión de 1972 y hacer un pequeño papel televisivo en 1987). El premio a la robaescenas se lo lleva Maxine Audley como la madre ciega y alcohólica de Massey. Tiene momentos brillantes.
El argumento es revolucionario para la época y se lleva a escena de manera brillante: tiene un pulso narrativo muy equilibrado, que logra que la película sea intrigante y entretenida, además de tener un clímax brillante. La fotografía, en color, es portentosa, sobretodo en las escenas en primera persona del degenerado asesino de mujeres, y en las escenas de exteriores. La iluminación en también muy destacable, jugando constantemente con los claroscuros. La banda sonora, muy jazzy, acompaña estupendamente los momentos de tensión.
Un proto-slasher que casi alcanza el nivel de ¨Psicósis¨, solo que este tiene menos suspense y no llega a crear la sensación de absoluto terror y angustia que logra la película de Hitchcock (se acerca bastante, todo sea dicho). Pero es excelente. De no haber existido ¨Psicósis¨, este hubiera sido el slasher primerizo por excelencia... Y sin mostrar apenas una sola gota de sangre ni nada que se le parezca.
El thriller viaja en primera clase.
Otra gran obra maestra inglesa de la década de los 60 que desconocía y di con ella por mera casualidad.
¨El Fotógrafo del pánico¨ fue definida por Martin Scorsese como uno de sus films predilectos y con la dirección mas extraordinaria, y cuanta razón que tiene con respecto al trabajo del director.
El mago detrás de camara es Michael Powell que dirige una de sus ultimas peliculas antes de retirarse como director de cine, y probablemente la mejor despedida, no vi ninguna de sus peliculas pero esta es maravillosa y seguramente se habrá superado.
Dato que tampoco tenia idea era que ¨Pepping Tom¨ es ni mas ni menos que una de las precursoras del slasher y que ha implementado elementos importantes por el hecho de ser una de las primeras tambien que muestran todo el film atraves de los ojos del asesino, si, nuestro protagonista es el asesino.
Un fotógrafo que trabaja en el rodaje de una pelicula y toma fotos de chicas desnudas para venderlas en su tiempo libre se dedica a matar a mujeres mientras las filma y poder captar las expresiones de horror que ponen antes de ser asesinadas pero una piedra se pondra en su camino, su vecina.
Miren, no se por donde arrancar, hay bastante para comentar pero tratare de hacer la critica lo mas prolija posible.
Impecable film de Michael Powell y Leo Marks que no gastan una sola gota de sangre para construir una pelicula verdaderamente buena y espeluznante como esta.
La historia en si da miedo ya sea por las situaciones y por lo raro que es el asesino, tan sigiloso, tan tímido, tan oscuro y tan enfermo.
Ser testigos de los asesinatos de Mark el fotógrafo son una decisión maravillosa para partir y hacer un thriller tan excelente.
Esta cinta y en especial su director están influenciados claramente en el gran Alfred Hitchcock a la hora de crear un suspenso tan inigualable, por que el trabajo que hace Powell es sensacional y le da un nerviosismo a cada escena en la que parece ocurrirá algo. Yo nunca pude despegarme de la pantalla.
Mucho talento de los actores pero sobre todo de Carl Boehm (el fotógrafo) ya que toda la responsabilidad del film recae sobre el para poder llevar esta historia a buen puerto, y valla que lo logra.
Te mete dentro de la historia con sus caras tan frías a la hora de realizar el asesinato o lo nervioso que se pone cuando esta frente a una situación complicada.
La banda sonora: sublime a la hora de concretar momentos importantes de la trama, la música nunca se aleja de la pelicula y siempre va acompañada en todas las escenas.
Factor muy primordial para esta pelicula, que no se tiene que dejar pasar al momento de destacarla.
Si nunca la viste corre de inmediato a verla, imperdible, fina en su narración y deliciosa.
Actuaciones:7.5
Música:8.5
Historia:7.0
Final:7.0
Muertes:7.0 si bien no tiene sangre la forma en la que transcurre es genial.
Mi nota para ¨El Fotógrafo del pánico¨ es un 8/10.Muy Buena.
Lo Mejor:Dirección a lo Hitchcock y un buen labor de Carl Boehm.
Lo Peor:No es una pelicula que necesite de sangre ni de nada mas por lo que no veo algo malo.
Viendo esta película de hace más de cuarenta años, podemos comprobar que la originalidad, es algo exclusivo y cada vez menos usual en un film. Da gusto ver cine clásico porque la mayoría de films se realizaban respetando el celuloide, amándolo. Los personajes tenían una verdadera personalidad, se cuidaban detalles de su pasado que esculpían su comportamiento a lo largo de la historia, tenían objetivos.
¨El fotógrafo del pánico¨ tiene una estructura clásica en toda regla, deja detalles como planos subjetivos que posteriormente veremos en cantidad de films (véase todo el cine del incompetente Dario Argento). La música y el sonido ambiente son tan inquietantes como la misma historia y deja varios momentos para la posteridad, como el momento con la señora invidente. Para aquellos que no quieren seguir con la basura emergente cada semana en los multicines, recomiendo echar un vistazo hacia atrás y poder disfrutar de joyas como esta porque una vida entera no basta para visionar todas las obras maestras que nos ha dejado el auténtico cine de terror.
Pues la historia es bastante interesante y me parece que el personaje del asesisino realmente se ve muy perturbado, me gusto mucho el arma ( la camara con la pata que tenia filo puntiagudo) me parece que la direccion es muy buena y que la banda sonora es enfermiza, me hubiera gustado ver sangre y las muertes porque el arma era muy bacana, la pelicula no asusta como tal pero es muy buena y lo importante es la historia.
Obra maestra. Sencillamente me pareció genial. LLena de humor inglés mezclada con un psicopata bastante atípico e interesante. Creo que realmente Michael Powell supo aprender del cine de Alfred Hitchcock, ya que el estilo de narración es similar. Un asesino que ya sabemos quién es desde el principio tiene una obscura obsesión de filmar a sus víctimas justo antes de morir.
Powell nos presenta a un hombre perturbado desde los primeros minutos de filmación. La pregunta que llega hacerse el espectador es el ¿por qué?, ¿cuál es el propósito?, y esto es propio del cine hitchconiano, pues el eje de la película esta alejado de lo que después Dario Argento explotará hasta el cansancio, el espectador no tiene que preguntarse la típica pregunta de quién es el asesino, sino que es otro tipo de suspenso, que es en definitiva el suspenso verdadero, no sorpresa.
No es como hacen en saw, que el asesino es el muerto en mitad de la sala, sino que por el contrario el misterio es el pasado del protagonista, el espectador en ese caso tiene la tarea de intentar reconstruirlo con los pocos datos que dispone durante toda la película, elementos que aparecen paulatinamente en el desarrollo de la historia. A su vez a Mark Lewis se le presentan trabas, problemas que tendrá que ir resolviendo, lo cual me parece que hace que la situación genere algo de angustia que nos hace vislumbrar el comportamiento de nuestro personaje.
El guión también me pareció muy bien planteado y llevado a cabo. La verdad es que pese a todo me parece que la película esta completamente infravalorada y se le presto tanta atención nunca, quizás por el hecho de que justo en el mismo año se estreno Psycho una obra para mi gusto mucho mas magistral, pero bueno después de todo hablar de Hitchcock es hablar de un genio. Sin embargo esta película merece más crédito del que ha tenido. Pues es un film que no solo supuso el inicio de una serie de elementos que las películas slasher utilizarán hasta el cansancio, sino que nos trajo una serie de problemas y malestares psicológicos de Mark Lewis, que incluso por momentos nos recuerda al propio Norman Bates... Sinceramente una obra que merece mas atención del que se le ha dado.
Un fantástico film que nos acerca de lleno a un terror próximo y a una locura muy cercana del fotógrafo que no puede resistir sus impulsos asesinos. A pesar del ritmo pausado la historia consigue un gran efecto ya que el miedo siempre está presente, el desconcierto presente y la muerte a la vuelta de la esquina.
Estamos ante personajes completamente normales pero con un interior desconcertante. Tanto el padre del fotógrafo como él mismo no emanan terror por ningún sitio pero siempre acaba saliendo a la luz.
La cámara nos muestra todo de cerca y con detalles para no perder el hilo. Un film estupendo donde el miedo aparece de la nada y la muerte llega sin esperar. Una película para no perderse y disfrutar con sus detalles pequeños pero que acaban siendo grandes al final.
Otra de esas que ví hace bastantes años y que no había tenido ocasión de revisionar de nuevo hasta ahora. Un gran clásico de los años 60 que a pesar de carecer de violencia explícita o de sangre, contiene una gran carga de suspense y tensión que conlleva el argumento y su desarrollo; la sensación que causa el protagonista, con ese gesto inalterable durante casi toda la película, es estremecedora, y el horror que causa a sus víctimas cuando se aproxima a ellas, lo lleva a cabo con una frialdad inquietante.
Como apunte personal cabe tambien destacar la buena calidad de imagen que poseía la película, pero algo que no recordaba tanto y supongo que es lógico por los años pasados, es que tiene una fotografía de primera, además de una excelente puesta en escena. Las interpretaciones tambien son correctas, pero como digo, la actuación del protagonista es la mayor baza del film. Según se ha dicho y si la apreciación es la acertada, un gran precursor del género slasher y una excelente película con una trama y un desenlace impresionantes.
Pues gracias a que es mencionada en SCREAM 4, como la película que INICIÓ EL GÉNERO SLASHER, me interesé por ver esta, para mi, desconocida obra.
Lo primero que destacar en ella es la ausencia completa de sangre, que gracias a un muy buen manejo de las situaciones y de las intensas y bien logradas actuaciones de los personajes hacen que el espectador se sumerja en su trama de suspenso y de intrigas, pero esta vez, la historia será contada desde el punto de vista del asesino.
Con un perfecto manejo de cámaras, el cual estaba solo en pañales en 1960, vemos lo que hasta entonces el cine no utilizaba, que es el recurso de colocar al espectador dentro de los ojos del asesino.
Torturado por su pasado, este fotógrafo se dedica a filmar el terror en sus víctimas, aunque para esto deba asesinarlas. Sin embargo, conocerá a una mujer distinta, una mujer que despierta en él algo que hasta ahora no conocía.
Con una estética del cambio de década, y con una historia vanguardista, y por sobre todo: Con actuaciones que asemejan al buen teatro, y resultan convincente y comunican con una simple mirada, todo aquello que por estos días al cine le cuesta tanto conseguir.
Olvidado clásico inmediato... A no perderse este filme que cambió la historia y creó el género Slasher.
Cazador de Hombres (la película de Michael Mann donde apareció por primera vez el doctor Lecter) siempre ha sido una de mis favoritas. Por eso quedé impresionado cuando vi esta película y caché que de aquí copiaron esa idea de la relación entre el placer de mirar y el acto de matar a otro. Se parece algo a Psicosis de Hitchock, pero en colores y mucho más distorsionado. En materia de perversión, los ingleses la llevan.
Recomendada para las personas que realmente quieren ver la raíz de las películas de asesinos en serie, que en nuestra época aparecen a cada minuto y que no hacen más que repetir los trillados clichés de siempre. Acá lo hacen sin mostrar litros de sangre ni asesinos deformes o con máscara.
Este film es absolutamente recomendable para los cinéfilos que aprecian la esencia del cine, sin grandes efectos especiales y litros de sangre. Es más una violencia a la mente, te hace preguntarte e introducirte a la mente de este sicópata. Me gustó mucho esta película y es de las que no se olvidan.
Una pelicula absolutamente genial,en su momento de una originalidad unica y copiada hasta la saciedad hasta el dia de hoy,la construccion del personaje principal y la fotografia para estudiar en las escuelas de cine
Me sorprende que podais sacarle alguna pega a esta pelicula de verdad, es una obra maestra, no del género sino del cine a todos los niveles, si la hubiese dirigido el tito alfred, probablemente estaria colocada como minimo entre sus cinco mejores, y la gente en vez de buscarle defectos, quizas le gustaria virtudes que en realida ni tendria, he dicho.
Pues a mi me impresionó bastante, para la epoca de la pelicula,el guión es original y atrevido.... y como es normal no hay mucha sangre... estabamos en los 60 (1960).
Es una peli en plan Hitchcock,tipo Frenesí y todo ese cine de psicópatas que se empezó a crear por aquella epoca, de asesinos con los tipicos traumas (dementia 13, psicosis etc ).Actuaciones buenas y argumento muy muy bueno....debería a lo mejor haber más asesinatos, pero bueno, yo la califico con sobresaliente.
Para mi es un film de culto y pionero en el género.
Este film no me impresionó para nada, esperaba mucho mas de la idea del fotografo voyerista psicópata, sin embargo la actuación del protagonista es espectacular, esos rostros sin mayor expresión que no cambian cuando es bueno y malo, un sociopata socialmente correcto, como suele ser en la vida real.
Críticas: 21
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gines
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Aceptable pelicula de un hombre enfermo y traumatizado que con su cámara espía a jovencitas a las que luego acosa y asesina, fue la precursora del género Slasher, esta y Psicosis de Hitchcook, que por cierto se estrenaron ambas el mismo año.
La pelicula nos va introduciendo en la mente enfermiza de este hombre y la obsesión que tiene de espiar como un depredador.
Esta película junto a Psicosis, y la influencia del subgénero Giallo, abrieron el camino para la creación una década más tarde del género Slasher.
Entretenida.
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