Ficha Edicto siglo XXI - Prohibido tener hijos

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Críticas de Edicto siglo XXI - Prohibido tener hijos (5)




ragman

  • 24 Dec 2014

7


pelicula de ciencia ficcion setentera, enfocada a la critica social al estilo farenheit 451, THX 1188,entre otras que te muestran un futuro frio pero organizado. la pelicula para su tiempo esta muy bien y plantea un futuro donde no se puede tener hijos y quien los tenga seran asesinados segun la ley debido a la superpoblacion, nos refleja un mundo que reniega de lo que fueron, de su pasado, o sea nuestro presente mostrando nuestras falencias en varios momentos de la pelicula.
una pequeña joyita de la ciencia ficcion poco conocida, protagonizada por geraldine chaplin y oliver reed que pese a sus actuaciones robotizadas, se sabe que asi lo requeria el guion para mostrarnos la frialdad de ese futuro tan apatico.

recomendable a quienes gustan de la ciencia ficcion setentera



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Miguel Arkangel

  • 29 Oct 2013

6


Oliver Reed y Geraldine Chaplin protagonizan este film de ciencia ficción, con pretensiones intelectuales, y que es parte de esa ola de filmes basados en los peligros de la explosión demográfica que causaron furor y tendencia en la década de los 70s.

En el guión, escrito por Frank de Felittla y Max Ehlrich, hay algunas buenas y originales ideas, por ejemplo sorprende esa especie de internet de la que disfrutan en sus hogares los protagonistas, así como presentar la típica vida común del siglo XX como una antigualla que solo se puede ver recreada en los museos. Otro punto a favor del film es la presencia de esos escalofriantes muñecos plásticos que son la única opción para aquellas parejas que desean tener “niños” en su casa, pues la concepción está absolutamente prohibida.

Por lo demás estamos ante la típica trama distópica de los filmes de ciencia ficción de los 70s: preocupación por la temática social, Estado totalitario, futuro sin esperanzas, la sobrepoblación y la polución ponen en peligro mortal nuestra supervivencia como especie, y, en este caso, una pareja decide enfrentar su cruel destino y desafiar a todos.

Sin embargo el desarrollo de la trama es lento, por momentos es monótono y denso, y aunque Geraldine Chaplin nos muestra una actuación memorable, que incluso le valió premios, Oliver Reed por el contrario luce displicente y desganado. Dicen algunos que durante gran parte del rodaje Reed se dedicó a emborracharse y apenas tuvo contacto con sus compañeros. No nos sorprende dados los antecedentes de este gran pero peculiar actor.

El film recibió muy buenas críticas en su año de estreno y hasta se vaticinó que se convertiría en una obra de culto de la ciencia ficción. Pues las cosas definitivamente no resultaron así y hoy en día es una película olvidada, aunque merece un visionado y ocupar su lugar en la historia de la ciencia ficción setentera.



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alexhardx

  • 6 Jun 2010

6


Modesta producción que viene a sumarse a aquella gran época del cine de Ciencia Ficción en clave de crítica social, con títulos como: Soylent Green, Farenheit 451, 1984, THX 1138, Planet of the apes, Logan´s Run, Silent Runnig y un largo etc
Recomendada para ese público que sepa valorar una obra dentro del contexto de la época en la que fue rodada (1971 en este caso) ya que, evidentemente el ritmo narrativo y los efectos especiales de aquellas obras, poco o nada tenían que ver con la espectacularidad y grandilocuencia de títulos más recientes como Avatar.



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Kenshij

  • 22 Aug 2007

3


Esta olvidadísima y casi no vista película fue recibida con entusiasmo por la crítica en el festival de Sitges de 1972. Carlo Fabretti, en Nueva dimensión, la alababa calurosamente; lógico, si tenemos en cuenta que se ponía sus gafas de ideólogo político para juzgar las películas y los libros; Francisco Montaner, en Terror Fantástic, la calificaba de maravilla de las maravillas y se deshacía en elogios; bueno, al menos él no se ponía gafas de ideólogo. Pero lo cierto es que ambos juicios se nos antojan excesivos. Cuidado: no estamos ante una mala película; estamos ante una película que responde a lo que era el cine de ciencia ficción pre-Star Wars, es decir, otro tipo de cine fantástico para otro tipo de espectador, con otro tipo de temas e inquietudes. Rodado en 1971, otras producciones de ese mismo año fueron Naves silenciosas, Solaris y La naranja mecánica; también, en un tono más popular, El último hombre vivo y Huida del planeta de los simios: un tipo de cine popular para otro tipo de espectador también. Lo que va de ayer a hoy, vaya. Diez años más tarde, en 1981, el cine de ciencia ficción ofrecía en cambio Atmósfera cero, Mad Max 2 y 1997: Rescate en Nueva York, y el resto eran naderías. El cine de 1971 era un cine preocupado por los temas y problemas del momento, como reflejo de la sociedad inquieta y de renovación cultural de aquel entonces, y el cine de 1981 era un reflejo de la sociedad materialista y nada inquieta culturalmente de ese otro entonces. El cine es un reflejo de su tiempo, y el cine fantástico también.



La película nos muestra hasta que punto una sociedad avanzada en el siglo XXI que abarca la totalidad del planeta Tierra, ha alcanzado un punto de desarrollo y bienestar, que los gobiernos mundiales se ven obligados, no sólo a raccionar una de las necesidades básicas de todo ser vivo como es la alimentación, que ya empieza no sólo a escasear en todo el mundo, sino que además las posteriores consecuencias de todo este creciente desarrollo aparte de un creciente bienestar entre otras ventajas y beneficios, se traduce en un promedio de vida prolongado hasta los 150 años como máximo, si antes las personas mayores de esa edad no mueren por causas naturales o por la creciente falta de alimentos esto se traduce en pocas palabras, en un incontrolado crecimiento desmesudado de la población y que los gobiernos mundiales, se ven obligados a prohibir la procreación natal durante un periodo de 30 años, para así controlarlo y evitar con ello los casos de hambruna y canibalismo que ya empiezan a manifestarse en casos aislados en todo el planeta evitando con ello su autodestrucción.


Se rumorea y esto puede ser muy cierto, es que según dicen las malas lenguas, el actor Oliver Reed firmó el contrato para participar en el filme bajo un estado de total embriaguez y dada su mala reputación personal de vividor y alcohólico no es algo que pueda descartarse de ninguna manera, pero también cabe destacar la presencía de otra gran y prestigiosa actriz Geraldine Chaplin que con su brillante actuación en el filme, consiguió con ello ganar el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Sitges de 1972.

También al no contar con un realizador con mucha más experiencia cinematográfica que hubiera podido llevar por el buen camino esta producción, debo destacar que Michael Campus era por aquella época, un novato debutante director que posteriomente se decantaría su interés cinematográfico por las causas raciales en películas como The Mack y La Educación de Sonny Carson títulos que posteriormente pasarían a ligual que la presente película al mayor de los olvidos.

Dicho todo esto, juzgar a Edicto siglo XXI: Prohibido tener hijos de película poco interesante no creo que sea malo ni injusto: el film es lo que es, al margen de lo que refleje. Y, con la salvedad de los dos críticos mencionados, el resto de comentarios que aparecen en enciclopedias van de mala a fracaso o floja, como mucho. Cierto, es una película poco vistosa, algo aburrida, de una lentitud total (por cierto, no deja de ser una curiosa rareza que algunas películas de cine fantástico estén entre las más lentas de la historia del cine: Solaris y Quinteto). Vista hoy día, despierta curiosidad y algo de involuntaria diversión: no sé si es deliberado, pero el político que al inicio de la película proclama el edicto de la prohibición de tener hijos, es un doble exacto del por aquel entonces tan omnipresente político norteamericano Henry Kissinger... Me resisto a creer que sea una casualidad o un simple parecido físico del actor (lleva incluso las mismas gafas...). Otras diversiones, producto de la pobreza de la producción: las cápsulas de la nave Discovery de 2001: una odisea del espacio, aparecen con harta frecuencia flotando entre el smog representando a naves policiales de vigilancia.

La película peca de exceso de solemnidad, de discursiva y redundante, pero es evidente que todo ello está presentado con honestidad y buena voluntad, y responde a otro cine y a otros tiempos, como queda dicho. Bordea el aburrimiento y la inanidad, pero despierta cierta simpatía por su voluntad de denuncia (aunque dudo que muchos espectadores la vean entera, esa es la triste verdad).

Tras el anuncio por el doble de Kissinger de que en el nuevo siglo XXI queda prohibido tener hijos bajo pena de muerte, y sólo se permite un hijo cada treinta años, debido a la enorme población del planeta y a la total carencia de alimentos para ellos pues los recursos naturales están agotados, los animales ya no existen --ni domésticos ni de granja--, vemos unos cuantos brochazos de lo que es la vida en ese siglo XXI: las calles son sólo circulables bajo protección, pues una continua niebla gris las invade y no permite ver a más de dos metros de distancia: hay que llevar máscara respiratoria y careta para proteger los ojos, además de ropa anticontaminante para evitar el contacto de ese smog con el cuerpo.

El gobierno controla a los ciudadanos mediante pantallas en sus domicilios que se pueden activar para pedir asistencia psicológica (videoconferencia). Las naves recorren el cielo vigilando y lanzando consignas a los ciudadanos o propaganda. Existen museos de los horrores del siglo XX con proyección de documentales incluida para que los ciudadanos sean conscientes de la catástrofe consumista que les ha conducido a la situación presente. En fin, es un futuro bastante parecido al de la posterior Soylent Green: Cuando el destino nos alcance.

El film es lento, sobrio, seco y conciso, sin filigranas y sin concesiones al espectador. Le perjudica todo esto, dicha sea la verdad. La mejor secuencia del film es la del parto de Carole, hecha a base de breves planos sucesivos del rostro sudoroso de Carole intercalados con otros del sótano donde da a luz, de los útiles de aseo que tiene sobre los cajones que hacen de muebles (una palangana de plástico, una toalla, una pastilla de jabón...) y que crean una atmósfera realmente extraña; resulta una sucesión de imágenes que impacta de manera notable, creando una sensación de angustia creciente.

Sería fácil decir que es un film que ha envejecido mal, pero no creo que eso sea del todo verdad: simplemente, pertenece a una concepción del cine fantástico ya inexistente hoy día y por eso se nos antojan extraños los elogios de la crítica de Sitges 1972, pero también injustificados los despectivos comentarios de algunas enciclopedias. Ni una cosa ni la otra. Es un film voluntarioso, una rareza de otro tiempo, una película seca e incómoda, que muestra cómo era la década de 1970 en sus inicios y las inquietudes de entonces. Puede no gustar, algo legítimo, pero lo curioso es que, a pesar de esos defectos y limitaciones, su recuerdo perdura unos cuantos días después de su visionado. Algo tendrá.

El film es de nacionalidad danesa, aunque muchas fichas la indican como británica. Digamos que es una coproducción británico-danesa, y estaremos más acertados.

El guión y argumento es obra de Max Simon Ehrlich (1909-1983) y está basado a su vez en un artículo escrito por el Dr. Harrison Brown de Instituto de Tecnología de Californía sobre el desarrollo y posterior la explosión demográfica de la sociedad en las décadas futuras.

En 1972 escribió una novelización de este guión, titulada The Edict, que apareció en castellano por la editorial Gribalbo más o menos por esa misma época. Como coguionista figura también el temible Frank de Felitta, novelista y algo de cineasta más bien terrible para ser exactos y del que conviene mejor apartarse pero Ehrlich le mostró su trabajo a su colega y amigo que vió la posibilidad de elaborar y desarrollar conjuntamente un guión cinematográfico y con el productor Thomas F. Madigan al frente del proyecto este llegó a convertirse en una película dirigida por Michael I. Campus en colaboración tanto con actores británicos de la talla de Oliver Reed, así como de un grupo de otros actores y técnicos daneses lo cual se tradujo todo ello en una co-producción de Sagittarius Productions Inc. entre EE.UU, Inglaterra y Dinamarca bajo el sello de distribución de Paramount Pictures.


Geraldine Chaplin ganó el premio a la mejor actriz de Sitges en 1972. El film, en su estreno de Barcelona, duró una semana en una sala de programa doble. En Madrid no se estrenó hasta 1974, en iguales circunstancias. Ha sido una producción olvidada desde entonces. Es un poco injusto, pero así es la vida.

Cabe destacar eso si los efectos especiales por parte del especialista británico Derek Meddings y los diseños de producción y dirección artistica de Anthony Masters, Harry Lange y Peter Hajmark que todos ellos hicieron todo lo posible dentro de todas estas limitaciones e inconvenientes mencionados en esta paupérrima producción de limitado presupuesto, también que fuera filmada en formato panorámico y a toda pantalla en Eastmancolor y que posteriormente las copias de esta película fueran editadas en formato de video VHS en países como EE.UU y Canada en 1993 por parte de su productora Paramount y en España en DVD en una vergonzosa y barata edición hecha por la empresa de Vellavisión en el año 2006 con un master lleno de impurezas, y un desgaste del color francamente inaceptable para un consumidor exigente como el de hoy y sin respetar tanto su metraje integro de 105 minutos para mayor decepción de los aficionados al cine de este género.



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Rostov

  • 29 Jul 2007

6


Durante la década de los 70 y tras el éxito de títulos cinematográficos como "2001: Una Odisea en el Espacio" o "El Planeta de los Simios" el género de la ciencia-ficción en el mundo del cine, tuvó un nuevo impulso para ofrecer al espectador las posibilidades de cualquier sociedad futura, dando como resultado el desarrollo de dichas sociedades utópicas y apocalípticas dominadas bajo gobiernos burocráticos y autoritarios que incapaces de atender las demandas de sus cuidadanos en lo referente a las necesidades más básicas, estos se ven obligados a afrontar situaciones desesperadas como consecuencias de los grandes avances científicos en todos los campos de la ciencia, la tecnología y los excesos de una sociedad de consumo y en pleno desarrollo.

De todas las películas estrenadas a lo largo de aquella década y muchas de ellas basadas en obras de autores de gran prestigio dentro de género, surgió una curiosa película "EDICTO SIGLO XXI: PROHIBIDO TENER HIJOS" que tomando como base de un excepcional libro titulado "EL EDICTO" escrito en 1972 por el norteamericano Max Simon Ehrlich (1909-1983) y basado a su vez en un artículo escrito por el Dr. Harrison Brown de Instituto de Tecnología de Californía sobre el desarrollo y posterior la explosión demográfica de la sociedad en las décadas futuras.

El libro de Ehrlich nos muestra hasta que punto una sociedad avanzada en el siglo XXI que abarca la totalidad del planeta Tierra, ha alcanzado un punto de desarrollo y bienestar, que los gobiernos mundiales se ven obligados, no sólo a raccionar una de las necesidades básicas de todo ser vivo como es la alimentación, que ya empieza no sólo a escasear en todo el mundo, sino que ademas las posteriores consecuencias de todo este creciente desarrollo aparte de un creciente bienestar entre otras ventajas y beneficios, se traduce en un promedio de vida prolongado hasta los 150 años como máximo, si antes las personas mayores de esa edad no mueren por causas naturales o por la creciente falta de alimentos esto se traduce en pocas palabras, en un incontrolado crecimiento desmesudado de la población y que los gobiernos mundiales, se ven obligados a prohibir la procreación natal durante un periodo de 30 años, para así controlarlo y evitar con ello los casos de hambruna y canibalismo que ya empiezan a manifestarse en casos aislados en todo el planeta evitando con ello su autodestrucción.

Ehrlich mostró su trabajo a su colega y amigo el también escritor y guionista Frank de Felitta que vió la posibilidad de elaborar y desarrollar conjuntamente con Ehrlich un guión cinematográfico y con el productor Thomas F. Madigan al frente del proyecto este llegó a convertirse en una película dirigida por Michael I. Campus en colaboración tanto con actores británicos de la talla de Oliver Reed, así como de un grupo de otros actores y técnicos Daneses lo cual se tradujo todo ello en una co-producción de Sagittarius Productions Inc. entre EE.UU, Inglaterra y Dinamarca bajo el sello de distribución de Paramount Pictures.

Se rumorea y esto puede ser muy cierto, es que según dicen las malas lenguas, el actor Oliver Reed firmó el contrato para participar en el filme bajo un estado de total embriaguez y dada su mala reputación personal de vividor y alcohólico no es algo que pueda descartarse de ninguna manera, pero también cabe destacar la presencía de otra gran y prestigiosa actriz Geraldine Chaplin que con su brillante actuación en el filme, consiguió con ello ganar el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Sitges de 1972.

Lo más lamentable del film en si es que a pesar de contar con la presencia del propio Max Ehrlich tanto el la elaboración del guión asi como ser el productor asociado y de su amigo Frank de Felitta como ejecutivo de producción, la película en si omite muchas partes escritas del propio libro ya que se publicó posteriormente al estreno de la película, o sea que es la adaptación cinematográfica del guión escrito por el propio Ehrlich, y por no disponer eso si, de un mayor presupuesto por parte de Thomas F. Madigan a quíen se puede considerar junto con su director Michael Campus ambos fuerón por así decirlo, los máximos responsables del posterior fracaso en taquilla de esta película.

También al no contar con un realizador con más experiencia cinematográfica que hubiera podido llevar por el buen camino esta producción, debo destacar que Michael Campus no muestra mucho interés a la hora de realizar esta película y eso se nota mucho, ya que su director posteriormente se decantaría su interés cinematográfico por las causas raciales en películas como "THE MACK" (1973) y "LA EDUCACIÓN DE SONNY CARSON" (1974) traicionando así el espíritu desgarrador, sólido y contundente del libro.

Otro de los muchos inconvenientes que contiene el filme es el montaje llevado a cabo por Dennis Lanning y Richard C. Meyer que desvirtuá el desarrollo del libro en su adaptación cinematográfica no siguiendo por así decirlo, el orden en que se desarrolla los acontecimientos de la propia historia, y del escaso presupuesto dando una sensación de estar viendo una película sin apenas contenido ni profundidad más propia de una película de serie-B, que carece de toda la garra para llamar la atención del espectador y la peor parte de todo se la lleva el personaje de Russ McNeil (Oliver Reed) que en el libro estaba mejor desarrollado y era por así decirlo, un personaje celoso y muy susceptible, en la película Reed sólo se limita a ser un mero reflejo del personaje del libro, y aunque en principio muchos como yo piensan aún que fué un acierto contar con este actor para interpretar al personaje, Reed tan sólo se limita a hacer lo que está escrito en el omitido y resumido guión para así ahorrar muchos costes en la producción de secuencias clave que hubieran podido convertir esta película en un clásico de haber contado con todos y cada uno de los elementos que carece el film en cuestión.

Cabe destacar eso si los efectos especiales por parte del especialista Derek Meddings y los diseños de producción y dirección artistica de Anthony Masters, Harry Lange y Peter Hajmark que todos ellos hicieron todo lo posible dentro de todas estas limitaciones e inconvenientes en esta producción de limitado presupuesto, también que fuera filmada en formato panorámico y a toda pantalla en Eastmancolor y que posteriormente las copias fueran editadas en formato de video VHS en países como EE.UU y Canada en 1993 por parte de su productora Paramount y en España en DVD en una vergonzosa y barata edición hecha por la empresa de Vellavisión en el año 2006 con un master lleno de impurezas, una ausencia de colores francamente inaceptable para un consumidor exigente y sin respetar tanto su metraje integro de 105 minutos para mayor decepción de los aficionados al género.

En pocas palabras la película no sólo es que sea todo lo deleznable que se pueda esperar basada en una muy buena historía a mi juicio personal, pero es que tampoco se puede esperar que sea una curiosa maravilla a la que hay que desenterrar después de un largo periodo de olvido quiza justificado y necesario para algunos y desesperante para otros como es mi caso.

Quiza en un futuro cabe la esperanza de que se pueda hacer una nueva adaptación cinematográfica de esta obra, lo cual a mi juicio sería una gran idea siempre y cuando se respete fielmente el espíritu del libro en el que se basa, y no se interponga los intereses económicos de hacer dinero en las taquillas de todo el mundo, hacíendo una película vacía y sin una historía que contar como tristemente fué en este caso de esta adaptación cinematográfica y como por desgracía lo está siendo en el mundo del actual Hollywood salvo raras excepciones, tan sólo espero que finalmente se haga la justicía que se merece esta gran obra con todo su respeto a su autor.



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