Ficha El Hombre que Nunca Estuvo Allí

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Críticas de El Hombre que Nunca Estuvo Allí (2)




Mad Warrior

  • 13 May 2023

9



Nos cuenta, empleando su timbre ronco y su modulación pausada, la historia de cómo conoció a Doris, al mismo tiempo ridícula y desgarradora que, por desgracia, es interrumpida por un teléfono.
Se marcha hacia su destino, cometiendo el mayor error de su vida, y regresará, de nuevo a la misma esquina de la cama...

Se trata de uno de los momentos mejor estructurados y más desoladores de la carrera de los hermanos Coen, y sobre todo clave para terminar de definir, por si aún no lo teníamos claro, a este personaje: Ed, un perdedor de pura cepa, sin remedio, sin excusas, sin salida. La amarga peripecia de su vida al parecer surge de la mente de aquéllos filmando las escenas de la peluquería durante ¨El Gran Salto¨, llegando a convertirse en un proyecto pospuesto durante mucho tiempo, pero que pudo rodarse tras la gran epopeya de ¨O, Brother!¨; cuesta creer que la siguiente, pese a otra pieza de época, se situase en un plano tan diametralmente opuesto.
Bajo las tonalidades de un nítido blanco y negro muy elaborado en la sala de montaje por Roger Deakins, y del interior de una peluquería de caballeros, emerge la voz del protagonista. Billy Thornton logra absorbernos en su historia a modo de introducción novelesca (no en vano luego sabremos que todo esto está siendo escrito en papel) gracias a la calmada fluidez con que deja escapar las palabras de esa garganta consumida por la nicotina y el hastío; escuchar a su peluquero resulta un placer que se transforma en dura melancolía conforme avanza en los hechos acontecidos.

Porque estos hechos se corresponden con los vividos por absolutamente todos los individuos que pueblan el cine de los hermanos, e indisociablemente el cine que más han homenajeado: el negro. Individuos llamados a ser perdedores. Los de siempre, los que estamos hartos de ver; los fracasados económicamente, emocionalmente, familiarmente. El negro se expresa en líneas bien definidas de una riqueza visual apabullante gracias a la hiperestilizada puesta en escena; se remata el tributo situando la acción en Santa Rosa (donde tenía lugar ¨La Sombra de una Duda¨) y en el año 1.949.
El año de ¨Llamad a Cualquier Puerta¨, ¨Almas Desnudas¨, ¨El Abrazo de la Muerte¨ o ¨Demasiado Tarde para las Lágrimas¨, sin embargo, más que un tributo a un film o director en concreto, los Coen se nutren de la propia esencia del ¨noir¨, de lo que hace al género ser lo que es, narrativa y estéticamente hablando; de ahí que las sensaciones trasladadas sean tan puras y viscerales. De nuevo radiografía de la Historia de EE.UU. y su entorno; Ed como un ejemplo del americano de clase media-baja que ha visto el horror de cerca en la guerra y ha regresado con él dentro, por tanto el desastre, la muerte, las sombras, se mueven junto a él. Y él las arrastra a los demás.

Esto ayuda a Ethan y Joel a filtrar algunas de sus mayores obsesiones, ¨marcas de la casa¨ de su cine ¨neo-noir¨: el chantaje, la infidelidad, la traición, el engaño, el asesinato, la evasión. Ed, proyector sin desearlo de todo esto; al igual que sus predecesores ¨coenianos¨ (Ray, Jerry, Herbert...) y los tipos de James Cain, él pretende salir de su infierno personal empleando los métodos menos aconsejables, arriesgando su vida y la de quienes le rodean. Este peluquero que no tiene nada que decir en un mundo de espectros y seres despreciables, casado con una figura de cera a la que le gustan los vestidos caros (Frances McDormand otra vez de ¨femme fatale¨, nunca estuvo mejor en el papel), va a buscar la suerte donde no debe.
Jon Polito de estafador de poca monta y un tremendo Gandolfini de amigo infiel son secundarios arquetípicos pero, gracias a ese genio que distingue a los Coen para hacer girar sus tramas hasta lo inimaginable, se entrelazan como resortes del desastre al invertir Ed en un negocio imposible. Y de ahí al chantaje, y de ahí al crimen, pasos de un solo sentido y sin retorno. Lo más admirable, lo que realza la nota de humor perverso, es la calma con que el guión presenta las fatalidades, de una naturalidad pasmosa, que las hace parecer las clásicas vueltas de tuerca de novela negra, pero sin proponérselo.

Cuando todo podría, por ejemplo, escorarse al drama judicial, se rompe en pedazos la lógica y un nuevo camino a la perdición se abre. Alrededor de Ed y su continuo tropiezo hay una sociedad de individuos parcos, tan estúpidos como él, quizás demasiado ingenuos, a menudo brutales, de paranoia colectiva, precariedad de posguerra, codicia y recuerdos horribles; la peluquería, un rincón donde ahogar o donde llenar el hastío y la incertidumbre, a lo lejos la hermosa ¨Birdy¨ (jovencísima Scarlett Johansson) como la luz que obsesiona a Ed, pero es incapaz de alcanzar. Luz de esperanza en el negro sendero a la muerte, cuyos pasos hacia ella resuenan con mucha fuerza.
Pues los Coen se esmeran en crear uno de los entornos más asfixiantes y desoladores, sino el que más, de sus obras. Momentos como la visita de Ann a casa de Ed (secuencia inquietante de tremenda expresión atmosférica que podría haber filmado Lynch), los minutos previos a la pelea entre éste y Dave o el largo tramo climático en prisión, abren una brecha por donde el terror se infiltra, con extrema delicadeza, en lo cotidiano, quiebra la lógica, desvela las tripas podridas del Mundo y abre puertas a esferas imposibles. El protagonista las habita de vez en cuando para zafarse tal vez de la cruda realidad, donde no puede enmendar sus errores.

Incluso cuando intenta hacerlo, confesándose culpable del crimen, el redomado abogado no le cree (para una vez que puede expresarse honestamente y no creen en sus palabras...).
En la nuca de la sombra de ¨Perversidad¨, ¨Sed de Mal¨ o ¨Perdición¨ se agazapa este ¨Hombre que Nunca estuvo Allí¨, elegía determinista de la imposibilidad, universo fatal. Pocas veces resultó tan placentero habitarlo; pero el melodrama negro siempre consigue embaucarnos, como la inteligente ¨femme¨ al esposo crédulo.



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El Maestro del MAl

  • 27 Aug 2012

10


Esta es una película épica maravillosa muy bien contada una historia fascinante llena de vida donde nos preguntamos la vida y los hechos que la rodean para mi una de las mejores películas de byly bob torton, en blanco y negro con una maravillosa joven scarlet jojanson en uno de sus primeros papeles, un engaño que descubre indudablemente otro véanla no se arrepentirán.



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