¨Shadow of a Doubt¨ (1949) era la película preferida de su director, le tenía un especial aprecio y la consideraba su obra mejor lograda.
El asesinato es uno de los ingredientes clave en casi todas las películas de Hitchcock y en ¨Shadow Of a Doubt¨ maneja el tema de una manera tensa y compleja, mezclando ingeniosamente la comedia doméstica (con cierta influencia de Capra) con las duras realidades del thriller y el noir.
Basándose en el psicópata asesino Earle Leonard Nelson, que estranguló a mujeres ricas y tenía el dudoso apodo de ¨Viuda Alegre¨, Hitchcock tomó a una Norteamérica idealista y le mostró cómo la maldad puede infestar hasta las pequeñas y aparentemente apacibles comunidades de clase media. Algo que sembró el terror en los corazones de millones de espectadores norteamericanos.
Hay que reconocerle a Hitch que sabía sembrar las temibles semillas de la desconfianza mejor que cualquier otro director de thrillers, jugando con la angustia mental de sus personajes, en esta ocasión en la dulce, pero atormentada, Charlie Newton (Teresa Wright) que mantiene un duelo interpretativo de gran nivel con su siniestro tío Charlie Oakley (Joseph Cotton).
Hitchcock hace su habitual cameo al aparecer como un hombre jugando a las cartas en el tren, casi al comienzo de la película.
Me parece una buena pelicula y nada mas.No quiero hacerle un desplante al gran maestro ni mucho menos,pero creo que cuando el asesino y su identidad se unifican,la pelicula ya no tiene la fuerza y el suspenso que venia arrastrando.
Si sorprende un poco,mas teniendo en cuenta la ilusion del personaje de la sobrina(ovbiamente hecho para enfatizar la reaccion)En fin esta buena,pero a mi se me hizo un pelin pesada de a ratos.
Hacia muchisimos años que no la veia, hasta hoy. Una autentica maravilla donde lo que mas se explota es el terror psicologico, sobre todo a raiz del momento en que la sobrina empieza a sospechar de su tio. Tengo clarisimo que Alfred Hitchcock es sin lugar a dudas el mejor director que ha dado el cine en toda su historia. El unico pero que le pongo a la peli es ese dramatico final que habia que poner si o si, (mas, tratandose de una peli de Hitchcock) cuando realmente no era necesario pues la tenia totalmente pillada y sabia que ella nunca cantaria
A la sombra de Hitchcock.
La Sombra de una Duda, la preferida de Hitchcock, es sin duda una de las mejores películas del director. Tiene la virtud de transmitir el suspense como ninguna, es prácticamente un ejemplo del thriller de entonces.
Para muchos es una obra redonda, ya que la tensión que transmite se puede palpar en cada plano. Teresa Wright y Joseph Cotten tienen un combate interpretativo de garantías, quizá lo mejor de la película junto con la dirección y la banda sonora. Su actual conversión a 1080p, en blanco y negro, sigue siendo una gozada para los ojos del espectador.
Para mi gusto su recta final es algo precipitada, ya que los acontecimientos que se suceden pueden resultar poco creíbles, sin embargo no son para nada un obstáculo a la hora de hacer un juicio sobre la misma.
Magnífica.
Sin duda una de las mejores películas, o mejor dicho, una de las películas que mas me han gustado del genio de Alfred Hitchcock. Es excelente en todo sentido: desde la historia, las actuaciones, tiene una de las mejores bandas sonoras de toda su filmografía, muy buena fotografía, muy bien filmada, mucho suspenso, etc. Sin duda me encantó, dan ganas de seguirla viendo para ver como se van resolviendo las situaciones. El final es de mucho impacto, sorprende bastante. La verdad que me encantó. La recomiendo en todo sentido. Excelente.
Como es habitual, un excepcional trabajo de Hithcock en una trama cargada de tensión y misterio en torno al personaje de Joseph Cotten, brillante en su papel de doble cara, afable con su familia y sádico en sus movimientos cuando le llega el nerviosismo encima.
Hithcock dibujó un personaje fantástico de Charlie que se mueve con una soltura enorme cuando ver que es perseguido y sabe arrastrar a su familia a donde el quiere.
Sin necesidad de grandes momentos de acción, una sola familia americana con integrantes variopintos y hasta alocados sirve para construir este historia de un presunto asesino sobre el que recae la eterna duda de sus acciones.
Un film que empieza a ahondar en una de los sujetos favoritos de Hitchcock el tema del falso culpable que después repetiría hasta la saciedad en la mayoría de sus peliculas, La Sombra de la duda es un ejercicio de tensión narrativa in crescendo con un final angustioso/angustiante, donde la mayor parte del efecto surge de la gran interpretación de Joseph Cotten. No es la mejor pelicula de Hitchcock pero vale mucho la pena verla.
Notable película de Hitchcock donde nos meten en la trama poco a poco, monstrándonos una familia americana de lo más normal en donde poco a poco la protagonista empieza a tener ciertas sospechas sobre uno de los miembros. Cuenta con actuaciones realmente buenas y una trama de puro suspense en la que no sabes qué puede pasar hasta el cojonudo final.
Pese a que la parte de la investigación de los detectives es algo absurda, la película no tiene desperdicio. Lo mejor, sin duda, las conversaciones de como matarse el uno al otro del padre y el amigo.
buena pelicula de suspense con momentos brillantes y grandes actuaciones, una pelicula estupenda del gran maestro que entretiene mucho y esta bien llevada
no es de las mejores, pero esta muy entretenida y es de recomendado visionado
La película es correcta, pero nada que ver con las obras maestras de Hitchcock. Hasta la primera hora de metraje, el film navega entre lo inquietante y lo soporífero. Se puede disculpar que la película vaya camino de los 70 años y las sociedad de la época no estaba tan sensibilizada como ahora, pero hay episodios de misoginia que me sonrojan y no me aterran porque la inteligencia social que hemos adquirido (al menos en occidente) hace imposible que vuelvan aquellos tiempos a la actualidad.
Los últimos 45 minutos la película va adquiriendo algo de interés, pero el desenlace se queda flojo. Una película demasiado larga para tan poca trama.
La fotografía es bastante mejorable.
Las actuaciones de los protagonistas son buenas, aunque no se pueden hacer milagros con ese guión.
Otro peliculón del mago del suspense,y una de sus mejores películas de la década de los 40,y con ribetes expresionistas en la forma,y de buen armazón visual que aguantan bien los embites del tiempo,al igual que la sólida historia en mi opinion,y en contra de lo que se suele decir al respecto de ella,para mi superior a otras obras más sobrevaloradas del orondo director del famoso perfil.
Narrada con la habitual maestría que solo sabía imprimir el orondo director,que aquí tambien se sale en su obsesión por el detalle.Ya desde el principio,el gordo nos mete de lleno en la historia sin que esta decaiga hasta su impactante(aunque algo forzado y brusco)final.Además la fotografía,montaje,e interpretaciones son espléndidas,a destacar la labor de Joseph Cotten,que aquí se sale,componiendo uno de los villanos más memorables de toda la vasta iconografía hichconiana,como el frío y misterioso tío Charlie(aquí el villano és el protagonista de la función).Coprotagonista(morena)a la altura,y el resto de todo el reparto,con secundarios bien escritos,creíbles y muy Fordianos,y que destilan ironía en sus reuniones familiares.
Como siempre,los temas más recurrentes del maestro están aquí,desde el primero hasta el último,y como en las buenas citas del maestro,la película deja un grato buen sabor de boca.No estará a la altura de otras obras míticas suyas,pero sin duda,estamos ante otro título imprescindible que merece revisarse de inmediato si amas el cine y no has visto esta película.
Una auténtica maravilla. Una de las mejores películas de Hitchcock que logra inquietar hasta el final. Excelente la interpretación de Teresa Wright y Joseph Cotten y el duelo interpretativo que hay entre ellos; sin duda, lo mejor de la película junto con al climax, sencillamente memorable.
En resumen, una inigualable obra maestra obra de uno de los mejores cineastas de la historia.
Críticas: 13
Mad Warrior
7
El Diablo anda por ahí, y sin despertar sospechas.
¿Quién lo diría del tío Charlie, la persona ¨más maravillosa del Mundo¨?
Con su gran aventura de inocentes perseguidos ¨Sabotaje¨, Hitchcock se trajo el nostálgico aroma británico a su país de residencia, reflejando un deseo de control en su obra. Poco después una charla casual con Margaret, jefa de departamento narrativo de Selznick, le lleva a prestar atención a una idea que su marido Gordon está escribiendo acerca de un asesino en serie inspirado en el real Earle Nelson. Sin haber podido contactar con grandes autores desde su llegada a EE.UU., no podrá caber en sí más de gozo cuando logre la colaboración del premiado dramaturgo Thornton Niven Wilder.
Vital para la historia que está por desarrollar, éste concibe un escenario naturalista y creíble que provocará al maestro romper con las costumbres de los estudios rodando la mayor parte del futuro film en localizaciones de la ciudad californiana de Santa Rosa; la impronta, el realismo, el guión y el tema a tratar harán de ¨La Sombra de una Duda¨ su supuesta película favorita. Por desgracia Wilder se debe marchar a la guerra y otras manos se implican en el libreto; tal vez sea culpa de ellas los primeros minutos del film. No, no esa extraña secuencia de danza acompañada de la ¨Die Lustige Witwe¨ de Lehár que ya presagia muchas cosas y se nos irá repitiendo como una melodía de vaticinio y fatalidad, ni mucho menos...
Me refiero al comienzo como tal, en el que se nos muestra a ese hombre bastante ocioso y arrogante que da vida Joseph Cotten, echado en su cama con dinero a su alrededor mientras dos tipos lo siguen; estos instantes, de puro cine negro, son una patochada completamente desechable teniendo en cuenta lo que vendrá. A saber: vamos a Santa Rosa, a sus avenidas, tal como son, y vemos a sus amables gentes, una imagen nívea de la Norteamérica más americana, con sabor neorrealista, pero la hija mayor de los Newton (Charlotte) se muere de hastío; en este fresco vivaz de personajes directos el libreto instala el humor mordaz tan deseado por Hitchcock.
Así se recuerda aquel toque más leve de sus obras inglesas, aunque el entorno se asemeja más bien a los melodramas de LaCava (no en vano podemos ver a Henry Travers en ¨Primrose Path¨); pues a este paraíso transparente se encamina el protagonista, cuya presencia viene anunciada por una gran columna de humo negro que emerge de la locomotora que le trae y corta el idílico y atemporal escenario como una cuchilla de invasiva modernidad. El mundo real, con sus demonios, ha llegado. Pero al principio todo se envuelve en el engaño y el juego de identidades.
Tanto que en su sobrina, con quien comparte apodo y maneras (los dos ¨Charlie¨ y ambos echados en sus camas, cavilando sobre el repulsivo presente y la urgencia de escapar de él...), no cabe ni un gramo de sospecha. Por tanto el inicio resulta innecesario y su primera aparición debería ser al bajar del tren, donde ya finge una enfermedad para que los pasajeros no le reconozcan; este encantador tío Charlie, con sus escurridizos modos y sibilinas tretas para pasar desapercibido, es la imagen perfecta del tipo de villano que la bienpensante sociedad americana desprecia y combate en ese marco de la guerra que se produce fuera de campo pero aparece de forma sutil.
Así como Joe y su amigo Herb reflejan, además de ese personaje obligado del retorcido imaginario ¨hitchcockiano¨ (y no falta ninguno aquí, incluyendo a la esposa locuaz y algo torpe, la joven perspicaz, los detectives obstinados o los niños precoces), la fascinación del público de la época por el crimen y el morbo. Charlie juega al despiste, con más o menos amabilidad, enturbiando la atmósfera mediante su sobrina indaga más en su personalidad, situación idéntica a la vivida por la Lina de ¨Sospecha¨, estrenada tan solo dos años antes, pero en aquélla Cary Grant resultaba más encantador que Cotten...
Poco puede hacer por esconderse; su pensión está marcada con el número 13, homóloga de la de ¨El Enemigo de las Rubias¨, donde se personaba el presunto homicida; de alguna manera su tapadera se desbarata cada vez más y en eso se apoya la mecánica del suspense, en hacer brotar de lo idílico, lo transparente, lo mojigato y lo ligero, lo más monstruoso, sin embargo por medio de una ambigüedad perversa y un nihilismo atroz. Culpa de ello la tiene otro supuesto culpable al que persigue la policía, mientras la visión del tío Charlie es usada por él como justificación a su poder de destrucción, el cual cree legítimo y necesario.
Visión totalmente inmoral que desdeña toda reflexión sobre los actos violentos que se suceden a escala global fuera de pantalla, cometiendo supuestamente esos asesinatos, mientras Joe y Herb sólo lo fantasean empleando la lectura criminal. El melodrama de suspense se torna entonces en un escalofriante relato que los anteriores bien podrían disfrutar, cuando tío y sobrina se enfrentan por primera vez; Teresa Wright, la alegre soñadora, lucha contra los repugnantes actos del villano de Cotten poniéndose a su altura en esa escena rodada en penumbra que hiela los huesos (¨Vete, te lo advierto; vete o yo misma te mataré...¨, espeta).
Sin duda la película gana en intensidad durante este 3.er acto, con Charlotte atrapada en las garras de un monstruo y luchando por liberarse de ellas; el amor inicial (de apreciable sugerencia incestuosa) es ahora puro odio y el ambiente ahoga sin compasión; Joseph Valentine capta bien las sombras con su blanco y negro espeso, poco a poco abandonando los tonos luminosos del principio, como si la oscuridad de Charlie se hubiera propagado por todos los rincones.
No produce demasiada satisfacción su más que previsible resolución (en una Norteamérica limpia y brillante, pese a sus defectos y desviaciones bien vistas, un asesino repelente no puede ni debe prosperar). Hitchcock, por otra parte, y todos sus allegados, la señalarán como su obra favorita.
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