Ficha Supervixens

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Críticas de Supervixens (12)




mahotsukai

  • 9 Jan 2020

6



Entretenida 2da parte de la tetralogía “Vixens”, dirigida por el no menos legendario Russ Meyer.

Clint Ramsey es un trabajador de una gasolinera que sufrirá “el calvario” de tener que satisfacer sexualmente a su ninfómana novia, para luego tener que huir por ser sospechoso de su muerte y hacer frente a todo tipo de tentaciones femeninas.

Tras conocer el éxito inesperado con la venia del presidente de Fox Richard Zanuck con “Beyond the Valley of the Dolls” (1970) y luego el descalabro comercial de “The Seven Minutes” (1971) y el blaxploitation “Black Snake” (1973), y enfrentar el divorcio con la escultural Edy Williams, el simpático “Padre del Sexplotation Estadounidense” Russ Meyer regresaría al cine independiente para retomar la comedia softporn, en concreto la temática de la exitosa “Vixens” (1968) con una segunda entrega, titulada “Supervixens” (1975). De esta forma, Meyer buscaba recuperar “la mística” de una propuesta cinematográfica que le había generado jugosos e inesperados dividendos, mezclando efectivamente un tipo de comedia erótica de bajo presupuesto, de gran carga humorística y desvergonzada, con algunos elementos satíricos y el protagonismo de actrices o modelos de voluptuosos pechos.

Según Meyer, si “Vixens” (1968) había conseguido conquistar el corazón de los amantes del explotation con su surrealista trama erótica y sus imposiblemente voluptuosas protagonistas, “Supervixens” (1975) debía decididamente romper el molde y traducirse en una apoteósica segunda entrega, en que el director echaría literalmente “la casa por la ventana”. Eran tiempos complicados para el sexplotation estadounidense que veía como la censura ya asumía mayor control y sanción a la realización de films sexplotations demasiados explícitos, pero el director de la mítica “Faster, Pussycat, Kill, Kill” (1965) no se dejaría amedrentar y ofrecería una sobrecargada dosis de lo más ilustre de su particular forma de cine, inesperadamente liviana y fácil de digerir incluso para un público femenino, destinatario que claramente no era prioritario para el director.

No sólo escribiría el guión, produciría y dirigiría el film, que por cierto nuevamente porpone una narrativa absurda y vacía, pero contra todo pronóstico muy entretenida y fácil de seguir, sino también se haría cargo de la fotografía y el montaje de “Supervixens” (1975) regalando un acostumbrado nivel técnico muy pobre con planos ridículos y montajes poco afortunados, y un descuidado, aunque entrañable trabajo fotográfico, condiciones esenciales que un sexplotation de culto como este demandaba. Una prueba irrefutable que para Meyer la importancia y eficiencia narrativa y técnica del film no estaba en un producto pulcro y profesional, sino en una propuesta desvergonzada y humorística que permitiese al espectador disfrutar de la belleza y vouptuosidad del cuerpo femenino y de situaciones cínicas e hilarantes de liviana estructuración que escandalizaran a los más conservadores.

La trama de “Supervixens” (1975), además de absurda y surrealista, es claramente un ejemplo de la visión machista, desvergonzada, cínica y voluptuosa, por qué no, de su director y, sin embargo, ostenta poseer un ritmo, al menos hasta bien entrado el desarrollo de la trama, fluido y agradable, gracias a la habilidad de Meyer de dejar fluir esa desfachatez y dosificar la aparición de las curvilíneas mujeres que tientan al “desdichado” Clint Ramsey. Indudablemente cada escena, o más sketch, constituye una burda excusa para mostrar los enormes e imposible bustos de las vixens, que extrañamente van formando una secuencia de situaciones divertidas y destempladas que sacan varias carcajadas y que van aumentando conforme avanza la trama. De esta forma, el pobre Clint tendrá que batallar con la hipersexualidad no sólo de su novia, sino también mantenerse alejado de las tentaciones de la lasciva chica del automóvil que lo aleja del pueblo, la hipersexual esposa austríaca del granjero que le brinda protección y cobijo, y la aparentemente inocente hija sordamuda negra del hotelero local.

El guión de “Supervixens” (1975) fue escrito por Meyer en 8 días y tuvo nueve reescrituras en las que el director introdujo cambios en los diálogos por sugerencia de sus actores. Como es de esperarse, los personajes son ridículos, estereotipados y que no se pueden tomar en serio, pero resultan carismáticos y graciosos. Los dos protagónicos masculinos, al igual que los femeninos principales representan dos rasgos conductuales totalmente opuestos. Así es como Clint Ramsey es joven, atractivo y justo mientras Harry Sledge es maduro, violento y miserable, definiendo su actitud con las mujeres el nivel de éxito con ellas. Por ello no es extrañar que las voluptuosas chicas se decanten por el correcto e ingenuo Clint en desmedro del violador e impotente Harry, en una suerte de cuestionamiento a la lógica que las chicas guapas prefieren a los malos, y en su lugar usando la lógica de corromper lo incorrompible.

En la otra vereda, los dos personajes femeninos protagónicos, o las dos personalidades, funcionan en la misma lógica, Super Ángel es celópata, ninfómana y psicópata mientras que Super Vixen es ingenua, leal y perfecta, teniendo en común, por supuesto, el ser tremendamente sexies. Las otras chicas que van apareciendo conforme avanza la historia, a saber, la rubia Super Cherry, la austríaca Super Soul y negra Super Eula, además de exuberantes son todas hipersexuales y ninfómanas y su presencia en la trama no obedece otra cosa que satisfacer el gusto visual de los fanáticos de las mujeres voluptuosas. Buscarle algún transfondo filosófico o incluso narrativo es tan absurdo como el film mismo. Incluso el hecho de que la película contenga escenas violentas con golpizas y femicidios, que en nuestros días recibirían la condena transversal, encuentra sustento en tiempos en que el explotation abordaba sin censura y sin remordimientos tramas como éstas, haciendo que el film adquiera cierta naturaleza de survival movie. Esto tiende a contrastar con la visión de algunos seguidores de Meyer que advierten una visión feminista del conflicto, muy a pesar de que evidentemente sus películas trata a las mujeres como objetos sexuales.

En el reparto encontramos a los efectivos Charles Pitts (“Miss Leslie’s Dolls) y el gran Charles Napier y su cuadrada mandíbula (“The Silence of the Lambs”, 1991; “Philadelphia”, 1993) que interpretan a Clint y Harry respectivamente, mientras que en el reparto femenino es encabezado por actriz y modelo Shari Eubank en su única película interpretando dos papeles, Super Angel y Super Vixen; la actriz porno franco-sueca Uschi Digard (“Ilsa, She Wolf of the SS”, 1975) interpretó a Super Soul; la también actriz porno Colleen Brennan (“Ilsa, She Wolf of the SS”, 1975) personificó a Super Cherry; Deborah McGuire (“The Young Secretaries”, 1974) encarnó a Super Eula; y la bailarina exótica Haji (“Faster, Pussycat, Kill, Kill”, 1965) como sí misma. Completan un reparto a todas luces pobre, Henry Rowland como Martin Bormann y John LaZar (“Beyond the Valley of the Dolls”, 1970) como Cal MacKinney.

William Loose, que ya había trabajado con Meyer en “Black Snake” (1973) fue el encargado de una partitura con evidente tonos cómicos y eróticos, en base a trompetas, trombones y saxofones, y alguno que otro aire a soundtrack de western, lo que era la tónica del sexplotation de los 70s.

“Supervixens” (1975) se filmó en marzo de 1974 en el Motel Crest y la Sultan’s Den en Blythe, California. Se convirtió en un nuevo éxito para Meyer, recaudando US$17 millones a partir de una ínfima inversión de US$100 mil. Le seguirían dos films más con los cuales formaría parte de una suerte de tetralogía, “Up” (1976) y “Beneath the Valley of the Ultra-Vixens” (1979).

En resumen, muy a pesar de su pobre nivel narrativo y técnico, he de reconocer que esta segunda entrega es, al fin de cuentas, una entretenida comedia erótica en donde Meyer da rienda suelta a su particular visión sexista, voluptuosa y libidinosa del cine independiente.



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Mad Warrior

  • 13 Dec 2018

3



¨A veces me pregunto si para joder...merece la pena andar tan jodido¨. Frase mítica donde las haya, y pronunciada nada menos que por el supuestamente desaparecido Martin Bormann.
La película en la que aparece no es, por cierto, menos mítica. Calzaos unas buenas botas y preparaos para un viaje movidito por un desierto abundante de arena, sangre y voluptuosas féminas que calientan más que el Sol.

Prácticamente a mediados de los 70, el mago del ¨sexploitation¨ Russ Meyer, había conseguido muy buenas cifras en taquilla con sus baratas y cutrísimas producciones, y eso acabó llamando la atención de los ejecutivos de los grandes estudios hollywoodienses; lo malo es que este cambio de aires resultó en verdaderos fracasos, y aquella adaptación de la novela de Irving Wallace, ¨Los Siete Minutos¨ (su film más ¨light¨, por decirlo de algún modo), lo pone de manifiesto.
De esta forma volvió a los cómodos territorios de su cine ¨grindhouse¨ con ¨Black Snake¨, una curiosa película sobre el período colonial con la esclavitud de fondo que no gustó nada al director y que también recibió el desprecio del público; dos largometrajes fallidos fueron suficientes para que Meyer decidiera regresar por todo lo alto al universo que antaño le había hecho ganar una legión de fans, al de la sátira y el puro disparate combinado con la más burda violencia y los senos de grandes proporciones.

¨Supervixens¨ se establece como la segunda entrega de una trilogía sin parangón iniciada en el 68 con ¨Vixen!¨ y que completaría ¨Más Allá del Valle de las Ultravixens¨. Su argumento, si es que se le puede conceder tal nombre, se centra en Clint, un pobre desgraciado dotado de un miembro de exageradas proporciones que trabaja en una gasolinera propiedad de Martin Bormann (¡sí, el otrora secretario privado de Adolf Hitler!) y a quien la codiciosa, celosa y grandísima zorra de su novia, Angel, tiene completamente asfixiado.
Sucede entonces una fuerte pelea en la que se entromete Harry, un policía corrupto al que las impertinencias de Angel con respecto a su impotencia sexual le sacan de quicio, llevándole a asesinar a la chica brutalmente. Clint no tendrá más remedio que salir del pueblo echando leches si no quiere que le culpen del crimen; su intención es emprender un tranquilo viaje hacia el Oeste, sin embargo, en su camino se tropezará con una serie de libidinosas y chifladas hembras que terminarán por meterle en multitud de problemas. Mientras tanto, el psicópata de Harry no está tan lejos como se suponía.

¨Supervixens¨ devolvía al bueno de Meyer a su querido género del ¨sexploitation¨ de la manera más exagerada y divertida presagiando la locura surrealista de ¨Up!¨ y conteniendo todos los ingredientes de su cine, que básicamente son cinco: hombres duros a la par que cobardes, coches rápidos, mujeres guapas, dominantes y de generosa delantera, toneladas de violencia gratuita (tanto verbal como física) y mucho desierto. Una ¨road movie¨ estúpida, absurda y delirante donde todo es desenfreno y mala leche que hereda el sinsentido y la diversión de los dibujos animados de la Warner (menudo guiño al Coyote y el Correcaminos) sin una gota de coherencia en historia o diálogos.
¿Qué coño importa si nada tiene lógica?, ¿acaso Meyer conoce el significado de esa palabra? Lo suyo es hacer reír al espectador y ponerle a tono con sus alegres señoritas, y es que a nadie le importa el argumento cuando se tiene a la imponente Christy Hartburg enfocada desde abajo moviendo las caderas y los pechos. Lo malo es que todo es repetición (Clint se cruza con una ¨superhembra¨ ansiosa por fornicar y se arma una zapatiesta), y, francamente, 100 minutos es mucho; sólo a partir de que Clint encuentre a Supervixen (el espíritu de Angel no le deja tranquilo) y aparezca el cabrón de Harry, la cosa empieza a ponerse de nuevo interesante.

De todas formas, sólo en un film de Meyer pueden verse cosas como una tía bailando desnuda encima de una roca en pleno desierto, referencias tan paródicas a los nazis, escenas de sexo sonando himnos americanos de fondo a todo trapo o una secuencia tan brutal como la del asesinato de Angel en la bañera (versión pasadísima de rosca del acuchillamiento de Marion en ¨Psicosis¨).
Shari Eubank resulta de repugnante para arriba en la piel de Angel, pero luego se redime apareciendo nuevamente como Supervixen, y a Charles Pitts le pesa horrores la cara de pánfilo que tiene; vuelven Barbarella ¨Haji¨ Catton, Stuart Lancaster y el mítico Charles Napier como el agente corrupto al que ya interpretó en ¨Cherry, Harry y Raquel¨. El resto es un desfile de esculturales cuerpos que quita el hipo, aunque mis favoritas son Uschi Digard y Christy Hartburg.

Uno de los títulos más famosos y lucrativos del director y perfecto para iniciarse en el universo Meyer...aunque sea una gilipollez como la copa de un pino.
Muy lejos se quedaban los tiempos de ¨Faster, Pussycat! Kill!, Kill!¨ para el director.



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ragman

  • 29 Aug 2013

7


Buen filme de Russ Meyer donde se enfoca en el erotismo y humor negro, muy distinto a su opera prima ¨ Faster pussycat kill kill¨, acá no tenemos mujeres desafiantes a lo tura satana si no mujeres ninfomanas y sexopatas con exedente busto que llenan los ojos del espectador. La trama es una disparatada comedia de sexplotation centrándose en las aventuras de un joven que adonde va se encuentra con mujeres de buen ver.

recomendable si te gustan este tipo de películas ya que es digna de verse.



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TheCrow

  • 14 May 2012

6


La segunda entrega de la trilogía ¨Vixen!¨ de Russ Meyer, nos ofrece mucha más violencia, irreverencia y surrealismo que la primera entrega... La cual la hace, sin duda, mucho mejor que aquélla.

Con la típica realización torpona y desordenada de su realizador, ¨Supervixens¨ no es sino una reacción en cadena de grandes pechos femeninos, violencia rozando el gore, sexo softcore y algo de comedia. No hay que buscarle demasiado sentido al conjunto... Ya que probablemente ni lo tenga.

Simplemente, ante una cinta de este estilo uno debe despojarse de todos los prejuicios, abrir la mente y los ojos, y dejarse llevar... Sólo así se puede llegar a disfrutar y apreciar una obra que si se mira desde un punto de vista demasiado crítico y carente de humor, probablemente sólo cause espanto y rechazo.

Por lo demás, destacar a un excelente Charles Napier, actor de gran talento y especial físico fallecido recientemente, y la belleza de las protagonistas femeninas.

Pese a ser sexista, deslabazada en su conjunto, y con un guión que más bien parece improvisado... Merece la pena.

Aprobado alto.



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finker

  • 1 Aug 2010

6


Interesante película, cuyo entretenimiento se concentra, sobre todo, de la mitad en adelante. Es un film algo largo, pero que no se hace eterno.
Me gustó más Vixen!, pero aun así esta parte incluye el toque del asesinato que le hace englobar más temáticas.
Entretenida, para ver en algún momento.



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kampoy

  • 29 Jun 2009

6


nunca habia visto una pelicula de Meyer y la verdad es ke no esta mal es una comedia con algo de erotico.pero lo mas es la escena del asesinato en la bañera que es totalmente sangriento.no se xq el tono del film me recuerda a 2000 maniacs



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Mad warrior

  • 5 Jun 2009

8


Probablemente mi favorita de Russ Meyer tras la salvaje ¨Motor Psycho¨ y la divertida ¨Cherry,Harry & Rachel¨.Se nota que el tono de erotismo va subiendo en la escala,desde la violenta ¨Faster,Pussycat,Kill Kill!¨.



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guillesaw

  • 17 Sep 2008

0


mierda de pelicula es absurda como zombie nation es algo ni para ver decasualidad



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Massacio

  • 30 May 2008

8


Adoro esta pelicula como adoro casi todo los trabajos de Meyer. El rey y casi creador del sexploitation nos deleita en esta pelicula con su famosas vixens. divertida y bizarra, es decir Russ Meyer. Para mi la mejor de la saga.



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angeldust

  • 17 Jan 2008

9


posiblemente la mejor pelicula del ultimo Russ Meyer. Violenta, sangrienta, sensual, divertida... esta peli lo tiene todo.



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MiMo

  • 12 May 2007

10


UNA DE LAS MEJORES PELICULAS EN SU TIEMPO QUE YA NO DAN TALLA LA MAYORIA DE LAS DE AHORA



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BEOWULF

  • 12 Apr 2007

8


Opera prima de Russ Meyer, con la que empezo un serie de películas y sus conocidas chicas Vixens. Divertida, repleta de "globos" y asesinatos y con un toque de humor negro perfecto para esta película con inolvidables escenas.



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Críticas: 12


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