La Rialto nos ofrece otro ¨krimiwallace¨ con protagonizado por el popular en toda Europa Jonathan Füssberger y la leyenda viva Karin Dor, sex symbol teutón, chica Bond, chica Hitchcock y célebre presentadora de televisión en su país.
En esta ocasión, los adaptadores le dan un bienvenido toque sobrenatural y humorístico (a parte de las consabidas ¨trampas de película de Fu-Manchú¨ que caracterizaron al subgénero. En el original, los asesinatos eran más prosaicos) a la entretenida noveleta original, una de las más populares obras de Edgar Wallace, cosa que marca distancias entre peli y material literario. De hecho, salvo por los elementos más básicos de la trama, hay muy poca relación entre la novela y el filme (sí, soy un tipo bastante obvio).
Como todo krimi, la intención es ante todo soprender y divertir al espectador más que crear intriga y suspense. Este cumple de sobras en ambos aspectos. Dinámico, breve, con buen pulso rítmico - es todo un tebeo cinemático - y una banda sonora que combina el jazz con instrumentación electrónica (años antes de los exitosos experimentos de Miles Davis con Joe Zawinul y Herbie Hancock). Muy recomendable.
bigladiesman
8
La Rialto nos ofrece otro ¨krimiwallace¨ con protagonizado por el popular en toda Europa Jonathan Füssberger y la leyenda viva Karin Dor, sex symbol teutón, chica Bond, chica Hitchcock y célebre presentadora de televisión en su país.
En esta ocasión, los adaptadores le dan un bienvenido toque sobrenatural y humorístico (a parte de las consabidas ¨trampas de película de Fu-Manchú¨ que caracterizaron al subgénero. En el original, los asesinatos eran más prosaicos) a la entretenida noveleta original, una de las más populares obras de Edgar Wallace, cosa que marca distancias entre peli y material literario. De hecho, salvo por los elementos más básicos de la trama, hay muy poca relación entre la novela y el filme (sí, soy un tipo bastante obvio).
Como todo krimi, la intención es ante todo soprender y divertir al espectador más que crear intriga y suspense. Este cumple de sobras en ambos aspectos. Dinámico, breve, con buen pulso rítmico - es todo un tebeo cinemático - y una banda sonora que combina el jazz con instrumentación electrónica (años antes de los exitosos experimentos de Miles Davis con Joe Zawinul y Herbie Hancock). Muy recomendable.
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