Desciende el polvo y sólo se aprecia un desierto interminable. Es nuestro planeta, reducido a cenizas; se nos avisa al principio: ¨después de las Guerras del Petróleo¨.
Entonces un rugido se atisba desde alguna parte y un enorme camión arrasa con una vieja gasolinera.
Así empieza esta aventura, y no es para nada un mal inicio. George Miller ha puesto en el cine la secuela de su impactante debut ¨Mad Max¨ y arrasa en taquilla allá por donde pasa, además de convertirse de la noche a la mañana en el inaugurador, o más bien restaurador, de un subgénero que en realidad lleva evolucionando desde finales de los 60: la ciencia-ficción de escenario post-apocalíptico. No tardarán, como ya sabemos, en surgir imitaciones desde todos los continentes, y la mayoría de ellas son producciones cutres y mediocres sin originalidad alguna.
Antes de que los italianos y filipinos se apuntasen a ello llegaba desde territorio neozelandés la primera ¨secuela¨ temática de la obra de Miller. Su artífice fue el sr. Harley Cokeliss (director del interesante drama ¨Aquel Verano¨ y encargado de la 2.ª unidad en ¨El Imperio Contraataca¨); en realidad su idea se remonta a los años 70, con la tan sufrida crisis del petróleo, pero la falta de presupuesto y medios le impidió llevarla a buen puerto. Ahora puede hacerlo pero no en Australia, como al principio deseaba; no importa, los vastos páramos de Nueva Zelanda medio verdes, medio grises, y sus largas cordilleras también nos brindan un entorno perfecto.
Quizás la mejor maniobra de Cokeliss y su grupo de guionistas es presentarnos al villano antes que al héroe, señal de lo mucho que se centrarán en él; James Wainright logra, y con creces, hacernos creer al áspero y frío como el acero Straker, ex-militar que circula por esta tierra baldía a bordo de un impresionante camión blindado (que en eso se le fueron al director los tres cuartos del presupuesto del film) sembrando el caos y reclutando, cual dictador psicótico, a soldados para conquistar todo el territorio. Las primeras secuencias donde le vemos ejerciendo su poder sobre una chica (posiblemente su hija) para asesinar a un hombre ya ponen los hígados del revés.
Cokeliss, como su coetáneo Miller, no se anda por las ramas; su violencia es seca como el agreste terreno y a la yugular. El neurótico villano es un acierto pero no el héroe, que, de forma muy típica, aparece de la nada para salvar a la muchacha (Corlie) y se enfrenta a lomos de su molona moto contra los esbirros de Straker (a quienes observaba en la lejanía como hacía Max); es de esperar, pues nada más ver a Michael Beck (el Swan de ¨The Warriors¨) sabemos el papel que va a adoptar. Pero, pese a ciertas casualidades argumentales, el natural de California nunca hace por tomarse su obra a broma.
Este es un síntoma del que van a adolecer muchos títulos ¨madmaxianos¨ durante la década: parodiar el género; así lo harán los italianos y también el prolífico Cirio H. Santiago. Cokeliss sí intenta relatarnos una historia de tragedia y dolor, de pobres gentes (residentes en una ciudadela al igual que la tribu de Pappagallo) que se ven demolidos por los locos que sobrevivieron en las cenizas del anterior mundo, con las cuales ellos intentan reconstruir uno nuevo. Aquí no vamos a ver criaturas extrañas, ni civilizaciones avanzadas escondidas, ni seres humanos con poderes, ni animales fantásticos.
Incluso la imaginería ¨heavymetalera¨, sadomasoquista y de cómic de ¨Mad Max II¨ se deja al margen por un ambiente más gris y realista; la guapa pero algo insípida Annie McEnroe (que un año antes aparecía en ¨La Mano¨ y se llevó el premio a su actuación en el Festival de Sitges) sabe transmitir las emociones del desgarrador drama de esa Corlie que hace lo posible para escapar de la locura de su progenitor (sus instantes con Wainwright son realmente perturbadores y, en términos de guión, los mejores de la película). Lo que resta puntos a todo es Hunter como el clásico anti-héroe cínico y solitario pero que al final se lanzará a rescatar a la dama en apuros.
Y como bien demostró Miller, los romances y amoríos no son necesarios en un futuro post-apocalíptico; así la trama pasa a obedecer los esquemas clásicos de un ¨western¨, solo que el jinete va en moto y el malvado no conduce una caravana de caballos sino un camión, un malvado que si bien se regodea en la violencia y la crueldad, también desvela pronto su cobardía y vergonzosa debilidad (¨duerme encerrado en su gran camión, si no lo hiciera así le apuñalarían por la espalda¨, dirá Corlie). El totalmente anticlimático enfrentamiento de ambos dentro del mismo vehículo es una lección de Cokeliss de máxima tensión y nervio tras la cámara empleando recursos mínimos.
Todo ello para salir con un homenaje al ¨Diablo sobre Ruedas¨ de Spielberg (y ahí se fue el resto del presupuesto), como absolutamente todos estábamos esperando. Que su guión sucumba a previsibles clichés no resulta tan incómodo en esta ocasión; el director sabe mantener el ritmo, sabe tratar a los personajes de un modo efectivo y dramático y no como caricaturas de trazo grueso, ni se dejará llevar por los excesos que demanda el género. Al final, ¨Battletruck¨ (o ¨Warlords of the 21st Century¨) es sólo la revisión de una película del Oeste, entretenida, sádica y evocadora cuando toca.
Con su marcha clásica del héroe a ninguna parte (y a caballo, para más inri), sus guiños a la cinta de Miller y sus buenas escenas de acción, lo que hizo Cokeliss fue entregar la más potable y respetable de todas las imitaciones (que no fueron pocas) surgidas de aquélla.
Por fin he podido satisfacer un deseo de largo aliento. Antes de ¨Battletruck¨ han pasado por mis ojos títulos italianos a mansalva, filipinos y americanos, de todas las décadas posibles, incluso también en versión de animación japonesa...pero ésta llevo anhelando verla desde hace más de una década. Y por fin lo hice.
Otra imitación más de ¨Mad Max¨, esta vez de procedencia Neozelandesa. Esta película se copia descaradamente de ¨Mad Max 2¨, y también contiene algunas influencias de ¨El diablo sobre ruedas¨, con resultados mas bien mediocres, sin estilo ni carisma alguno.
La trama es un tanto simplona y nunca acaba de arrancar, y cuando por fin lo hace no convence demasiado, debido en gran parte a la ineptitud del director y la nulidad del reparto. Todo en conjunto es cansino, insulso y rutinario; solo se salva un poco la parte final (los últimos 15 minutos), que es de lo poco que vale la pena ver, el resto es de un aburrimiento casi absoluto.
Si sois completistas y/o fanáticos de este tipo de películas, tal vez os pueda interesar... pero lo que es a mí, no me ha acabado de gustar ni tampoco entretener. En líneas generales es poco recomendable, aunque de este estilo las he visto de peores. Puntuación: 4.
una de las tantas copias de mad max, solo que esta ni siquiera tiene encanto o gracia alguna. dentro de los clones madmaxicos que salieron en los ochentas algunas al menos tenian lo suyo pese a su bajo presupuesto. pero esta a pesar de tener un buen comienzo,un camion bien logrado y una ambientacion desolada tipico de estos filmes, lo demas esta por demas vacio, un guion deplorable, unos personajes que no logran provocar nada hacia el espectador, enemigos insulsos y acartonados.
una de las tantas olvidables. no la recomiendo.
DESTRUCTOR
Esta peli neozelandesa de bajo presupuesto rodada en el año 1982 por el director Harley Cokeliss cuenta bajo el telón posapocalíptico la historia de como bandas delictivas perdidas en Arabia quieren hacerse con lo que queda de la reserva de petroleo.Una vez una de las bandas se hace con el motín dejan de lado la trama del oro negro y se centran enteramente a la persecución del Semiheroe llamado Hunter interpretado por un inexpresivo y blanderas(Michael Beck)que va indumentado con un casco hiperchocho y conduce una moto destartalada.A este le acompaña una lánguida Annie McEnroe sin garra y sin chicha a la que se le ocurre la gran idea de salirse de la cabina de camión en mitad de una pelea para dejarlo en manos de dios...Jeje,por último,el Semivillano Striker-interpretado por James Wainwright,es el típico contrincante malogracioso al que se le toma afecto rapidamente.
El film tiene cosas destacables,como la Gran explosión de una casa(Cojonudo de veras),una caida bien lograda por el tío de barbas mientrás sube una cuestita(Si,me fijo y me gusta mucho una buena caida Jeje) o claro,las Súper corridas que se mete Hunter con la moto por las extensas explanadas.
Tiene un punto bien flaco,a las persecuciones les faltan chispilla,resultan sosainas y hacen que pierda el efecto tensión.Luego los parloteos son algo vacíos.La banda sonora es de una amalgama amplia,hay hasta un tema de iglesia(¿?)que no sé a que viene,al igual el idiolio surgido de la nada resultando esto totalmente inverosímil(:O)...
Por lo demás se deja ver sin problemas.Es de esas pelis chuscas con cierto encanto Jeje
Los neocelandeses intentaron copiar a sus vecinos australianos con este Mad Max de pacotilla.Pero el film quitando alguna escena de accion del final es muy decepcionante y aburrido.Lo unico destacable es el coche escarabajo con el que el bueno al final se carga gente a dietro y siniestro.Otro handicap es que el film tiene un presupuesto muy bajo y encima se le nota.
Bueno,es entretenida,pero se notan los pocos medios de los que disponian,aunque cuando cae el enorme camion por el barranco se realizo con unos explosivos,nunca mejor dicho,efectos especiales.
No hay duda de que es una especie de ¨imitacion¨ de Mad Max bien distinta de ella.
Y la verdad es que no se por que no me dejan puntuar esta pelicula,si,anteriormente,no he hecho ninguna critica de ella.
BUENO ESTA ES DISTINTA DE mad max 2 AUNQUE SE PARECE BASTANTE LO BUENO ES QUE SOLO HAY EXPLOSIONES CARRERAS SANGRE...........Y MÁS EXPLOSIONES POBREMENTE DIRIGIDA PERO SE PUEDE VER HARLEY COKLISS HACE MÁS O MENOS UNA PELÍCULA RECOMENDABLE.
Críticas: 8
Miguel Arkangel
6
¨Battletruck¨ es una película de Nueva Zelandia, más conocida por su titulo en EEUU, ¨Warlords of the 21 century¨. La estrella del film es un enorme camión articulado blindado, comandado por el general Straker, un ex oficial del ejército, convertido en señor de la guerra, junto a un harapiento y sádico grupo de ex soldados, que someten a la pacífica comuna de Clearwater. También hay una chica rebelde que abandona al grupo de Straker y se refugia junto al indómito Hunter, (Michael Beck, a quien todos recordamos por su papel en The Warriors), un joven que vive libre en las montañas, junto a su motocicleta y produciendo metano con estiércol de gallina.
La película se inspira en Mad Max (I y II), desde los vehículos blindados hasta la escasez y la consecuente lucha por gasolina, pasando por el derrumbe del orden social post apocalíptico (en este caso por la tercera guerra mundial), y en los viejos wésterns, con el héroe solitario que rechaza vivir en sociedad. La producción es modesta, pero sabe jugar bien sus cartas; tiene buen ritmo, Annie McEnroe ganó el premio a la mejor actriz en Sitges por esta película, aunque yo destacaría a James Wainwright, como un villano despiadado.
Dirige la película Harley Cokeliss, discípulo confeso de Roger Corman, que fue director de la segunda unidad en Star Wars; luego incursionó en los géneros de acción, terror y ciencia ficción (suyas son películas como Black Moon Rising y Dream Demon) y dirigió series como Hercules: The Legendary Journeys y Xena: Warrior Princess.
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