Cuando el perro Nipper ataca a Terence Morton, le muerde durante un buen rato en el antebrazo. Poco después, se rehace y consigue encerrar al perro. Sin embargo, no muestra ningún dolor y utiliza su brazo como si no hubiera pasado nada.

Una mordedura de ese tipo le habría hecho sangrar en abundancia y habría tenido que ir a urgencias de forma inmediata.

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