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Película: “Cuando acecha la maldad“ (2023).
Aprovechando la suscripción a Netflix, me di el tiempo de ver esta cinta que tenía en mis planes hace mucho, sabía que la película tenía harta aprobación y también que el director es Demian Rugna, que hoy en día bajo mi punto de vista viene siendo el mejor director argentino en lo que respecta al genero. La película tiene tantos altos y bajos, pero se logra rescatar. Diálogos normalitos. Actuaciones aceptables. Personajes acordes. De ritmo regular. Efectos visuales decentes. Terror bien plasmado y con buenas escenas violentas. Desarrollo aceptable y un final digno.
Mi puntuación para “Cuando acecha la maldad“ es 6 de 10 posibles. Entretenida sin ser una maravilla, de las buenas opciones de cine sudamericano y disponible en Netflix.
Tabo.
Sorprendente y atrapante film de folk horror argentino, dirigido por Demián Rugna (“Aterrados”, 2018).
En un remoto pueblo de Argentina, dos hermanos descubren a un “encarnado”, un hombre poseído por un demonio y que a punto de desatar literalmente el horror que lleva dentro. Sin embargo, al intentar detener la amenaza, cometerán imprudencias que acarrearán el desencadenamiento del horror en su máxima expresión.
Los orígenes de “Cuando acecha la maldad” (2013) provienen principalmente de dos fuentes de inspiración para Demián Rugna, quien ya se había hecho de un nombre en el cine de terror latinoamericano con “Aterrados” (2018), considerada de una de las mejores películas del género en años en Argentina y su participación en la antología de historias de terror “Hispanos Satánicos”, junto a otros directores latinoamericanos, con su relato “Yo también lo vi”. Estas fuentes serían una periodística y otra folclórica. La primera consistía en una serie de noticias sobre pesticidas agrícolas utilizados en su Argentina natal que estaban causando problemas de salud generalizados en la población local y regional. Y la segunda en antiguas creencias rurales que aún persisten en la Argentina profunda acerca de los llamados “encarnados” o “embichados”, que de acuerdo al folclore local corresponderían a personas a las que se les ha metido el demonio en la carne, es decir, les han poseído físicamente. A continuación, hablaré en detalle de ello, pero no cabe duda que la clave del éxito del film es precisamente la acertada combinación de aspectos narrativos asociados a lo actual y a lo ancestral, a lo cotidiano y a lo inesperado, a lo ordinario y a lo sobrenatural.
La polémica de los pesticidas agrícolas en Argentina representa una interesante crítica de Rugna a la industria agropecuaria del país, en especial porque sugiere y denuncia una evidente apatía corporativa en relación a la salud de los trabajadores, por una parte, y de los consumidores, por otra. Que la trama suceda en un remoto pueblo olvidado, en el interior del país, da cuenta de la indiferencia y desprecio incluso que las autoridades de gobierno metropolitanas sienten por las consecuencias de sus decisiones. Este aspecto va derechamente ligado a la exploración que realiza el director de las clases sociales argentinas, desde los indigentes que se toman los campos, los peones que las trabajan para el patrón y, por supuesto, los grandes terratenientes. De hecho, una cuestión que Rugna ha dicho en forma explícita en entrevistas es su intención de retratar precisamente a estos últimos, que se sienten amenazados por el Estado cuando este “pretende” intervenir en sus propiedades, lo cual se traduce en un fuerte antagonismo, hostilidad y el temor a las expropiaciones.
Hay varias secuencias del film que dan cuenta de esto y que bien vale la pena mencionar y analizar. Los protagonistas son dos hermanos, Pedro y Jimmy, propietarios menores de terrenos en un remoto pueblo, que tienen problemas de convivencia y de otro tipo con Ruíz, el terrateniente más poderoso y tirano (como todo terrateniente, claro) del lugar, que simboliza la clase social privilegiada. Como es de esperarse, cuando todos se enteran que hay un embichado en aquellas tierras, Ruíz decide hacer las cosas a su manera, es decir, de la forma más déspota y brutal, lo que a sabiendas de todos no hará otra cosa más que empeorar las cosas porque liberará abruptamente la maldad enquistada en el huésped. Todo esto sentido crítico cobra mayor sentido cuando tenemos en cuenta que el embichado es el hijo mayor de una pequeña familia que la completa una anciana y un chico, hermano del embichado, quienes se han tomado ilegalmente esos terrenos para vivir y que representan a la clase social más baja, los indigentes. Otro aspecto realmente interesante es la actitud de la autoridad policial, ineficaz, negligente y corrupta, no sólo con la investigación sobre la espantosa muerte del curador de embichados, sino con la misma víctima y su familia, meramente por su condición socioeconómica.
Las creencias ancestrales sobre posesiones por entidades malignas anteceden, por supuesto, a la llegada del cristianismo a América, sin embargo, tuvieron su mayor auge y consolidación en el sincretismo de los pueblos originarios y los conquistadores en relación a la figura de los demonios. En el caso puntual de los “encarnados” y/o “embichados”, términos que se utilizan de forma indistinta en el film, podríamos decir que parten del mismo principio de acuerdo a las creencias rurales argentinas, donde hay una persona poseída por una entidad maligna. En cualquier caso, un encarnado y/o un embichado dan cuenta de una interesante teoría sobre posesiones demoníacas, en la que advertimos un proceso de corrupción en el cual un demonio toma posesión de un cuerpo y lo utiliza como una verdadera incubadora para hacer madurar y fortalecer a la maldad. De esta forma, como si se tratara de un virus o una enfermedad contagiosa, el cuerpo del encarnado y/o embichado se va pudriendo y corrompiendo hasta niveles espeluznantes y brutalmente asquerosos, mientras en su interior alimenta, protege y concreta la materialización del mal en una forma humana nueva, como vemos en el epílogo de “Cuando acecha la maldad” (2023).
Cabe señalar que la premisa básica del film es la corrupción y/o putrefacción que conlleva la maldad y cómo va destruyendo no sólo al mencionado “huésped” sino a quienes están en su entorno, destruyendo de esta manera literalmente a los personajes uno a uno. El prólogo del film es impresionante y toda una declaración de principios del film, donde somos testigos de un cuerpo decapitado y partido por la mitad y más con la grotesca apariencia del embichado, un hombre que ha perdido prácticamente todo indicio de su humanidad salvo su conciencia, convertido literalmente en una bola inmensa de putrefacción y descomposición interna y externa. El fotógrafo Mariano Suárez nos da una pequeña dosis de lo que veremos más adelante en esta escena, utilizando colores amarillentos y verdosos en la habitación donde se encuentra el embichado, haciendo hincapié que está pudriéndose en vida minuto a minuto. La secuencia en que finalmente lo sacan de la casa para literalmente ir a lanzarlo a un barranco o un río es desagradable y asquerosa como pocas, pero nos va entregando pistas de qué es lo que se viene como ya mencioné, cuando Ruíz impone sus términos a la mala y permite que la maldad poco a poco vaya liberándose, contagiando y corrompiendo, como un virus, principalmente la psique de los personajes.
“Cuando acecha la maldad” (2023) tiene el gran mérito de ir superándose a sí misma en su actitud de impredecibilidad narrativa y respeto por los límites del horror. La verdad es que Rugna no tiene ningún empacho en controlar ni mucho menos detener precisamente la liberación del mal y lo hace sin miramientos ni contemplaciones, con un sentido del horror psicológico a plena luz del día y a partir de algo anecdótico como lo vimos en todo su esplendor en “Midsommar” (2019) de Ari Aster, película con la que comparte más que su esencia folk horror. Asistimos, entonces, a un espectáculo de horror original e impredecible, con Ruíz y la secuencia con la cabra poseída que constituye el inicio de una serie de experiencias perturbadoras que traen destrucción y muerte para sí mismo y su esposa embarazada. Luego nos encontraremos con muertes de personajes adultos espantosas como la ex mujer de Pedro arrollada por el vehículo de su nueva pareja y la curadora de embichados a golpes de martillo, secuencias explícitamente violentas.
Pero si se creía que asesinar en pantalla a una embarazada, el suicidio de la mujer de Ruíz a hachazos, puede ser brutal, imagínense cuando se trata asesinatos que involucran a niños. Aunque apela también a la sugerencia, por ejemplo, con el destino del chico autista en el epílogo, siempre con un estilo crudísimo, pero en lo absoluto morboso, Rugna se despacha dos secuencias realmente bestiales y conmovedoras con niños como protagonistas. La secuencia del perro y la hija menor de Pedro es realmente salvaje, si bien no del todo impredecible gracias a su correcto uso del suspenso, pero salvaje como pocas en el último tiempo, toda una declaración de que ni los niños se encuentran a salvo en esta trama siniestra y brutal. Pero como ya decía, la película tiene la virtud de superarse a sí misma y nos regalará otra secuencia bestial cuando veamos a la poseída ex mujer de Pedro secuestrando a su hijo menor para matarlo y luego devorar sus sesos en una escena repulsiva y perturbadora al mismo tiempo.
Otra de las cuestiones que el guión trabaja muy bien es la tragedia del error. Para quienes no somos parte o tenemos algún conocimiento del saber popular sobre ciertas leyendas y mitos locales de cualquier parte del mundo, puede resultar una trivialidad, pero lo cierto es que claramente no lo es. Todas las culturas del mundo, dentro de su sistema de creencias, tienen una estructura o sistema de acciones basado en el saber popular de cómo hacer frente al mar, erradicarlo y/o destruirlo, el cual debe ser seguido al pie de la letra. Es increíble, parecen no tener lógica y ser antojadizas y tener ningún sustento científico, pero siguen fuertemente arraigadas en todas las culturales del mundo, especialmente el rural, como si de un dejo de paganismo se tratara. En el film no se seguirá este protocolo, por así decirlo, y cada acto que no lo siga llevará a que el mal se vaya desatando más y más y todo termine corrompido y/o destruido. Dentro de esta cosmovisión narrativa, a media cruza entre ficción y saber popular sobre el embichado, la película habla de siete reglas que no pueden ser obviadas ni violadas como no utilizar luz eléctrica por las sombras que atraen a la maldad, alejarse de los animales y/o hacerles daño, no tocar o llevarse nada de ellos porque se te pegará, no mencionar nunca el nombre del Diablo, no usar armas de fuego y, finalmente, no temerle a la muerte.
“Cuando acecha la maldad” (2023) tiene, entre sus muchas lecturas y subtramas, otros elementos narrativos dignos de resaltar todavía y que se relacionan con la maldad en los niños. A esta altura ya hemos visto cómo el mal se ha ensañado con los hijos de Pedro de forma bestial y explícita, pero como en todo orden de las cosas siempre es posible encontrar paradojas y doble lineamiento narrativo. De esta forma, Rugna incorpora como contraparte cuando la maldad se controla a los niños y/o adolescentes y les hace cometer todo tipo de actos indescriptibles en contra de adultos, como en el clásico del fantaterror “¿Quién puede matar a un niño?” (1976) de Narciso Ibáñez Serrador. Primero, lo vemos en la secuencia en la que un grupo de chicos protege al embichado en el piso del teatro de un colegio y sin escrúpulos encargarse de la curadora que venía a acabar con él. Segundo, y más brutal, por medio de los adolescentes, el hermano del embichado y el hijo mayor autista de Pedro, quienes terminan siendo presas de la maldad y cometiendo canibalismo con ciertos personajes que dejan aún más profundo esa sensación de mal rollo y enfermizo que termina dejando al espectador con un sabor de boca amargo.
Para mayor desolación, en “Cuando acecha la maldad” (2023) la última secuencia tiene una clara metáfora a la historia de Caín y Abel, el primero obligado a matar al segundo y quedando marcado errante para siempre por el mal. Aquí surge una interesante teoría sobre qué es lo que en definitiva hizo que el mal se encubara en ese perdido sector rural argentino, porque evidentemente Rugna no explicará la causa de todo este entuerto de buenas a primeras, sino que a través de metáforas y sugerencias que lleven al espectador a preguntarse por qué y a partir de qué. Esa última secuencia de la que hablo tiene de protagonistas a Pedro y su hijo autista, el primero marcado literalmente con sangre por el niño nacido del embichado y el segundo que tuvo un momento de “aparente” lucidez que, por supuesto no es tal, porque termina cometiendo una indescriptible atrocidad, lo que lleva a despertar cierto sentimiento homicida en Pedro. De esta manera, dan a entender que no es primera vez que Pedro tuvo intenciones homicidas con su hijo autista y que estas intenciones antinaturales habría sido el principal motivo del porqué el mal se alojó e incubó cerca de él, destruyendo a prácticamente todas las personas amadas y relacionadas con él.
En el reparto, encontramos a Ezequiel Rodríguez (“El Camino”, 2000) y Demián Salomón (“Aterrador”, 2018) como los hermanos Pedro y Jimmy Yazurlo, que se encuentran en medio de este infierno rural. Silvina Sabater (“Alanis”, 2017) como Mirtha la curadora, Luis Ziembrowski (“Diablo”, 2012) como el tirano terrateniente Ruíz, Emilio Vodanovich como Jair el hijo autista de Pedro y Virginia Garófalo (“La Vagancia”, 2021) como Sabrina, la ex mujer de Pedro, también destacaron en sus roles.
Franco Burattini (“To catch a killer”, 2023) y Elizabet Gora (“Argentina, 1985”, 2022), junto a sus respectivos equipos, fueron los responsables de las dantescas secuencias de putrefacción y muerte del film. Particularmente notable, aunque repugnante fue el maquillaje prostático para el embichado. Por otra parte, Los artistas del taller CBAC fueron los encargados de crear el dispositivo para eliminar a los embichados, el cual guarda varias similitudes en cuanto a diseño con el que aparece en “Aterrados” (2018) del propio Rugna. De hecho, se dice que esto podría indicar que entre ambos films podrían pertenecer a una suerte de universo compartido.
Debido a las altas restricciones que hay en Argentina respecto a la relación de actores infantiles y escenas de violencia, además de lo obvios efectos visuales y prácticos en las secuencias de muerte que los involucran, para la escena en que nace en mal en forma de niño se utilizó un líquido azul para cubrirlo, el cual fue retocado a rojo oscuro digitalmente.
“Cuando acecha la maldad” (2023) se filmó en las zonas rurales de la Provincia de Buenos Aires. En Argentina se convirtió en un éxito instantáneo, transformándose en la película de terror argentina más vista de todos los tiempos. Se estrenó mundialmente en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 13 de septiembre. En Estados Unidos se estrenó el 22 de septiembre en el Festival de Cine Fantástico de Austin y en Francia el 29 del mismo mes en el Festival de Cine Fantástico Europeo de Estrasburgo. Participó además en otros festivales como el Beyond Festival, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Gerardmer y el Festival Internacional de Cine Fantástico Sitges, donde se llevó el premio a la mejor película, siendo la primera película latinoamericana en ganar este premio.
La banda sonora estuvo a cargo de Pablo Fuu, pero el mismo director participó en ella. De hecho, tomó el nombre para el film, “Cuando acecha la maldad”, de una canción homónima del grupo de metal “Logos”, que aparece en el álbum “Generación Mutante” (1994). Rugna y su grupo de metal “Pasco 637” grabó su propia versión para la película, haciéndose él mismo cargo de las guitarras.
En resumen, con su historia perturbadora, su buen ritmo y desinhibición respecto a la exposición del horror y lo visceral y su ambientación ominosa y opresiva, estamos ante una de las películas latinoamericanas de terror más destacables de este siglo.
No entienda esas puntuaciones a una pelicula lenta,sin sentido,hay momentos en los que hay que ponerle subtitulos para entender lo que hablan,actuaciones malas y sobre todo,casi toda la pelicula se la pasan gritando y corriendo de un lado a otro.,para pasar un rato de aburrimiento esta bien.
Voy a puntuar bien, no porque sea una peli de mis pagos, sino porque hace bastante que venia esperando algo así.
¿De donde surgió el tema de los embichados? ni idea.
¿Me molesta que no se explique? PARA NADA.
En los últimos años se vienen viendo excelentes trabajos de maquillaje y efectos especiales, y los de ésta cinta no son la excepción. Además de la calidad actoral, que a diferencia de muchas opiniones, para mi estuvo muy bien.
Me disculpo en nombre de todos los argentinos por hablar tan complicado (?)
Lo macabro de “Cuando asecha la maldad“ es sin dudas el punto fuerte. Y un final “desolador“ es justo lo que necesitaba esto.
No comprendo muy bien las excelentes calificaciones que tiene esta película. Me he puesto a verla animado por ellas pero he de decir que me ha decepcionado completamente. Me ha parecido una película aburrida, tanto que no he podido terminar de verla y he parado la proyección cuando llevaba una hora.
La historia no ha conseguido engancharme en ningún momento, no he visto terror por ningún sitio y el desarrollo es lento y deslavazado. Si le sumamos que las actuaciones dejan mucho que desear, que la dicción de los actores es poco menos que ininteligible -suena a risa pero en algunos momentos he activado los subtítulos ¡en una película en español!- y que al guión le faltan un par de vueltas, pues qué queréis que os diga…
Película de terror argentina que está bien pero tampoco es para tirar cohetes.
La premisa es original, tiene buena fotografía, lindos paisajes llanos, buenos efectos especiales y buen maquillaje pero está pésimamente actuada, el audio es malo por lo que se entiende poco lo que dicen (sumado a que hablan cerrado) y es algo lentita.
Se deja ver peo eh visto mejores!
“Cuando acecha la maldad“, terror argentino que no me asustó nada. Argumento desastroso, sin pies ni cabeza, sin lógica alguna, sin tensión ni suspense. Un montón de ideas en una olla con el resultado de ser un cocido mal hecho. ¿Es horror psicológico, es gore?, ¿qué es?
Los personajes están mal enfocados y es casi imposible empatizar con ellos. Poco creíbles. El ritmo de la película supone momentos que se sienten eternos de lo lentos que son, y de repente, saltan escenas de acción sin sentido. Efectos especiales, maquillaje, dirección artística, ... nada tiene consistencia de una película supuestamente aterradora. Sinceramente, no entiendo por qué tuvo tanto éxito. Jorge Palacios. Cine para Pensar
Interesante pelicula Argentina, centrada en el tema de las posesiones visto de una manera diferente mas no original.
Las actuaciones aunque no son sorprendentes se dejan ver, no he tenido problema con el idioma como veo que otros han tenido, es parte de la ambientacion y ubicacion en la trama.
Las escenas de gore estan bien logradas y mantiene el interes.
No me parece la mejor pelicula pero esta entre las mejores con el plus de ser sudamericana, demostrando que se puede realizar peliculas de buena calidad.
Recomendable.
El ganador de Sitges 2023, Demián Rugna, compone una cadenciosa partitura de terror rural sobre el mal en su más intrínseca sustantividad. Y sin concesiones, porque «Cuando acecha la maldad» resulta difícil desprenderse de ella.
Una película argentina, artesana, brutal en su concepción y realización y que, con el tiempo, podría convertirse en una obra de culto, si no lo es ya. Inquietante y PAVOROSA. .2️⃣/5. ··PICARD··
Me ha gustado mucho este producto argentino sobre posesiones, que se nos presenta como algo “nuevo“ dentro del genero.
Centrada en un pueblo remoto de la Argentina rural, varias personas deben luchar contra una maldad que se propaga si no se siguen ciertas reglas.
La película no demora en arrancar, y ya desde el principio nos sumerge en su trama con un ritmo bastante decente que no decae.
Suma muchos puntos el tema de la escenografía, y los efectos muy bien logrados.
Las actuaciones están muy bien, y los personajes muy bien desarrollados.
La verdad que me esperaba más de lo mismo pero logro sorprenderme.
Recomendada.
8/10
Película que si no fuera por sus escenas violentas, sería muy aburrida.
Durante gran parte de la película no entendía los diálogos, se escuchaba fatal o no vocalizaban los actores.
Consiguieron llamar mi atención pasados 20-30 min.
En sí tiene un argumento pobre y tonto. Realmente no pasa casi nada durante la película.
Aprobada por las escenas gore y ya.
No recuerdo la última vez que una película me sorprendió como lo hizo “Cuando acecha la maldad”. Es, sin duda, la mejor película de terror estrenada en el 2023, una creación original, vibrante y rica en matices. El argentino Demián Rugna (atención a sus filmes anteriores, en especial “Aterrados”) logra una película sobre demonios que poseen a las personas, como si fueran un virus y tienen su propio conjunto de reglas. Se elude los clichés tan agotados del género, en una interesante e inteligente combinación de los subgéneros de posesión demoníaca y zombis infecciosos, en la que no sabes qué esperar o hacia dónde irá.
Rugna es audaz, no tiene escrúpulos en romper un gran tabú del cine referente a los niños, y te deja sin aliento. Crea un horror profundamente atmosférico, un mundo alternativo y una mitología en los que lentamente te sumerge. Los efectos de maquillaje son de primera y cautivarán y espeluznarán incluso al espectador de terror más insensible, desde un hombre horriblemente obeso y repugnante hasta la espantosa muerte de un animal de granja.
Una película cautivadora con sus elementos de terror y bastante profética en la forma en que el mal se propaga como una enfermedad infecciosa invisible.
Me recomendaron mucho esta película argentina, pero me enfrenté a dos inconvenientes principales. El acento fue casi ininteligible, posiblemente debido a un dialecto muy cerrado o problemas de sonido. Me costó entender gran parte del diálogo, como si faltaran subtítulos en español. Además, la narrativa de la película resultó confusa, con una introducción abrupta en la trama que dificultó el seguimiento de la historia.
Sin embargo, la película tuvo aspectos positivos. La idea central es innovadora, y las escenas de gore son destacables por su crudeza y detalle explícito. En general, no la considero una obra maestra, pero sí una de las mejores del año 2023 en el género de terror.
He visto muchas películas de terror, nunca volví a sentir esa sensación y decir que buena estuvo pero con una sensación fresca.
Se puede ver como existe un gran potencial también en Sudamérica, para plasmar buenas joyas del horror, y este director me dejo con ganas de ver su siguiente trabajo.
Si hay algo que se puede destacar es el gore y escenas incomodas, que plasman bien con la historia de los encarnados, que a mi gusto le falto algo de profundidad, pero hacerlo mas larga pudo haber afectado la trama.
Buen maquillaje y efectos especiales que no tienen nada que envidiar a grandes producciones de Hollywood.
Totalmente recomendada a quien busque algo fresco para ver.
Cuando acecha la maldad [2023]
Spookymetro: 4 de 5
[OPINION]
Es una buena película, creo que tiene un sesgo donde al haber sido un muy mal año de películas de terror en general, con muy pocas rescatables, llega esta entrega argentina, que, a pesar, de tener sus fallas, cuenta con una historia fresca y genuinamente genera terror. Pero a mi consideración no es la mejor película de terror de todos los tiempos, pero si gana a la mejor del 2023.
Cuenta con muchas cosas que realmente no se entienden, desconozco si son tópicos más locales y por ello, la historia no se llega a desarrollar de manera natural, cuentan con muchos personajes que explican partes de la trama. Al igual que las acciones de los personajes son absurdas, pero necesarias para que la historia continue. Para concluir y dar paso a una segunda parte. (La cual si me interesa conocer)
A pesar de lo anterior, vale completamente la pena verla, esta muy bien realizada y la historia es muy interesante
Desde Argentina llega un intrigante relato de folk horror que sumerge a sus personajes cotidianos en una realidad aterradora marcada por la llegada del anticristo. En una apartada localidad rural, la comunidad se ve conmocionada por el inminente alumbramiento de una entidad demoníaca, un evento que parece inevitable a pesar de la creciente consternación.
Demián Rugna no escatima en su entrega de escenas inquietantes y visualmente impactantes, logrando una sensación palpable de disgusto. De manera audaz, no duda en implicar a los más vulnerables, como niños y embarazadas, como víctimas de la creciente ola de violencia. Sin embargo, es la atmósfera opresiva y enfermiza del pueblo, subrayada por una partitura sumamente efectiva, lo que verdaderamente distingue a la película, presentando un escenario donde la figura del héroe tradicional parece no tener lugar.
Los hermanos protagonistas son retratados como individuos ordinarios, abrumados por circunstancias extraordinarias, luchando con su deber moral frente a un mal que parece insuperable. Su lucha, lejos de ser heroica, plantea la pregunta de si sus intentos por intervenir solo sirven para empeorar la situación.
La narrativa juega hábilmente con la ambigüedad entre la realidad y la sugestión, invitando al espectador a discernir entre la alegoría y el horror sobrenatural puro. Aunque la película podría beneficiarse de un aumento en la tensión para provocar una respuesta más visceral, las convincentes actuaciones y la inclusión de elementos del realismo social, que se desvían hacia lo grotesco y lo macabro, compensan cualquier deficiencia.
Esta obra ofrece un viaje cinematográfico digno de atención, que si bien puede carecer de ciertos momentos de tensión máxima, compensa con una narrativa rica y una atmósfera envolvente que mantiene al espectador enganchado hasta el final.
“Cuando acecha la maldad“ nos introduce en un ambiente tétrico y desconcertante, desarrollándose en un aislado pueblo donde dos hermanos se enfrentan a una manifestación aterradora del mal. La cinta explora conceptos como el miedo, el sacrificio y la resignación, envueltos en un estilo narrativo oscuro y claustrofóbico que asegura mantener al espectador al borde de su asiento.
Las interpretaciones de los hermanos son excepcionales, articulando una convincente amalgama de temor, resolución y desesperanza. La actuación del individuo poseído por el mal es igualmente destacable, estableciendo una atmósfera perturbadora que persiste a lo largo del metraje.
Demián Rugna se reafirma como un hábil creador de ambientes terroríficos y suspense con una dirección meticulosa y enfocada, que conduce la trama hacia un clímax oscuro y predestinado.
La música de la película intensifica el miedo, utilizando tonos disonantes y pausas estratégicas para aumentar la tensión. La cinematografía complementa esta sensación con sus escenas sombrías y composiciones visuales que reflejan la oscuridad que invade el pueblo.
El diseño de producción es sobresaliente, presentando un escenario aislado y anacrónico. Los efectos especiales son convincentes y perturbadores, y la edición contribuye a mantener un ritmo constante y aterrador.
Si bien la película logra transmitir el terror de manera efectiva, algunos espectadores podrían encontrar su ritmo algo pausado y su tono opresivo excesivamente abrumador. Por otra parte, ciertos elementos narrativos podrían haberse desarrollado más para proporcionar una mayor profundidad y contexto a la historia.
Varias personas, que conocen mis gustos cinéfilos, me habían recomendado basante esta película, así que no podía mas que verla.
Quiero hablar primero de lo que no me ha gustado de la película, que son 2 puntos importantes: El primero de todo, el acento. Es una película argentina y ya sabía a lo que me exponía, pero lo de esta película no es normal. Conozco argentinos y he visto películas argentinas antes, y por lo general, entiendo el acento decentemente, aunque tengan palabras propias que igual no conozco, pero en el contexto general, se entiende. Pero lo de esta película es prácticamente inentiligible. No se si será que es acento de campo muy cerrado, o es culpa del sonido de la película, pero no he entendido ni la mitad de lo que decían en toda la película. Es como si todos los actores fueran Mario Casas y no supieran pronunciar su propio idioma. Ha sido una tortura, tendría que haberla visto subtitulada para entender el propio español.
El otro punto que no me ha gustado es la forma de contar la historia, que te metan de lleno en la trama sin explicar nada, puede quedar bien en según qué tramas, pero no es el caso. Tardas muchísimo en enterarte de qué va esto, y así no se puede disfrutar la historia decentemente.
Quitando esos 2 puntos, la peli me ha gustado bastante, sin parecerme la gran maravilla que pretenden venderte. La idea de la película es muy buena, aunque como decía, mal llevada a cabo, y destaca sobre todo el buenísimo gore que tiene, y las escenas tan crudas y (en alguna ocasión) explícitas.
¿Es un peliculón?, no lo creo. ¿Es de lo mejor del año, en lo que a cine de terror se refiere?, sin duda.
“Cuando Acecha la Maldad“, lo último de Demián Rugna, ha superado nuestras expectativas con su genuino amor por el terror crudo y directo. Situada en un pueblo remoto de Argentina, la historia sigue a dos hermanos enfrentándose a una posesión diabólica con consecuencias inesperadas. A pesar de la presión de superar su exitoso film anterior, “Aterrados“, Rugna entrega una obra intensa y apasionada, destacando por su tensión y escenas impactantes.
Aunque algunos elementos técnicos y actuaciones no alcanzan la perfección, estos detalles menores son eclipsados por el compromiso del film con una narrativa de terror sin concesiones. Las actuaciones principales y el maquillaje sobresaliente compensan cualquier fallo, y la audaz dirección de Rugna ofrece una experiencia visceral y emocionante. “Cuando Acecha la Maldad“ demuestra cómo con limitados recursos pero gran habilidad se puede entregar una película de terror estimulante y satisfactoria. Con todos estos elementos, merece una sólida calificación de 8.
Críticas: 34
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SYLAR
8
Despues de la gran sorpresa que fue la pelicula Aterrados su director o sea
Demián Rugna lo hace de nuevo entregando esta gran pelicula de terror titulado Cuando acecha la maldad.
La vi sin saber nada de su historia, es mas nisiquiera sabia que tenia el mismo director de Aterrados y solo lo vi por que lei muchas buenas criticas. Practicamente no conosco a ningun actor salvo por Luis Ziembrowski pero me sorprendio bastante Ezequiel Rodríguez como Pedro.
La historia que es practicamente como de demonios me gusto pero tambien añadieron como si fuera que se expande como un virus y ese toque especial tambien me gusto. La pelicula cuenta con muchos buenos momentos de terror y tambien ayudo que todo sea en una granja y un pueblo pequeño.
No cuenta con muchos efectos especiales y es mas practico todo a la antigua.
Esta es una pelicula Argentina que sorprende y mucho
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