Ficha The Arrival from the Darkness


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Críticas de The Arrival from the Darkness (1)




mahotsukai

  • 14 Aug 2020

8


Interesante film silente de horror surrealista, dirigido por el checoslovaco Jan S. Kolár.

Richard Bor visita a su vecino, el terrateniente Drazický, para llevarlo un viejo libro. En él, Drazický encontrará la descripción de un misterioso episodio alquímico que involucró a un antepasado suyo, y que para entenderlo mejor deberá buscarlo en la Torre Negra.

Aunque la antigua Checoslovaquia tendría sus primeras incursiones cinematográficas principalmente a través de argumentos basados en tradiciones y folclore del país a fines del siglo XIX e inicios del XX de la mano de Jan Kříženecký, no sería hasta mediados de la década de 1910s que un par de inquietos y talentosos cineastas jóvenes rodarían las primeras películas checoslovacas de relativa importancia en Europa. Entre estos jóvenes, se encontraría Jan Nepomucký Josef Kohn, mejor conocido como Jan Stanislav Kolár, que debutaría en 1917 con la comedia “Dáma s malou nožkou” (“Dama de pies pequeños”, 1919), dirigida conjuntamente con Přemysl Pražský. Sin embargo, sus mayores influencias cinematográficas, el estadounidense D.W. Griffith (“Intolerance”, 1916) y el teutón Paul Wegener (“Der Golem, wie er in die Welt kam”, 1920), le llevarían a filmar dos de sus obras más sobresalientes -y sobrevivientes- de la época silente, “Otrávené Světlo (“La Luz Envenenada”, 1921) y “Příchozí z temnot” (La Llegada de la Oscuridad”, 1921).

Lo que el guión desarrollado por el propio Kolár y Karel Hloucha presenta en “Příchozí z temnot” (La Llegada de la Oscuridad”, 1921) es una original, interesante y oscura historia de horror gótico con elementos sobrenaturales que claramente bebe del Expresionismo Alemán imperante por aquellos años en la vecina República de Weimar, de la mano de recientes clásicos germanos como “Das Cabinet des Dr. Caligari” (1919) de Robert Wiene, “Umheimliche Geschichten” (1919) de Richard Oswald y la ya mencionada (“Der Golem, wie er in die Welt kam”, 1920) de Paul Wegener. En él se combinan elementos de horror gótico expresionista y sobrenatural con otros de romanticismo decadente, léase, libros arcanos, torres embrujadas, siniestros alquimistas y amantes reencarnados que desafían las convenciones físicas del tiempo y la lógica.

El trabajo narrativo de Kolár resulta a todas luces eficiente principalmente debido a su habilidad para dinamizar la historia en dos épocas diferentes, una pasada a través de flashbacks que transportan al espectador a la Praga del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Rudolf II del siglo XVI, y otra contemporánea en la recientemente fundada Checoslovaquía que aún tiene resabios del dominio de la nobleza a pesar de las revoluciones sociales recientes. Además, Kolár sabe colgarse de un elemento casi cotidiano, que es la obsesión sexual y amorosa que un hombre puede desarrollar por una mujer, en la figura de Richard Bor, para trasladarla a un plano metafísico sobrenatural, cuando el resucitado Jesek se obsesione con la misma mujer, en quien cree ver un amor perdido en el siglo XVI por la plaga.

Por otra parte, las vueltas de tuerca en la trama en la segunda parte del metraje e incluso su abordaje enmarcado en el recurso del sueño o alucinación como en “Das Cabinet des Dr. Caligari” (1919) de Robert Wiene, son otro elemento que vitaliza y evita el estancamiento narrativo. Además, ciertos personajes que inicialmente aparecen como vehículos de intriga y posibilitan el caos de los eventos, como el caso de Richard Bor, termina por adoptar otro tipo de comportamiento, en una suerte de evolución de carácter que le sirve para efectos de redención. Otros, como el único personaje femenino, Dagmar, que tienen una importancia secundaria al inicio de la trama, van adquiriendo cierta importancia conforme avanza la trama, al punto de convertirse en el objeto de deseo o conflicto principal y el punto narrativo más importante de las aspiraciones de los tres personajes masculinos, entiéndase, el esposo, el vecino acosador y el reanimado pretendiente.

Otro punto narrativo a sobresaltar es el lenguaje simbólico de la resurrección de Jesek. Drazický cede a una oscura fuerza invisible que le lleva a utilizar su propia sangre y la fórmula del alquimista para resucitar a su antepasado, y con ello le “transfiere” la fuerza vital en un acto muy similiar al realizado por el Dr. Ortmann en el serial protoexpresionista “Homunculus” (1916-1917) de Otto Rippert, en donde por medio de un fluido suyo crea una criatura, si bien en este caso no se trata de una creación, sino de una resurrección. Por lo demás, más adelante, cuando Jesek crea ver a su perdida amada Alena en Dagmar, se completará simbólicamente la resurrección “completa” de Jesek, quien recién volverá a la vida emocionalmente cuando “recupere” la posibilidad de amar a pesar de haber sido resucitado físicamente.

De la misma forma, la labor pictórica del film es destacable, principalmente por el tratamiento que los fotógrafos de Kolár, Otto Hoffman y Otto Heller (“Peeping Tom”, 1960) realizan de recursos como el claroscuro, superposiciones de imágenes, uso de decorados rústicos y los diversos planos que, aunque estáticos por la tendencia de la época aún, regalan inquietantes postales como las secuencias en las que Drazický accede a la Torre Oscura y encuentra el laboratorio alquímico utilizado por el nigromante Balthasar Borro y el cuerpo incorrupto de su propio antepasado, Jesek; aquella dramática escena en la que lo resucita y ambos suben a la Torre como si salieran de una cárcel; el flashback en donde el espectador se entera como Jesek llegó a conocer al alquimista y convertirse en su ayudante, heredando todos los secretos arcanos de su maestro; y el descubrimiento que hace Drazický sobre cómo Jesek se mantiene con vida a diario.

El reparto lo encabezaron Theodor Pistek (“Erotikon”, 1929) y Karel Lamač (“Helena”, 1924), ambos destacados actores y futuros directores, que encarnan a los antagonistas que también son parientes, Drazický y Jesek. Ambos cumplen satisfactoriamente para los estandares del silente, si bien Lamač parece demasiado histriónico en su performance, demuestra tener las habilidades para despegarse un tanto de su habitual interpretación de personajes seductores. Vladimir Majer (“Magdalena”, 1921), que también se convertiría en director luego, se desdobla para interpretar a dos personajes, el intrigante Richard Bor que inicia todo el entuerto al entregarle el siniestro libro a Drazický, y el alquimista bohemio Balthasar Borro, maestro de Jesek. Finalmente, la joven y bella Anny Ondrakova (“Blackmail”, 1929) encarna al objeto de deseo y obsesión de los tres hombres. Ondrakova, que terminaría siendo esposa de Lamač por un tiempo, se convertiría en “la” diva del cine checoslovaco durante los 20s, alcanzando la fama internacional y trabajando extensamente en Alemania y Austria, principalmente en comedias románticas.

Kolár rodó los exteriores en los castillos de Karlštejn (1348) y Český Šternberk (1241) aún bien conservados y el ruinoso Okoř (1359), cuya torre principal sirvió de base para la Torre Negra. Las escenas de estudio fueron grabadas en EFA-Atelier am Zoo en Berlín y estuvieron a cargo del director artístico alemán Fritz Kraenke (“Der schädel der Pharaonentochter”, 1920).

El film se estrenó el 14 de octubre de 1921 en Praga e inmediatamente en Alemania, Austria, Francia y Gran Bretaña con el título de “Redivivus”. Durante décadas se consideró a “Příchozí z temnot” (“La Llegada de la Oscuridad”, 1921) una película perdida como tantas otras del futuro director de “Svatý Václav” o “San Wenceslao” (1926), sin embargo en 2007, y luego de dos años de intenso trabajo, el Národní Filmový Archiv (NFA) restauró un rollo que contiene supuestamente el film íntegro de 60 minutos, que reemplazó una restauración hecha en la década de los 50s con una versión reducida de 40 minutos que no contiene la fundamental secuencia de la resurrección de Jesek y que dificulta un tanto la comprensión de la trama.

En resumen, un estupendo y oscuro film de horror con marcados elementos expresionistas, que destaca por una interesante historia con elementos góticos, románticos y sobrenaturales, paisajes sombríos y castillos con horribles secretos. La evalúo con un 8.5.

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