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En verdad, no se podía pedir más, pero como adaptación de videojuego estaba genial, cumplidor para pasar el rato si soportas un tipo de película con tanto efecto, no se necesitan grandes actuaciones y la dupla Momoa y Black fantásticos, muy divertidos, pero solo para verlo una única vez, verlo dos veces ya pensaríamos mal de aquella persona jajaja; para los amantes del videogame muy nostálgico, para quienes como yo que nunca entendimos el condenado juego pues es muy aceptable, sabiendo desde el principio que es un guión para niños y listo.
Minecraft: La Película no pretende ser más de lo que es: una aventura entretenida que capta bastante bien la esencia del juego. Con buenos guiños al universo Minecraft, efectos visuales cumplidores y un reparto que se defiende, consigue mantener el interés, sobre todo entre los más pequeños. La historia es sencilla y se toma libertades respecto al juego original, pero logra funcionar dentro de su objetivo: divertir.
Lo mejor es que, a pesar de sus limitaciones, deja la puerta abierta a una secuela que podría seguir explorando muchas de las criaturas, biomas y mecánicas que aún no se han mostrado. El pequeño toque de terror con los zombis sorprende para bien y añade variedad al tono general. Una propuesta ligera y efectiva para su público, que cumple sin complicarse demasiado.
Es un despropósito que naufraga desde el primer minuto, una mezcla torpe de clichés y personajes planos que jamás logran capturar la esencia creativa del juego original. En lugar de apostar por la imaginación infinita que define a Minecraft, la película se limita a una historia insulsa y predecible, con diálogos forzados y sin una pizca de chispa.
Todo se ve improvisado y deslavazado, desde los efectos visuales hasta las motivaciones de los protagonistas, resultando en un espectáculo olvidable que no vale la entrada al cine.
La película tiene sus momentos divertidos gracias al humor alocado, los diseños extravagantes y algunas interpretaciones pasadas de rosca que logran arrancar sonrisas, pero no consigue escapar de sus evidentes fallos. Los personajes resultan planos y la forma en que se presenta el universo de Minecraft deja bastante que desear, con decisiones creativas poco acertadas.
Se nota que el equipo ha intentado capturar el espíritu del juego y, en parte, lo consiguen en la ambientación y los modelos, aunque el CGI flojo y la paleta de colores apagada empañan el resultado final. Las interpretaciones de Jason Momoa y Jennifer Coolidge aportan frescura y son lo mejor del reparto, pero Jack Black, que prometía mucho, termina siendo más cargante que gracioso.
Hubiera sido interesante que aprovecharan las tramas que ya existen dentro del universo de Minecraft para construir una historia más sólida, pero lamentablemente no ha sido el caso.
Y aunque jugué en algún momento Minecraft, y no me esperaba más de este filme... aún así logro arrancarme más de un bostezo.
Fue en el momento que la historia gira hacia un infantilismo, o sea justo al principio. Sabía que iba a ser infantil, pero no me esperé es fuera para púberes, y sumándole a esto que los personajes humanos no son un gran aporte, todo queda hecho para ese verdadero fan, aquel que vive y sueña a Minecraft.
Este Lego digital que en el juego emula a los primeros Nintendos con gráficos 3D, con sus pixeles grotesco y exageradamente notorios, pero eso no se cumple en la película, en donde los gráficos sólo cumplen con ser cúbicos, pero están llenos de texturas tan detalladas que se pierde ese aire retro del juego.
Si eres fan, y si estas más cerca que yo del público objetivo, la disfrutarás mucho más.
Ofrece exactamente lo que promete: una aventura ligera y entretenida perfecta para una salida familiar. Los efectos especiales son impresionantes y las actuaciones son enérgicas, especialmente la de Jason Momoa. Si bien no es una obra maestra cinematográfica, cumple su objetivo de proporcionar risas y diversión sin complicaciones.
Para los más cinéfilos, evidentemente la trama carece de la creatividad que define al juego, optando por un enfoque seguro y comercial que lógicamente no logra ser memorable.
Pero sin duda es agradable para ver una vez.
Como fan de Minecraft desde hace años, tenía la esperanza de que la película capturara la esencia creativa y expansiva del juego.
Desafortunadamente, se ve como una oportunidad desperdiciada con una trama simple y un exceso de foco en efectos especiales en lugar de desarrollar una historia significativa. Los niños pueden encontrarla entretenida, pero los adultos y los verdaderos fans del juego probablemente se sentirán decepcionados.
Aunque esperaba poco de una adaptación de un videojuego, Una Película de Minecraft me sorprendió gratamente con sus momentos divertidos y visuales atractivos. Jack Black aporta su carisma habitual, pero la trama es demasiado predecible y carece de profundidad.
Buen entretenimiento para una tarde sin expectativas, pero se olvida rápidamente y dudo que la vuelva a ver.
La película de Minecraft es, sin duda, una carta de amor descarada a los fans del juego, un festival de referencias y guiños que construyen un mundo visualmente divertido, con buena música y mucho ritmo, pero que no deja de sentirse como un cúmulo de locuras pensadas para mantener a los más pequeños entretenidos a toda costa.
El humor exagerado y las escenas veloces intentan tapar una trama simplona y predecible que apenas se detiene a desarrollar personajes o emociones, apostando más por el espectáculo ligero que por un relato sólido.
Es un entretenimiento familiar que cumple con su cometido si no se le pide demasiado, pensado para que los jugadores de Minecraft sonrían reconociendo cada guiño mientras la película corre desenfrenada hacia la taquilla.
La película de Minecraft es un intento fallido de capturar la magia del juego en la gran pantalla; aunque el diseño del mundo de cubos está muy bien logrado y la ambientación visual funciona, todo se viene abajo en cuanto entran los actores de carne y hueso, que parecen sacados de un filtro barato de TikTok. Jack Black y Jason Momoa hacen lo que pueden para dar vida a sus personajes, pero la historia es tan floja y carente de rumbo que no consiguen levantarla. La sensación general es la de estar viendo un resumen torpe de YouTube en vez de una aventura con alma, y aunque los niños pequeños o los fans más acérrimos del juego puedan pasar el rato reconociendo elementos, para cualquier otro espectador es una experiencia olvidable y prescindible.
Sorprende para bien dentro de sus limitaciones, ofreciendo un espectáculo más entretenido de lo que parecía en un principio.
Aunque fuera del mundo del juego las escenas flojean bastante y el humor no siempre acierta, la película sabe trasladar con acierto la esencia de Minecraft y su jugabilidad a la narrativa, con un ritmo ágil y un enfoque desenfadado que funciona si la ves sin grandes pretensiones.
No es alta cinematografía, pero como blockbuster divertido y despreocupado, cumple con creces y se sitúa entre las adaptaciones de videojuegos más decentes que se han hecho.
La película no ha sido el despropósito que imaginaba, aunque tampoco se libra de varios tropezones. A pesar de que la historia se ver un tanto forzada y no termina de exprimir bien el mundo de Minecraft, hay ciertos destellos de diversión gracias a la locura controlada de Jared Hess y a un par de interpretaciones que se atreven a desmelenarse. Jason Momoa y Jennifer Coolidge aportan energía suficiente para que la cosa no se venga abajo, mientras que Jack Black, sorprendentemente, no brilla como cabía esperar y acaba resultando algo cargante. Visualmente es irregular, con momentos que capturan bien la esencia del juego y otros donde el CGI parece sacado de una beta mal terminada. En definitiva, como entretenimiento ligero cumple sin alardes, pero será difícil que permanezca en la memoria una vez salgamos del cine.
La película abraza el disparate con descaro y convierte lo absurdo en su mayor virtud, ofreciendo un espectáculo más divertido de lo que nadie habría esperado.
Jack Black se desata completamente en un papel que es puro exceso, con su humor inconfundible que o te engancha o te resulta cargante, pero que sin duda marca el ritmo del show. Jason Momoa, lejos de su habitual imagen de tipo duro, se lanza de lleno en un personaje cobarde y resbaladizo que acaba resultando entrañable en su torpeza.
Todo es un gran guiño a los fans del videojuego, repleto de bromas tontas, referencias escondidas y una energía juguetona que invita a dejarse llevar sin prejuicios. Si entras en su juego, la diversión está asegurada.
Minecraft intenta abarcar demasiadas cosas a la vez y acaba siendo un híbrido descompensado que no termina de cuajar: entre guiños al público gamer, la extravagancia marca de Jared Hess y la búsqueda de un tono familiar para todos los públicos, la película se queda a medio camino de todo.
Aunque Jack Black y Jennifer Coolidge se entregan a fondo y aportan la energía que sostiene la cinta, la mezcla de personajes excéntricos y adolescentes “relatables” no se amalgama bien, y el mensaje sobre la creatividad, aunque presente, se siente pegado con alfileres. Jared Hess, que solía brillar con su humor absurdo y personajes entrañables, aquí pierde parte de su chispa en un mundo cúbico que, pese a algunas ocurrencias divertidas, nunca alcanza el encanto que prometía.
Una aventura descaradamente absurda y juguetona que abraza por completo el caos creativo del juego original. Con interpretaciones desatadas, especialmente de un Jack Black totalmente desbocado, la película es un carrusel de disparates que funciona gracias a su ritmo ágil y un sinfín de detalles cómicos que harán reír tanto a los más pequeños como a los adultos con sentido del humor.
Jared Hess imprime su toque excéntrico creando un universo disparatado pero entrañable, donde la imaginación desbordante es la auténtica protagonista. Aunque sea una locura constante, la película sabe transmitir entre bromas un mensaje genuino sobre la autenticidad y la fantasía, dentro y fuera del Overworld.
Un auténtico desastre que intenta subirse al carro de la popularidad del videojuego pero termina siendo un caos absoluto de mala comedia, acción sin sentido y personajes que no enganchan ni por accidente.
La película tiene todos los ingredientes para entretener a los más pequeños —escenarios coloridos, efectos decentes y mucho ruido— pero falla estrepitosamente en ofrecer una historia coherente o divertida para cualquiera que no sea un fan ciego de la saga.
Ni siquiera Jack Black y sus números musicales logran levantar el nivel de este despropósito que parece escrito entre demasiadas manos y sin ninguna cabeza. Visualmente no deslumbra, el humor es forzado y los personajes femeninos quedan relegados a animar desde las gradas mientras los hombres compiten por quién grita más fuerte.
En definitiva, un intento perezoso de estirar la marca que solo gustará a quien con tal de ver “Minecraft” en pantalla grande, acepte cualquier cosa.
Minecraft se queda lejos de alcanzar el potencial de su franquicia: es una película que apuesta todo a la nostalgia y a los guiños para fans, pero olvida ofrecer una historia sólida o un espectáculo visual coherente. Lo que podría haber sido una aventura vibrante termina siendo un batiburrillo de efectos verdes mal integrados, escenas inconexas y humor que no encuentra su tono, con un guion que parece más un campo de batalla entre varios escritores que una visión clara.
A no ser que seas un fan incondicional de Minecraft, esta adaptación se siente como un pase rápido hacia el olvido, en la larga lista de películas que no entienden que, sin alma ni ingenio, ni el mayor de los universos virtuales puede sostenerse.
Críticas: 18
Jau4ever
0
¡Arránquenme los ojos! ¡Qué cosa tan mediocre acabo de ver! Siempre he dicho que el cine merece respeto, por su arte y por su complejidad, pero Minecraft es un insulto a toda la industria y se puede clasificar como BASURA. El guión parece escrito por alguien con parálisis cerebral, la historia no tiene sentido, el casting es vulgar con malas payasadas, y el mundo de Minecraft se nota claramente que solo aprovechan el tirón comercial del videojuego ( tampoco es un videojuego de alta calidad ) para hacer caja y llenarse los bolsillos.
Entiendo que el propósito sea atraer a madres y padres que llevan a sus hijos al cine por ser “jugones“ de este juego, y eso lo puedo llegar a entender. Pero leer en internet comentarios de adultos diciendo que la película es muy buena, sinceramente, creo que esas personas no saben qué es el cine o quizás tienen algún tipo de retraso mental. Con este tipo de películas, Hollywood demuestra que es una fábrica fast food dañina para los consumidores, mientras que los más exigentes prefieren ir a un restaurante gourmet, la clase social baja, sin cultura ni recursos, no tiene más opción que tragarse este Big Mac, mientras las Majors se llenan los bolsillos.
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