Como muchos mitos y cuentos, la leyenda del Shuten-dōji, el oni que habitaba el monte Oe, cerca de Kyoto, esconde tras de si algo de historia real contada en parábola. De hecho el guion de la peli juega con esto, dándole además cierta lectura progresista a la historia, de acuerdo con el clima reivindicativo - que por desgracia quedó en muy poca cosa - del Japón de la época.

Cuenta la supuesta historia real que en el S.X de nuestra era (el periodo Heiano), el bandolerismo apareció por doquier en la capital japonesa, y los clanes, bandas, salteadores y chorizos de todas clases se empezaron a acomodar por el monte Oe. El que debía ser el más chorizo de todos pero quien manda, manda, el Mikado, supongo que Fujiwara no Michinaga, encargó a un daimyō de un importante clan del que habían procedido varios Emperadores, Minamoto no Yorimitsu, una limpieza completa de esa gente de mal vivir. Yorimitsu, junto a su hermano Yorinobu, crearon un cuerpo paramilitar que al parecer prácticamente limpió de delincuentes los alrededores de Kyoto. Yorimitsu se ganó el nuevo nombre de Minamoto no Raizō por sus servicios.

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