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Obra maestra de John Schlesinger, un estupendo director que sabe como llevar el ritmo de suspense en una película y aqui lo consigue desde el primer instante.
Su comienzo es conmocionante para el espectador. Típica situación familiar estadounidense que pasa a ser escenario mortal para una madre, mientras su hijo y su marido son incapaces de ayudarla.
Así fluye la historia, bailando entre el dramatismo y el thriller, sobrenatural cuanto más avanza.
Es una de las pocas películas que podemos encontrarnos que nos adentre en el mundo de la santería y el vudú, siendo además un tema interesante y bastante destacado en el largometraje, pues es el centro de la historia.
Una gran banda sonora, compuesta por J. Peter Robinson, que deja destellos de grandeza aunque su trabajo no sea tan reconocido como el de otros grandes compositores.
Genial Martin Sheen, sufridor personaje protagonista que tiene que verse involucrado en un escenario de niños sacrificados y su propio hijo será la próxima víctima. No puede confiar en nadie, ya que nadie es como parece ser.
Estupenda.

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