Críticas de Triángulo de Oro (La Isla Fantasma) (1)
OscarCabrera
7 Nov 2012
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En mi corta trayectoria analizando cintas como forma de mantener vigente mi ferviente cinefilia, he constatado lo mezquina y cruel que puede ser la crítica “especializada” en ocasiones al solo fomentar desprecio y subjetividad mal dirigida, plagada de apreciaciones superfluas en lugar del análisis ecléctico positivo. La cuestión, aunque sabemos que es relativa esta tarea, es jamás olvidar la objetividad respetuosa. Inicio con esto porque hoy fui participe en el visionado no solo de una imprescindible pieza del patrimonio fílmico de mi país, sino de un testimonio de perseverancia plasmada con valentía.
Durante la época de realización y proyección hasta la actualidad, siendo redescubierta para un sector contemporáneo, la película propone un entretenimiento con una tensión narrativa singular en su autor. Me da gusto destacar un manejo fluido del lenguaje en ciertas escenas con unos encuadres concretos y cuidados, perfecto para una trama sencilla. Puede ser que tenga para mí como espectador algún problema de ritmo, sin embargo logra involucrar a todos los demás que estaban en la sala dentro de sus inquietudes no solo temáticas, también estéticas con un montaje funcional.
Para ojos ajenos parecerá elemental, pero prefiero pensar que es cándida e ingeniosa cuando desea conseguir alguna acción, reacción o efecto especial con geniales ejemplos como animar plantas carnívoras, una secuencia muy lograda de artes marciales, e inclusive un acertado acompañamiento musical. Me sorprenden gratamente esos elementos por su carácter práctico.
Sus Personajes poseen motivaciones discretas, siendo ideales para el contexto accesible. De verdad sentimos que a Pinilla le importamos como público cuando humildemente y sin tapujos quiere generar emociones, guiándonos por los efectismos en calidad de cómplices amenos. Percibiéndose meticuloso al crear suspenso hasta el sobresalto fino. Me hubiera gustado una ejecución menos dilatada y que en los intérpretes enfatizaran más sus expresiones gestuales o actos para manifestar sentimientos. Por lo que a mi respecta es genuino, en cambio contemporáneos a él e incluso colegas actuales que teniendo mas recursos se muestran forzados y vacuos frente a su hiperactividad creativa.
Concluyendo con este sentido y modesto análisis, intento incentivar en ustedes el como surge el valor que puede tener una obra; Jairo fue constante e incesante en su trabajo con una premisa como máxima, hacer cine diferente. Paso adversidades, tribulaciones y disputas que casi lo dejan en el olvido, instigadas por unos pocos que dicen regular pero censuran. Para nuestra fortuna perduró mas el ímpetu y la voluntad de culminar su visión, no la de otros.
OscarCabrera
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En mi corta trayectoria analizando cintas como forma de mantener vigente mi ferviente cinefilia, he constatado lo mezquina y cruel que puede ser la crítica “especializada” en ocasiones al solo fomentar desprecio y subjetividad mal dirigida, plagada de apreciaciones superfluas en lugar del análisis ecléctico positivo. La cuestión, aunque sabemos que es relativa esta tarea, es jamás olvidar la objetividad respetuosa. Inicio con esto porque hoy fui participe en el visionado no solo de una imprescindible pieza del patrimonio fílmico de mi país, sino de un testimonio de perseverancia plasmada con valentía.
Durante la época de realización y proyección hasta la actualidad, siendo redescubierta para un sector contemporáneo, la película propone un entretenimiento con una tensión narrativa singular en su autor. Me da gusto destacar un manejo fluido del lenguaje en ciertas escenas con unos encuadres concretos y cuidados, perfecto para una trama sencilla. Puede ser que tenga para mí como espectador algún problema de ritmo, sin embargo logra involucrar a todos los demás que estaban en la sala dentro de sus inquietudes no solo temáticas, también estéticas con un montaje funcional.
Para ojos ajenos parecerá elemental, pero prefiero pensar que es cándida e ingeniosa cuando desea conseguir alguna acción, reacción o efecto especial con geniales ejemplos como animar plantas carnívoras, una secuencia muy lograda de artes marciales, e inclusive un acertado acompañamiento musical. Me sorprenden gratamente esos elementos por su carácter práctico.
Sus Personajes poseen motivaciones discretas, siendo ideales para el contexto accesible. De verdad sentimos que a Pinilla le importamos como público cuando humildemente y sin tapujos quiere generar emociones, guiándonos por los efectismos en calidad de cómplices amenos. Percibiéndose meticuloso al crear suspenso hasta el sobresalto fino. Me hubiera gustado una ejecución menos dilatada y que en los intérpretes enfatizaran más sus expresiones gestuales o actos para manifestar sentimientos. Por lo que a mi respecta es genuino, en cambio contemporáneos a él e incluso colegas actuales que teniendo mas recursos se muestran forzados y vacuos frente a su hiperactividad creativa.
Concluyendo con este sentido y modesto análisis, intento incentivar en ustedes el como surge el valor que puede tener una obra; Jairo fue constante e incesante en su trabajo con una premisa como máxima, hacer cine diferente. Paso adversidades, tribulaciones y disputas que casi lo dejan en el olvido, instigadas por unos pocos que dicen regular pero censuran. Para nuestra fortuna perduró mas el ímpetu y la voluntad de culminar su visión, no la de otros.
por OSCAR CABRERA
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