Ficha La Aventura de Charles Augustus Milverton


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Críticas de La Aventura de Charles Augustus Milverton (1)




mahotsukai

  • 31 Jul 2019

7



Correcto TV Film especial incluido en la 5° Temporada “Los Casos de Sherlock Holmes”, dirigido por Peter Hammond, y protagonizado por Jeremy Brett y Edward Hardwicke.

Un perverso chantajista que compra cartas íntimas a la servidumbre de las familias más ricas de Inglaterra para extorsionarlos, pondrá en jaque a Sherlock Holmes cuando una de sus víctimas solicite la ayuda del legendario detective Baker Street 221B en la víspera de su boda.

Las aventuras de Sherlock Holmes (1984-1994) fue una serie de adaptaciones televisivas con varios de los casos más emblemáticos del legendario detective británico creado por Sir Arthur Conan Doyle. Creada por los productores Michael Cox y June Wyndham Davies, a partir de la idea original del guionista John Hawkesworth, quien escribió la mayoría de los libretos, contó con 7 temporadas y un total de 41 entregas entre episodios formales y especiales, siendo protagonizada por Jeremy Brett como Sherlock Holmes en todos los capítulos y por David Burke como el Dr. Watson hasta el término de la 2° temporada, cuando fuese reemplazado por el resto de los capítulos por Edward Hardwicke.

El guión está basado en el relato corto de Arthur Conan Doyle titulado “Charles Augustus Milverton” publicado dentro de la colección “The Return of Sherlock Holmes” publicada entre 1903 y 1904 en The Strand Magazine y, en general, Jeremy Paul respeta el texto original, con la premisa de que Holmes deberá detener a un inescrupuloso y desconocido chantajista que se especializa en comprar cartas íntimas y comprometedoras a los criados que trabajan para los más acaudalados nobles de Inglaterra, con el fin de extorsionarlos y así sustentar el lujoso estilo de vida que lleva. Un relato que ya había sido adaptado anteriormente en el film “The Woman in Green” (1945) de Roy William Neill y en el episodio de la serie “Sherlock Holmes” de a mediados de los 60s, “Charles Augustus Milverton” (1965) de Philip Dudley.

La historia se desarrolla en forma lenta y pausada, y puede no resultar para el espectador de las más interesantes de la larga serie televisiva protagonizada por Jeremy Brett, principalmente porque es una historia que carece de la intensidad y dificultad de deducción habitual de los casos de Sherlock Holmes. Y ello se debe a dos o tres cuestiones fundamentales. Primero, éste es uno de esos casos extraños en que el legendario detective no logra resolver personalmente el caso gracias a su impecable habilidad deductiva, acaso logra descubrir al chantajista que el espectador ya identificará desde poco más del inicio, lo que resta brillo un tanto al factor sorpresa. Además, Holmes se enfrentará a una cuestión de justicia “natural” que se traduce en la venganza del agraviado, un elemento que definitivamente no es tradicional en la obra sobre el estirado y obsesivo detective victoriano.

En segundo lugar, Holmes se enfrenta a un rival que le representa una contraparte poco habitual en términos intelectuales. No estamos hablando de un villano que haga todo lo posible por mantenerse en el anonimato y cuidándose las espaldas casi paranoicamente, por el contrario, se trata de un antagonista que sabiendo de su inteligencia para dejar esteril los intentos de Holmes de meterlo a la cárcel y los vacíos legales de la extorsión, se da maña de hasta reunirse con el detective y negociar una salida más beneficiosa para la agraviada, Lady Blackwell, que termina fracasando precisamente porque el ofrecimiento es pobre y el chantajista sabe que tiene todas las de ganar literalmente.

Y, en tercer lugar, la incomodidad que el mismo caso le provoca a Holmes. Contrariado por enfrentarse a un chantajista que no le teme a nada y acostumbrado a enfrentarse a villanos más letales, pero no muy brillantes, al detective le cuesta llevar el caso porque no es lo mismo perseguir y atrapar a un asesinato anónimo que hacer lo mismo con un chantajista, que técnicamente no ha asesinado a nadie. A lo sumo, se le podría culpar de inducir al suicidio, como en el caso del coronel Dorking, cuya homosexualidad el chantajista pone de manifiesto en la víspera de su boda, pero ni eso podría asegurarle una larga estadía en la cárcel. No es extraño, entonces, que Holmes sienta más repulsión por este tipo de villanos que por asesinos despiadados que lo hayan puesto ya en jaque.

En consecuencia, bien vale decir que lo más interesante de este episodio es ver al siempre brillante Sherlock Holmes sobrepasado por la inteligencia aplicada y posición del villano, al no poder encontrar el camino que le asegure resolver el caso sin violar la ley o poner su nombre o reputación seriamente en peligro. En cierta medida, es un reflejo de que el detective no es infalible y que puede haber casos que no pueda resolver o abordar correctamente a pesar de su reconocida capacidad deductiva. Al mismo tiempo, sugiere, pero no explora (afortunadamente en mi opinión) la contrariedad que también despierta en el detective que la criada a la cual utiliza para sacar información y meterse a robar las cartas que tiene el chantajista, se enamoré de él. Resulta interesante principalmente por la opinión generalizada que se tiene del detective, reconocido machista e incluso misógino, una cuestión muy habitual, en todo caso, en aquellos tiempos.

El reparto protagónico habitual de la serie incluyó por supuesto a Jeremy Brett, como Sherlock Holmes y Edward Hardwicke como el Dr. Watson que no hacen más que confirmar por enésima vez su afiato con los personajes y con su compañero, mientras que Rosalie Williams vuelve a personificar a la Señora Hudson. En el resto del reparto encontramos al experimentado Robert Hardy (“Winston Churchill: The Wilderness Year”, 1981; “Mary Shelley’s Frankenstein”, 1994) como Charles A. Milverton, el chantajista, que se convierte en lo más interesante de un reparto secundario bastante discreto, en donde también encontramos a Serena Gordon (Serie “The Bill”, 1984-2010) como Lady Blackwell y Norma West (“The Shadow of the Tower”, 1972) como Lady Swinstead.

El apartado técnico resulta eficaz, encabezado por el director de arte Colin Pocock y la correcta fotografía a cargo de David Odd, habitual nominado a los BAFTA TV Awards. La música estuvo a cargo de Patrick Gowers, otro habitual de la serie, quien continúa basándose su obra principalmente en el uso de cuerdas.

En resumen, un episodio poco habitual de Sherlock Holmes, cuyo mayor interés está en ver al legendario detective enfrentándose con un intelecto criminal complicado de vencer, y que se escuda en cuestiones que escapan de la propia habilidad de Holmes para hacer justicia.



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