Ficha The Embalmer (The Monster of Venice)

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Críticas de The Embalmer (The Monster of Venice) (4)




TANO

  • 8 Jan 2023

7


Curioso, muy curioso, este proto-giallo y proto-slasher italiano de 1965, que nos presenta a un psicópata que secuestra, embalsama y colecciona mujeres, a las cuales secuestra valiéndose de los canales venecianos para moverse líbremente por la ciudad nocturna con un traje de buzo (idea que ¨tomarían prestada¨ luego en la conocida ¨Amsterdamned¨, mola saber de dónde salió la idea).
La película se desarrolla en la Venecia de la época, y sirve como reclamo turístico de la ciudad, pues no dejan de mostránosla en ningún momento, y podemos ver muestras de la sociedad de la época, indumentaria, música, etc, pero al mismo tiempo, la película tiene cierto tono de ¨terror gótico¨ clásico que se mezcla bien con el resto.
Tiene bastante intriga y muertes, aunque se nota el bajo presupuesto y podría haber estado mucho mejor de lo que está, pero aún así hay que considerarla como lo que es, uno de los preámbulos de todo lo que vino después, tanto en lo que a giallos y slashers se refiere.



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mahotsukai

  • 12 Jun 2017

4



Peculiar aunque insípido film del efímero Dino Tavella (“Una sporca guerra”, 1965) que intenta una poco impactante mezcla de horror italiano y giallo.

Un asesino en serie asola las estrechas calles y catacumbas de la hermosa pero inquietante Venecia nocturna, secuestrando y asesinando mujeres jóvenes, a quienes lleva a su guarida para embalsamarlas y así completar una horrorosa colección de hermosos cadáveres femeninos. Un periodista investigará el caso de cerca pero tendrá que apresurarse antes de que una bella chica, un eventual interés amoroso, caiga en la garras del asesino.

A mediados de los 60s, el cine fantástico de terror vivía una de sus cúspides en Italia, con la inauguración del Horror Gótico de la mano de Ricardo Fredda (Il vampiri”, 1957), Mario Bava (“La maschera del demonio”, 1960) y Giorgio Ferroni (“Il Mulino delle donne di pietra”, 1960) entre otros, y el advenimiento del giallo, también con notable influencia del notable Mario Bava (“La ragazza che sapeva troppo”, 1962; “Sei donde per l’assassino”, 1964) y Romano Ferrara (“Crimine a due”, 1963; “Intrigo a Los Ángeles”, 1964). Por su parte, en la vecina Alemania, el público estaba fascinado con las adaptaciones cinematográficas de la obra de Edgar Wallace, conocidas como “Krimi”, mezcla de cine negro y gótico, de la mano del productor Horst Wendlandt y cineastas como Alfred Vohrer y Harald Reinl.

No es extraño, entonces, que este boom por el romanticismo del gótico y el progresivo interés del naciente giallo, generará diferentes propuestas por cada lado y además llevara a la experimentación de subgéneros híbridos, como es el caso de “Il boia Scarlatto” (1965) de Domenico Massimo Pupillo y este film, que es lo que intenta Tavella con este deslavado cruce de giallo y horror gótico, con la siempre hermosa ciudad de Venecia como escenario. Una idea que se replicaría, en todo caso, posteriormente, en el film holandés “Amsterdamned” (1988) de Dick Maas, en donde se producen una serie de asesinatos en los canales de la ciudad, ante la inoperancia y frustración de una policía que no anda ni cerca de los pasos del asesino.

Hay que decir que la idea no era en lo absoluto absurda e inviable, ya que el director, también guionista junto con Paulo Lombardo y Gian Battista Mussetto, agregará elementos de misterio del ya mencionado Krimi alemán y basará al oscuro villano principal en el legendario Fantasma de la Ópera, a propósito del éxito de la gran versión gótica de Terence Fisher (“The phantom of the opera”, 1962) al que fusiona con una suerte de monje diabólico, que tiene su guarida en un monasterio sumergido en los canales venecianos. Incluso, se advierte un intento por acercarse al Expresionismo Alemán con el uso de luces y sombras, pero claramente se queda sólo en eso, un acercamiento, lo que es una lástima porque el oscuro origen del villano lo hubiese permitido, sin duda.

Sin embargo, el problema del film radica principalmente en la poca habilidad de Tavella por crear y mantener un ritmo y ambiente tensos que suponga inquietud en el espectador. Éste presenciara secuestros, asesinatos y prácticas de embalsamamiento de cadáveres de bellas y jóvenes mujeres, a cargo de un “monstruo” humano que oculta su rostro con un traje de buzo cuando se encuentra sumergido en los canales y con una máscara cadavérica y un hábito franciscano cuando se encuentra en las catacumba, y sin embargo, cuesta tener un sentimiento de inquietud y desasosiego al ver los ataques del asesino. Y es que la posibilidad de que un maníaco sexual secuestre, asesine y experimente con cadáveres de mujeres jóvenes en la actual Venecia (la de los 60s) no deja de ser una idea interesante.

Y puede que ello se deba a la excesiva atención que el director le otorga al aspecto “turístico” del film. Claramente, el film tiene un excesivo afán publicitario para una hermosa ciudad que, en mi opinión, no la necesita. Hay demasiadas escenas de góndolas, referencias explícitas a los sectores más turísticos de la ciudad como el puente Rivoli, el archipiélago Giudecca, la isla de San Giorgio Maggiore y el muelle de San Marcos, por donde el arrogante periodista, Andrea, pasea y, de paso, flirtea con una de las alumnas del grupo de estudiantes que turistea por Venecia.

Otra razón detrás de ello puede ser su tendencia por el detallismo intrascendente, como la insistencia con el forzado romance entre el periodista gallardo y sabelotodo, Andrea, y la estudiante Maureen, parte del insoportable grupo de chicas gritonas al que el arrogante periodista pasea por Venecia para asegurar una conquista, las poca efectivas intervenciones de los gondoleros intentando poner la cuota de cotidianidad y humor local; y el aburrido y algo siniestro número del imitador de Elvis, con sarcófago en escenario, que es utilizado como excusa para que el villano meta el cadáver del arqueólogo que asesinó por andar husmeando en las ruinas del monasterio sumergido.

Todo ello en desmedro de aspectos mucho más interesantes y decisivos para captar la atención del público, como por ejemplo la exploración de la psique del asesino, el origen de su trauma y sus motivaciones para atacar jóvenes mujeres, ahogarlas y luego embalsamarlas, donde por cierto no se entiende, primero, que las venecianas sigan paseándose de noche por las estrechas y heladas calles de la ciudad sin compañía; segundo, que la policía nunca considere una opción sumergirse en los canales de Venecia cuando viene siendo el único lugar posible en donde pueden estar los cadáveres; tercero, que el asesino logré “embalsamar” a sus víctimas con 4 o 5 ml de algún químico, sin siquiera hacer extracción de órganos y otros tratamientos para preservar los cuerpos, entre otras interrogantes e incoherencias que siembran la duda respecto al guión.

El trabajo de cámara, en general, es bastante plano y mediocre, salvo algunas escenas interesantes en la que queda claro por qué el director optó por una fotografía en blanco y negro, a cargo de Mario Parapetti (“Sfida al diavolo”, 1963), en la práctica, la utilización de luz y sombra para las escenas en las catacumbas, en especial en el epílogo, en que el asesino persigue a Maureen y se enfrenta a Andrea. Hay una secuencia en particular que pudo haber sido mejor trabajada y que refleja que hubo buenas intenciones que lamentablemente no se materializaron de forma inteligente, como aquella en la que Maureen llega a un sector del monasterio, al parecer la capilla, en donde un grupo de momias de monjes están sentadas en las destartaladas bancas, en una inquietante postal subterránea de horror.

Lamentablemente las actuaciones no ayudan mucho para subir el irregular ritmo del film, no resultando ninguna de ellas interesante o inquietante. En el reparto, encontramos a Luigi Martocci (“Cleopatra”, 1963) que encarna al petulante galán y periodista Andrea; Maureen Brown (“Casualty”, 1986) quien interpreta a la estudiante e interés amoroso de Andrea, Maureen; y Alcide Gazzotto (“Una sporca guerra”; 1965) como el misterioso asesino en serie, que resulta predeciblemente más cercano que nadie.

Marcello Gigante fue el encargado de musicalizar el film con un estilo jazzístico de flautas, oboes y violines en los momentos de poca acción, que lamentablemente son los que abundan, y una partitura más clásica de violines y bajos para las escenas de horror, tan habituales de aquellos años, y que en realidad no aportan nada nuevo desde un punto de vista musical.

“Il mostro di Venezia” (1965) fue filmada en Trieste y Venecia, y fue financiada principalmente por el Departamento de Turismo de ésta última. Fue lanzada en Estados Unidos en doublé feature con “The She Beast” (1965) de Michael Reeves, película protagonizada por la legendaria Barbara Steele en 1966, año en que también se estrenaría en Francia. Posteriormente, en 1972, el film sería lanzado al mercado británico.

En resumen, una extraña propuesta de giallo y horror gótico de ritmo y tensión mediocres, y que probablemente con un director y un guión más avezados hubiese tenido una mejor factura. La evalúo con un 4.5.



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ragman

  • 18 Apr 2017

5


filme italiano sobre un psicopata con mascara de calavera que va por ahi matando mujeres hermosas para admirar su belleza como si fueran un cuerpo embalzamado de de alguna manera para mantenerlas intactas, pues me parecio un trama simple pero que sale aireosa, quizas en tiempos mas cercanos esta idea podrian desarrollarla mejor, pero no la desmerezco, es un filme bastante desconocido y anterior a giallos o peliculas que se embarcan a atar cabos sueltos para decifrar quien es el villano. en ese sentido me parecio algo adelantada, pero es un mero detalle. el villano enmascarado podria haber dado mucho mas, pero cumple.



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Gilles De Rais

  • 11 Apr 2017

6


Con la cantidad de incondicionales que tiene este subgenero. Me llamo mucho la atencion que este film no tuviese critica alguna, mas teniendo medio siglo de vida. Pues paradojicamente, un servidor el cual detesta este subgenero va a ser el que desvirgue el vacio total que contiene la seccion de criticas de esta pelicula, la cual acabo de ver. Empezare diciendo que este giallo es muy poco convencional respecto al resto de todos los que he visto y me imagino como es logico que asi seran todos. Lo comento mas que nada porque si este subgenero se caracteriza por la cantidad de interrogantes que va dejando, jugando constantemente al despiste. Zigzageando de manera reiterativa en su guion e historia hasta su desenlace final. Este es todo lo contrario. Una historia casi plana, la cual hasta un niño de 12 años la entenderia practicamente a la perfeccion. Este giallo en concreto va de un tipo que va matando chicas de buen ver para posteriormente mediante no se que tipo de sustancia, mantenerlas tal y como estaban en vida de manera constante. Vamos, para que el cuerpo no termine descomponiendose. Y es que este personaje esta realmente enfermo. Pues su mayor satisfaccion es contemplar la belleza femenina completamente inerte, sin vida pero fisicamente intactas. Un fetichista en toda regla. La peli tiene un serio problema, su fotografia la cual es un completo desastre. Detalle este que hace que no la puedas disfrutar de manera normal. Cosa que termina siendo una lastima pues esta en particular si en algo tenia que destacar era precisamente en eso. Pues se explota de manera profunda esta singular y romantica ciudad italiana durante buena parte del film. Sus monumentos, sus canales con sus gondolas, etc. Aparte de otros detalles que omitire para no extenderme mas de la cuenta, pero los cuales indudablemente hubiesen ganado mucho mas con una fotografia simplemente decente. Ya como ultimo decir que a pesar de ser algo limitada, como peli cumple con creces (como giallo no sabria decirlo) pues la misma nos cuenta una historia original sobre todo para su epoca y es muy llevadera ademas de muy corta. Aunque llamarme pesado, pero con una fotografia tan mala no la he podido disfrutar y hasta lo he pasado mal durante su visionado. De todas formas la recomiendo bastante. Aunque cualquier fanatico de los giallos a lo mejor se lleva una decepcion



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