Como resultado del aún bastante reciente ataque nuclear a Hiroshima y Nagasaki, aparecieron un conjunto de películas tokusatsu apocalípticas, pesimistas, dramáticas y muy serias, mostrando a las claras la amargura que reinaba en el Japón de entonces (aunque, no sin acierto, incluso sus fans más acérrimos en Occidente se quejan de la falta de autocrítica respecto a la las desgracias que trajeron los inicios de la Era Shōwa y su imperialismo a otros países asiáticos). Nos narra la triste y nada gloriosa guerra entre la Federación y la Alianza (equivalente a los dos Bloques), una guerra que todos quieren evitar pero que parece que el destino la desee. ¿Y a que no sabéis a qué país de la Federación eligen casualmente los de la Alianza? Una pista: su bandera es un puntazo.
Dirige Shûe Matsubayashi, director de la Toho que durante la guerra se alistó voluntariamente en la Marina, logrando cierto rango, y que tras un prolongado paso por la Shintoho volvió a la Toho se convirtió en un director de comedias y cine bélico épico.
Quizá para acentuar el drama, el personaje protagonista, el chófer Tamura, todo un ¨everyman¨ y padre de familia, hombre afable, feliz y de ideas algo populistas, está interpretado por un famoso cómico: Furankî (Frankie) Sakai, junto al protagonista principal - que no cabeza de reparto - de Godzilla, Akira Takarada (que ha hecho un cameo en la versión americana del bueno de Gohira de este mismo año), que interpreta a su futuro yerno, un joven capitán de la Marina Civil. La joven hija mayor de Tamada, Saeko, está interpretada por la jovencísima y preciosa Yuriko Hoshi: a sus 17 primaveras, la gran dama del kaiju eiga ilumina la pantalla con su belleza y encanto. Otras luminarias del cine nipón que aparecen aquí son Chisû Ryû y Sô Yamamura como el Primer Ministro japonés. También encontramos un considerable reparto occidental liderado por uno de los más importantes actores de carácter del cine japonés de la época: Harold Conway, que aparece en muchísimas películas de la Toho. También destaca el japonés de padres turcos Osman Yusuf, que tuvo una larga carrera como intérprete de personajes occidentales.
El guion tiene mucho pathos, mucha tensión, mucho diálogo, algo de acción y un poco de demagogia (lo comentado antes sobre mucho criticar a los de fuera y poco a los de dentro, como pasa en decenas de pelis yanquis, por otro lado, sobretodo en los 40-50 y en las fachillas pero por otra parte molonas pelis de acción de la era Reagan. Aquí hay para todos). La historia se desarrolla a ritmo de triciclo corriendo un puerto de primera categoría, pero con corrección y el argumento es muy fácil de seguir. Los diálogos en japonés son dignísimos, pero los que están en inglés son harina de otro costal: son muy toscos y además están pronunciados con acentos tan variados que mientras algunas frases son claras, otras resultan casi ininteligibles. Dentro de lo bueno, le da realismo a la película. Cada hijo de vecino habla de una manera distinta, y en dos ejércitos, pues...
El aspecto técnico es tan estupendo como cabe esperar: diseño de producción de los clásicos de los kaiju eiga Teruaki Abe y Takeo Ita, exquisitamente futurista-pop (sets a lo Ken Adam - y eso antes de Dr.No - y unos uniformes militares que son para verlos, en serio); FX artesanales del equipo del genial Eiji Tsuburaya, con sus entrañables maquetas y juguetes, mucho más resultones y atractivos que cualquier imagen de archivo, y una fotografía colorista a más no poder.
Una película bien realizada, demasiado lenta, triste y con cierto exceso de moralina que intenta conciliar varios argumentos y aunque bien trenzada, a ratos se hace excesiva, densa y larga , y parece no saber dónde va ¿Quiere ser un drama familiar?¿Un drama bélico?¿Un tokusatsu ci-fi?¿Una crónica de un momento histórico? Si hubiera optado por un enfoque menos multitemático, sería mucho mejor. No está mal, pero era muy mejorable.
bigladiesman
5
Como resultado del aún bastante reciente ataque nuclear a Hiroshima y Nagasaki, aparecieron un conjunto de películas tokusatsu apocalípticas, pesimistas, dramáticas y muy serias, mostrando a las claras la amargura que reinaba en el Japón de entonces (aunque, no sin acierto, incluso sus fans más acérrimos en Occidente se quejan de la falta de autocrítica respecto a la las desgracias que trajeron los inicios de la Era Shōwa y su imperialismo a otros países asiáticos). Nos narra la triste y nada gloriosa guerra entre la Federación y la Alianza (equivalente a los dos Bloques), una guerra que todos quieren evitar pero que parece que el destino la desee. ¿Y a que no sabéis a qué país de la Federación eligen casualmente los de la Alianza? Una pista: su bandera es un puntazo.
Dirige Shûe Matsubayashi, director de la Toho que durante la guerra se alistó voluntariamente en la Marina, logrando cierto rango, y que tras un prolongado paso por la Shintoho volvió a la Toho se convirtió en un director de comedias y cine bélico épico.
Quizá para acentuar el drama, el personaje protagonista, el chófer Tamura, todo un ¨everyman¨ y padre de familia, hombre afable, feliz y de ideas algo populistas, está interpretado por un famoso cómico: Furankî (Frankie) Sakai, junto al protagonista principal - que no cabeza de reparto - de Godzilla, Akira Takarada (que ha hecho un cameo en la versión americana del bueno de Gohira de este mismo año), que interpreta a su futuro yerno, un joven capitán de la Marina Civil. La joven hija mayor de Tamada, Saeko, está interpretada por la jovencísima y preciosa Yuriko Hoshi: a sus 17 primaveras, la gran dama del kaiju eiga ilumina la pantalla con su belleza y encanto. Otras luminarias del cine nipón que aparecen aquí son Chisû Ryû y Sô Yamamura como el Primer Ministro japonés. También encontramos un considerable reparto occidental liderado por uno de los más importantes actores de carácter del cine japonés de la época: Harold Conway, que aparece en muchísimas películas de la Toho. También destaca el japonés de padres turcos Osman Yusuf, que tuvo una larga carrera como intérprete de personajes occidentales.
El guion tiene mucho pathos, mucha tensión, mucho diálogo, algo de acción y un poco de demagogia (lo comentado antes sobre mucho criticar a los de fuera y poco a los de dentro, como pasa en decenas de pelis yanquis, por otro lado, sobretodo en los 40-50 y en las fachillas pero por otra parte molonas pelis de acción de la era Reagan. Aquí hay para todos). La historia se desarrolla a ritmo de triciclo corriendo un puerto de primera categoría, pero con corrección y el argumento es muy fácil de seguir. Los diálogos en japonés son dignísimos, pero los que están en inglés son harina de otro costal: son muy toscos y además están pronunciados con acentos tan variados que mientras algunas frases son claras, otras resultan casi ininteligibles. Dentro de lo bueno, le da realismo a la película. Cada hijo de vecino habla de una manera distinta, y en dos ejércitos, pues...
El aspecto técnico es tan estupendo como cabe esperar: diseño de producción de los clásicos de los kaiju eiga Teruaki Abe y Takeo Ita, exquisitamente futurista-pop (sets a lo Ken Adam - y eso antes de Dr.No - y unos uniformes militares que son para verlos, en serio); FX artesanales del equipo del genial Eiji Tsuburaya, con sus entrañables maquetas y juguetes, mucho más resultones y atractivos que cualquier imagen de archivo, y una fotografía colorista a más no poder.
Una película bien realizada, demasiado lenta, triste y con cierto exceso de moralina que intenta conciliar varios argumentos y aunque bien trenzada, a ratos se hace excesiva, densa y larga , y parece no saber dónde va ¿Quiere ser un drama familiar?¿Un drama bélico?¿Un tokusatsu ci-fi?¿Una crónica de un momento histórico? Si hubiera optado por un enfoque menos multitemático, sería mucho mejor. No está mal, pero era muy mejorable.
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