Aceptable thriller dirigido por Amy Holden Jones y protagonizada por jovencísima Halle Berry.

Una joven y bella mujer, casada con un productor de TV millonario, se verá envuelta en una pesadilla, cuando pasando por una crisis matrimonial, se relacione con un demente que le ofrezca asesinar a su esposo para quedarse con su dinero.

La guionista y directora Amy Holden Jones regresó a la silla de dirección, tras escribir el guión de “Indecent Proposal” (1993) de Adrian Lyne y “The Getaway” (1994) de Roger Donaldson, para traer este aceptable thriller sobre una mujer sospechosa de ser la asesina de su esposo millonario, tras involucrarse con un desconocido demente que le ofrece acabar con su sufrido matrimonio y cobrar la herencia. Una historia, por lo demás, nada original, pero a la cual la directora del slasher “The Slumber Party Massacre” (1982) le impregna giros argumentativos a medida que se desarrolla la trama, proponiendo escenarios narrativos más diversos.

Un matrimonio por conveniencia y una crisis de pareja importante, que tiene a los dos involucrados con amantes por cada lado, servirán de móvil narrativo para explorar en los alcances de la insatisfacción y la anecdota, con un ritmo inicial muy lento que aumentará a partir de la inclusión del personaje de Cole Wilson, un demente que aparentemente surgirá de la nada para seducir y aproblemar más Josie Potenza, al tramar y concretar unilateralmente el crimen de Tony Potenza, exitoso productor de TV. Evidentemente, Jones se inspira en el clásico “Strangers on a train” (1951) de Alfred Hitchcock, pero en ningún caso alcanza la cuota de maestría en generar tensión y suspenso del legendario director de “Psicosis” (1960), principalmente porque tiene problemas de ritmo.

Porque luego de la irrupción del personaje de Cole Wilson y el inevitable asesinato de Tony Potenza, el ritmo vuelve a caer y hasta cierto punto el film se estira principalmente por el suspenso que supone que Josie decida entregar a Wilson a la policía y no tener como conseguir una coartada, o el potencial peligro de convertirse en la primera y única sospechosa. El descubrimiento de que su amante Jake está detrás de todo este entuerto al contratar al demente Wilson, pero que éste se le ha salido de control, un tanto predecible, ayuda sin embargo a inyectarle mayor energía al suponer el conflicto del amante de la mujer versus el loco que ha terminado por obsesionarse con ella, además de cobrar el dinero.

La directora desliza cierta crítica al sistema policial con su referencia al racismo, en especial durante el irónico diálogo entre los detectives Ron Lewis y Dan Fredricks discuten sobre el ridículo que el segundo hace al acusar a un sospechoso negro de ser el asesino de Tony Potenza, que al final se trata de un prestigioso médico negro que pasaba por esos lados cuando Potenza sacaba dinero de un cajero automático. Lewis ironiza sobre la deducción de su compañero haciendo referencia también al color de piel de Josie, a la que Fredericks insiste en atribuirle la autoría intelectual del crimen, principalmente por su color de piel.

Hay que reconocer que “el giro de tuerca” en el clímax no resulta del todo predecible, aunque los más críticos lo cataloguen de innecesario. En cierta forma, sirve para justificar la misma personalidad de la protagonista y su cómplice, un recordatorio que siempre hay que tener cuidado con aquellas personas que aparentemente no matan ni una mosca. Por otra parte, no deja de haber cierto dejo de triunfalismo femenino en el desenlace que, por supuesto es bienvenido, sobre todo en una industria, y aquellos tiempos, los 90s, en que el machismo cinematográfico todavía era parte principal de las producciones.

A pesar de que no existen demasiados momentos tensos, destaca la fotografía de Haskell Wexler (“Alguien voló sobre el nido del cuco”, 1975) en especial para las escenas exteriores, con Josie Potenza siendo auxiliada y seducida por el lunático Cole Wilson en la cabaña campestre, y la violenta muerte de Tony Potenza a manos del mismo demente, en una cancha municipal de basquetbol. No ocurre lo mismo en las escenas interiores, en la casona de los Potenza, en donde Wilson intentará acabar de una buena vez con Josie.

A excepción de un histriónico Peter Greene (“Pulp Fiction”, 1994; “The Mask”, 1994; The Usual Suspects”, 1995), las actuaciones son bastante planas y poco expresivas, comenzando por la bella Halle Berry (“Monster’s Ball”, 2001), que hacía en este film una de sus primeras apariciones protagónicas. Aunque un poco hiperventilado, Greene da el ancho para interpretar al demente Cole Wilson y muestra tener oficio para encausar a la futura ganadora del Oscar, en su co-protagónico como Josie Potenza.

En el resto del reparto, que pasa sin pena ni gloria, podemos encontrar a Clive Owen (“Rey Arturo”, 2004; “Sin City”, 2005) como Jake Golden, amante de Josie; Christopher McDonald (“Thelma & Louise”,1991; “Requiem for a dream”, 2000) como Tony, malogrado esposo de Josie; Frankie Faison (Saga “Hannibal Lecter”, 1991-2002) y Charles Hallahan (“Warlock: The Armageddon”, 1993; “Dante’s peak”, 1997) como los detectives Ron Lewis y Dan Fredricks.

En resumen, un thriller que aunque carece de sólida tensión, siendo algo descafeinado en esencia, funciona y entretiene con lo justo, siendo su principal interés la dupla protagónica Halle Berry-Peter Greene.

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Interesante pelicula con la bella Halle Berry que siempr se ve excelente, no importa el año. La trama de la pelicula es algo ya demasiado vista pero aun asi es interesante y mas aun ahora 2014 donde ya ese tipo de historias es algo ¨comun¨ en peliculas. En esta pelicula Josie (Halle Berry) sufre el acoso y el chantaje de un demente psicopata (asi lo llamé durante la pelicula). UNa trama con unas cuantas vueltas de tuerca y que puede llegar a sorprender en algunas cosas aunque su final sea predecible desde el los primeros 10mins. Aun asi, recomendable para pasar el rato

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