La historia es divertida, con algunas partes de comedia, una historia sencilla pero bien desarrollada con flashbacks.
Bastante bien hechos FX por Harryhausen; la esfera , su interior, los trajes para andar en la Luna resultan muy originales así como todo lo demás que nuestros héroes se encuentran en la Luna.
Si te gustaron las películas; 20000 leguas de viaje submarino y Viaje al centro de la Tierra , esta película te va a gustar
Una de la novela de H.G. Wells con varios nombres míticos detrás: el primero, evidentemente, el alquimista de los FX Ray Harryhausen, el segundo, la NASA, que asesoró la película y en tercer lugar, el director: el mito de la serie B y varias veces colabroador de Harryhausen Nathan Juran (El ataque de la mujer de 50 pies, Simbad y la princesa, Jack y el gigante asesino).
Un grupo internacional de astronautas se van a llevar, en efecto, “la gran sorpresa” cuando vean que en 1899 los adelantaron. La NASA logra localizar a Bedford aún vivo para contar la historia.
Edward Judd es un Bedford correcto, un cantamañanas simpático como el de la novela original, el famoso secundario Lionel Jeffries es un Cavor bastante gracioso e hiperactivo y la notable pero medio olvidada Marta Hyer (que venía de hacer de la la intrigante bellaza gallega Laura Blanco en “Fuego”, de Juli Coll y de aparecer en la superproducción “Los insaciables”) es Kate Callender, prometida de Bedford y la típica chica que añaden en este tipo de adaptaciones.
El padre del profesor Quatermass y uno de los grandes creadores televisivos británicos, además uno de los primeros guionistas de la Hammer, Nigel Kneale, propone un desarrollo de la acción con muchísimo humor y añadiendo elementos contemporáneos a 1964 en la trama, además de una sorpresa final que agradará a los muy fans de Wells. Cuando el trío protagonista llega a la Luna se convierte en una aventura 100 % al estilo Harryhausen en sus mundos de fantasía.
Los FX son pura artesanía por parte del viejo Ray, con sus monstruos (los selenitas científicos, las orugas-vaca, que acojonan lo suyo y hasta sus amados esqueletos), el omnipresente ingenio de los sets del mundo selenita y la atractiva estética steampunk que le dio a la esfera de Cavor. También es destacable el maquillaje, especialmente para hacer pasar por anciano noventón a Edward Judd. Lo único malo es que los selenitas pastores son gente embutida en trajes bastante cutres hasta para ese tiempo.
No creo que sea de lo mejor de Harryhausen (ni de Juran) pero toda la obra de este hombre merece estar en un museo: es entretenida y tan fascinante como todo lo que hacía, especialmente al inicio y después de la primera hora de película.
Una de esas aventuras antiguas imperdibles aunque sea solo por ver los finales efectos del mago Harry Harryhausen.
Un vieja a la luna con científicos paranoicos que hacen más que entretenido el film, con su fino humor inglés en esta ocasión y sus cacharros surrrealistas que les ayudan en su misión.
El film emite un aura magnífica con una proyección de la luna más que cutre viéndola con los ojos de hoy pero llamativa y muy conseguida para la época. El guión explicado en modo flash-back le da más fuerza a la historia a la altura de film de obras de Julio Verne y similares.
Un viaje a la luna que no hay que dejar de disfrutar.
clasico de la ciencia ficcion y aventuras, basado en la obra de H.G.Wells, sobre viajes a la luna, monstruos espaciales y civilizaciones alienigenas y con mucho humor incluido.
la historia esta muy bien, para sus tiempos y uno la mira con aprecio, infaltable su visionado a los fans de la ciencia ficcion del hoy y del ayer, sobretodo si te gustan los efectos stopmotion de harrysausen.
recomendable a la gente no tan pretenciosa
Es 1964 y la primera expedición espacial a la Luna logra alunizar. Pero para sorpresa de todos, encuentran una banderita inglesa y un papel de 1889 que reclama la Luna como territorio para la pérfida Albión. Vaya sorpresa!
El guión está basado de manera libre en la célebre novela The First Men in the Moon de H.G. Wells y el film es dirigido por Nathan Juran, quien tuvo una destacada carrera dentro del fantástico, ya sea en la TV como en el cine.
El tono del film es de una estética victoriana, con un alegre humor liviano y una fotografía y producción llenas de vitalidad y colorido. Por supuesto que debo destacar la fabulosa animación y efectos especiales a cargo del maestro Ray Harryhausen, que dota al film de varias escenas increíbles, como el ataque de las orugas gigantes, la estética de los selenitas o la excelente recreación del paisaje lunar y sus extrañas cavernas.
Por lo demás tenemos a un despistado científico alegre y burlón, un avispado escritor con ínfulas de empresario quebrado que se embarca en la aventura por interés, su prometida que aporta su belleza, una extraña sustancia antigravedad llamada Cavorita, una Luna avitada por unos selenitas de forma insectoide que descubrirán que el instinto violento, y los virus, del ser humano serán su peor pesadilla.
Una película muy recomendable, alegre e ingenua, con buen ritmo y de visionado obligatorio para todo fan autentico de la ci-fi más clásica.
Un clasicazo del cine de ciencia ficcion y extraterrestres. Donde todo lo que ves, lo tratas con cariño, al menos me pasa a mi. Porque es una de esas cintas pioneras en este genero, donde intentaban sumergirte en una historia de alienigenas, un tanto descorcentante, pero con la unica intención de hacertelo pasar de miedo frente a un televisor de madera, donde el cine a color ya era de merecer. Un lujo para todo fan a estos clasicos, para los amantes de comics de alienigenas y para todo buen cinefilio en general. No le puedo poner un 10, porque seria incoherente, pero desde luego que se lo merece, solo por hacertelo pasar tan bien durante cerca de dos horas que dura el film. Asi que siendo mas objetivo le pongo un 7, mas que bien.
Me parece que la habeis sobrevalorado demasiado. Por lo que a mí respecta, el cine de ciencia-ficción/aventuras/terror de los años `60 es muy superior al que se hace actualmente, sobretodo en el aspecto creativo. Esta película es bastante simpática, pero también es muy comercial; a mi me parece que la hicieron demasiado descafeinada... Si es que esto parece la típica película de relleno en una tarde de sábado o domingo... Si, exacto: puro cine familiar... y eso no es lo mío. De todas formas no está nada mal, puesto que el argumento es atractivo, el reparto es muy correcto, y los FX de Harryhausen son siempre agradables de ver. Y de entretener, entretiene,desde luego. Pero considero que no hacía falta meter por medio esos innecesarios toques de comedia ligera... Que no tienen la menor gracia. Esta película necesitaba más seriedad, y solo la tiene a ratos. Repito: simpática, pero nada más. RESERVADA A FANÁTICOS DE LA CIENCIA-FICCIÓN FAMILIAR. Punt: 6.
Una entretenida y divertida película de ciencia ficción para toda la familia.Realizada en los 60 por un especialista en el género fantástico como Nathan Juran,que volvió a colaborar con Ray Harrihausen de nuevo,despues de hacerlo con la maravillosa ¨Simbad y la princesa.De nuevo la compenetración de estos dos titanes está al servicio de una película muy bien compensada y planificada para la época,y realmente dieron en el clavo con un tono adecuado e infalible para estar pegado una hora y media larga.La película tiene un delicioso y reconocible diseño de producción,donde Harrihausen tuvo un estupendo margen para hacer lucir su gran abanico de creaciones y efectos para esta película,aquí más al servicio de la historia que en otras ocasiones,dándo gran solidez al conjunto.La historia engancha y da buen rollo desde el principio,con su gran trío protagonista,destacando como no,al entrañable y divertido doctor.La segunda mitad del film y la que acontece en la luna,simplemente diré que és una auténtica maravilla de la historia del arte.Una película entrañable,y recomendable para todo tipo de público que sepa valorar maravillas de esta época.Para disfrutar sin complejos.
Magnífica y divertida película de los años 60 a color, hecha con MUY buen gusto y con unos efectos especiales más que decentes para su época. Recomendable de ver y apta para todos los públicos.
Gran película de principio de los 60s, en donde Ray Harryhausen hace gala de un festival de efectos especiales, que en su epoca debieron de ser asombrosos.
La historia se basa en una de Wells , en donde astronautas llegan a la luna y se encuentran con una bandera de alguien que ya estuvo ahí en la época victoriana. Al igual que titanic, el testigo viviente del hecho, narra como sucedió todo y nos traslada a una campiña inglesa y a ¨futuristas¨ aparatos típicos de la ciencia ficcion de los 60s. Comienza una comedia llena de deliciosos detalles, como la kaborita, capaz de anular la gravedad, o los zelenitas que viven en el interior de la luna, con paisajes y monstruos subterráneos. Tenemos un profesor distraído y alocado, personalidad que más tarde se copiaría en ¨regreso al futuro¨
Sin duda un plato que cualquier aficionado a la ciencia ficción debe saborear. Recomendable!!
Divertida película que mezcla comedia con aventuras espaciales.
Una historia loca e ilógica, y con referencias a viaje al centro de la Tierra, y esa idea de que la luna esta habitada por selenitas, quizas la hace más atractiva.
Entrañable pelicula de ci-fi al antigua, con una ambientación que solo los celuloides de la epoca podian recrear. Buenas actuaciones en general y una fotografia impecable. Muy bonita, para ver o volver a ver..
Magnifica pelicula que descubri hace poco rebuscando en la filmografia de ray harryhausen. No os la perdais. .
Críticas: 14
Mad Warrior
6
En 1.964 el hombre todavía no ha puesto los pies en la Luna, pero poco le faltará, de hecho el proyecto ya está en marcha.
Cuan asombroso sería para los tres individuos que aterrizaron en el satélite dar con indicios de que ya se llevó a cabo un viaje allá..¡70 años antes!
Esto por supuesto no tiene nada que ver con la mítica novela de Wells ¨The First Men in the Moon¨, publicada a partir de 1.901, pero sin duda serviría de base para una producción que el genio de las creaciones visuales Ray Harryhausen soñaba con ver hecha realidad, tras el éxito que le granjeó ¨Jason y los Argonautas¨, y de hecho pudo convencer a su colega y productor Charles Schneer, gracias al apoyo del autor experto de la ciencia-ficción Nigel Kneale, compendio de talentos al cual se sumó Nathan Juran, otro más que acostumbrado al género en el que sería una de sus últimas obras antes de afincarse en el universo televisivo.
Primera vez que Harryhausen trabajaba con la pantalla ancha anamórfica, y única debido a la dificultad, se invierte un abultado presupuesto, pero el detalle más importante y menos agradable, la gran sorpresa, como reza el terrible título de la traducción en castellano, es que el libreto de Kneale lo agarran y se lo cargan...quizás no mucho, pero sí lo suficiente como para, tras el visiondo, desear ver en pantalla la versión original tal y como fue escrita. Al relato de Wells se le añade un prólogo situado en la época en que se rueda el film, que desde luego resulta confuso y, teniendo en cuenta lo que viene después, bastante innecesario...
En él ya nos presenta el viaje a la Luna, anticipando lo que sucedería en tan sólo cinco años, hasta que, al llegar a la superficie, un elemento tan sencillo como una bandera británica dentro de una roca dispara la fantasía, a lo que se añade una carta escrita por alguien en 1.899. Y el escenario presente se olvida cuando entra en liza el obligatorio ¨flashback¨, dado por la narración nostálgica del hombre injustamente recluido en un manicomio, y quien fuera uno de los héroes de la primera expedición: el Bedford de la novela, un empresario retirado al campo para escribir un libro.
Ambientación victoriana y no menos bucólica la que ofrece Juran junto al director artístico John Blezard, donde se inmiscuye la prometida del anterior, personaje ajeno a la literatura de Wells e interpretado por esa Martha Hyer que aporta, además de melodramatismo romántico, algo de lo que los protagonistas masculinos carecen: belleza y atractivo. El segundo y esencial para que cambie la vida de esos novios es Cavor, el clásico científico nervioso, socarrón y no menos desquiciante con unas ideas y proyectos sin pies ni cabeza; Lionel Jeffries le brinda su cariz humorístico y esto contagia el tono de la película hasta hacer de ello una comedia absurda, de rasgos infantiloides, lo que no le sienta bien...
O tal vez sea el tono adecuado para el tipo de aventura de ficción y fantasía que se nos está contando, aun así, fueran cuales fueran las intenciones de Kneale de dar a la historia un aspecto más serio y oscuro se desvanecen desde la primera aparición de Cavor en pantalla y más aún cuando Bedford entra en su particular mundo de avanzada ingenieria, locos inventos y colaboradores extravagantes para terminar haciéndose amigo de él. La motivación principal de la empresa es, como de costumbre, una fuente de riqueza en el interior de la Luna.
Cuando por fin, ya pasada casi una tediosísima hora de metraje (y la culpa es de Juran, que nunca fue un hábil director de actores), se produce el milagro del viaje, el film saca a relucir sus mejores bazas: la labor de Harryhausen y su equipo y la belleza formal que logra Blezard y el operador Wilkie Cooper a la hora de recrear el Espacio, la superficie y la atmósfera lunar en Technicolor. La visión más detallada de Wells se simplifica por motivos presupuestarios, pero Schneer no escatima en gastos para ofrecer una gran peripecia en las entrañas del satélite, entre grandes escenarios, escenas de acción, monstruos de pesadilla y cómo no la colonia lunar típica de la ciencia-ficción de la época: los selenitas.
Pero poco a poco el humor se desvanece, se olvida el oro, las carreras y saltos se sustituyen por importantes reflexiones y la locura general se adentra en pasadizos oscuros. El hasta ahora bufón Cavor experimenta un gran cambio, del mismo modo que el pacífico Bedford pasa a ser un tipo violento y fuera de su juicio; amarga esclavitud social y grotesca violación de la liberad personal la que nos plantea esta comunidad subterránea (los nativos selenitas colaboran para mantener en funcionamiento su ¨planeta¨, pero cuando el desempeño de la función social se termina, cada individuo deja de ser necesario y se retira a un estado de ¨suspensión¨, sin vida propia).
No es menos halagüeño para ellos la visión que el científico les transmite acerca de la raza humana, quienes, poseyendo multitud de elementos, externos (la configuración milagrosa de La Tierra) e internos (la capacidad de entender las emociones) para convivir en sociedad, sucumben constantemente a la muerte y la destrucción propia. Nada más establecer contacto este el caso: mientras Cavor hace lo posible por comunicarse con los alienígenas, la carta de presentación de su compañero es la violencia sin paliativos; ¿qué otra cosa pueden pensar los nativos de sus invasores, como siempre ha ido demostrando la Historia en sus diferentes eras de conquista?
Ojalá este aspecto dramático y crítico se hubiese mantenido desde el principio, así como permitir más tiempo de interacción entre los personajes y los selenitas, pero no era lo que parecía interesarles, y con una resolución directamente heredada de ¨La Guerra de los Mundos¨, esta versión de la obra de Wells, que fracasó en taquilla, queda como un interesante y a ratos agradable producto en una época en la que la producción británica de la ¨sci-fi¨ se distinguía sobre todo por la legendaria serie ¨Dr. Who¨ pero poco más...
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