Tras “The Incredibly Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed-Up Zombies”, Ray Dennis Stickler tiró adelante este proyecto de psychokillers, más modesto si cabe, pero también más serio y resultón.
Stickler protagoniza de nuevo su propia película como “Mad Dog” Click, hermano psicópata a su vez del líder de un trío de psicópatas (el polifacético y aún muy activo a sus 85 añazos Gary Kent, Herb Robins y Keith Rogers, más que correctos, en especial el primero, que es una bestia incontrolable que se lía a hachazos o machetazos por su obsesión con las puertas cerradas), huidos de un frenopático que van matando a gente sin otra razón que su disfrute personal. Aquí Stickler funciona bien: su cara de cordero degollado se convierte en un rostro de auténtico maníaco. Su historia se cruza con la infeliz vida de un aspirante a actor que vive por encima de sus posibilidades (Joe Bardo) y su esposa (Liz Renay, famosa por ser la amante del temible gángster Mickey Cohen y por su trabajo con gente como John Waters). Gracias a su línea argumental podemos ver cameos de algunas luminarias de la serie Z haciendo de si mismos, como Arch Hall Sr. o su asociado George Morgan, así como el director Coleman Francis (“The Beast Of Yucca Flats”) como narrador. El resto son casi todos amiguetes del director que ya habían trabajado con él.
El trío de guionistas encabezado por el propio Stickler crean una historia de inicio lento pero que progresivamente va cogiendo momento para crear un producto bastante entretenido. Es una estructura que combina el metauniverso cinematogáfico y el thriller (añadiendo una notable dosis de acción survival) de manera parecida a la que Peter Bogdanovich nos brindó con su excelente “El héroe anda suelto” (donde, por cierto, también aparece Gary Kent) aunque al contrario que ésta, no lleva a ningún lugar en concreto. Solo está.
Técnicamente se opta por un ambiente urbano y noir, deliberadamente rodado en blanco y negro para darle un aire a “Psicosis”. Es bastante cutre en general (el segundo asesinato, por ejemplo, con sus sonidos delirantes que no van con la escena), pero no se puede negar que dado el presupuesto, la película es resultona. La banda sonora jazz es bastante correcta, muy del rollo de la que se oiría en el Batman de Adam West, si bien repetitiva.
Un slasher breve, con bastante acción - a pesar de que la subtrama parece solo puesta para sumar metraje – con buenas actuaciones y muy meritorio dadas sus propias limitaciones. Se lució aquí Ray Dennis Stickler en varios aspectos (como defectos, la subtrama interesante pero no muy vien llevada, y el uso de efectos de sonido, que chirría lo suyo) con esta pieza de cine de barrio bien entendido, de ese de salas de sesión doble, bocata de anchoas y altramuces en salmuera que frecuentaban nuestros padres y abuelos.
bigladiesman
7
Tras “The Incredibly Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed-Up Zombies”, Ray Dennis Stickler tiró adelante este proyecto de psychokillers, más modesto si cabe, pero también más serio y resultón.
Stickler protagoniza de nuevo su propia película como “Mad Dog” Click, hermano psicópata a su vez del líder de un trío de psicópatas (el polifacético y aún muy activo a sus 85 añazos Gary Kent, Herb Robins y Keith Rogers, más que correctos, en especial el primero, que es una bestia incontrolable que se lía a hachazos o machetazos por su obsesión con las puertas cerradas), huidos de un frenopático que van matando a gente sin otra razón que su disfrute personal. Aquí Stickler funciona bien: su cara de cordero degollado se convierte en un rostro de auténtico maníaco. Su historia se cruza con la infeliz vida de un aspirante a actor que vive por encima de sus posibilidades (Joe Bardo) y su esposa (Liz Renay, famosa por ser la amante del temible gángster Mickey Cohen y por su trabajo con gente como John Waters). Gracias a su línea argumental podemos ver cameos de algunas luminarias de la serie Z haciendo de si mismos, como Arch Hall Sr. o su asociado George Morgan, así como el director Coleman Francis (“The Beast Of Yucca Flats”) como narrador. El resto son casi todos amiguetes del director que ya habían trabajado con él.
El trío de guionistas encabezado por el propio Stickler crean una historia de inicio lento pero que progresivamente va cogiendo momento para crear un producto bastante entretenido. Es una estructura que combina el metauniverso cinematogáfico y el thriller (añadiendo una notable dosis de acción survival) de manera parecida a la que Peter Bogdanovich nos brindó con su excelente “El héroe anda suelto” (donde, por cierto, también aparece Gary Kent) aunque al contrario que ésta, no lleva a ningún lugar en concreto. Solo está.
Técnicamente se opta por un ambiente urbano y noir, deliberadamente rodado en blanco y negro para darle un aire a “Psicosis”. Es bastante cutre en general (el segundo asesinato, por ejemplo, con sus sonidos delirantes que no van con la escena), pero no se puede negar que dado el presupuesto, la película es resultona. La banda sonora jazz es bastante correcta, muy del rollo de la que se oiría en el Batman de Adam West, si bien repetitiva.
Un slasher breve, con bastante acción - a pesar de que la subtrama parece solo puesta para sumar metraje – con buenas actuaciones y muy meritorio dadas sus propias limitaciones. Se lució aquí Ray Dennis Stickler en varios aspectos (como defectos, la subtrama interesante pero no muy vien llevada, y el uso de efectos de sonido, que chirría lo suyo) con esta pieza de cine de barrio bien entendido, de ese de salas de sesión doble, bocata de anchoas y altramuces en salmuera que frecuentaban nuestros padres y abuelos.
Me gusta (0) Reportar