Ficha Purana Mandir


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Críticas de Purana Mandir (2)




mahotsukai

  • 3 Oct 2019

5


Casposo “clásico” de horror bollywoodense a cargo de los Hermanos Ramsay, que significó en su momento un inesperado exitazo en la taquilla en la Península Índica.

Una bella y aristocrática adolescente india y su novio plebeyo deberán no sólo luchar con la oposición del padre de la chica por las diferencias sociales sino más aún con una abominable maldición que afecta a la familia hace 200 años. El origen de la maldición afectará a cada una de las hijas de la familia, que están condenadas a morir cuando den a luz a su primer hijo.

Como ya he señalado en otras críticas de cine de horror indio, visionar films de la península asiática constituye toda una experiencia digna de vivirse y/o sufrirse. Y es que no tanto en la actualidad pero sí en los “convulsionados” años 70s y 80s del siglo pasado, Bollywood había demostrado su capacidad para convertirse en una verdadera máquina filmadora con un peak de casi 1000 películas al año (un promedio de 80 mensuales) de todos los géneros, en especial la comedia, el cine de acción y el horror, éste último, en los 80s principalmente. No cabe duda que el cine de terror occidental será fuente de inspiración, y en algunos casos de plagio directamente, para los directores de la India, sin embargo, también les permitiría explorar un género que tendría uno que otro éxito comercial local principalmente por la visión pionera de los Hermanos Ramsay.

Tulsi y Shyam Ramsay, conocidos por la prensa y crítica como los “Hermanos del Terror”, son considerados los cineastas más prestigiosos dentro del género con una casi una cuarentena de film de horror y más de 35 años de carrera, entre las que presentaron al público “Do gaz zameen ke neeche” (“A seis pies bajo tierra”, 1972), “Darwaza” (“La puerta”, 1978), “Aur Kaun” (“¿Quién más?, 1979), la comedia de terror “Guest House” (1980) y el thriller espectral “”Saboot” (“La prueba”), en donde darían cuenta de ese “toque Ramsay”, muy común al final del día, en el que mezclan el terror con la acción más pura y el drama, además de los infaltables números musicales de canto y danza.

Sin embargo, la consolidación definitiva llegaría con “Purana Mandir” (“El viejo templo”, 1984), película de importancia histórica para el cine fantástico y de horror de la India, que supone el modelo para el vendaval de films de horror, todos de dudosa y nula reputación, y probablemente el mejor ejemplo del llamado estilo “Masala” (salsa) en el género, que a ojos occidentales pudiera parecer incomprensible e inaceptable, pero que para el público local es una demanda irrenunciable: la película de terror, mezclada con el melodrama, el cine de acción, el thriller y el musical.

El guión escrito por unos tales J.K. Ahuja y Kumar Ramsay, entonces, supondrá un variada referencia de géneros cinematográficos, pero en donde el pilar narrativo es una historia de horror. Una maldición de 200 años que se extiende hasta la actualidad, y que se originó cuando el Raja Harimansing haga capturar y ejecutar a una suerte de demonio humano, conocido como Saamri. El adorador del diablo, con una enorme lista de crímenes como violar mujeres, sacrificar y canibalizar bebés y otras atrocidades, se atrevió a atacar y asesinar a la hija del Raja, en un accidentado viaje a Bijapur. Condenado a muerte por el tribunal (más bien por el Raja), es decapitado, su cabeza colocada dentro de un sarcófago con un tridente mágico del dios Shiva dentro del templo y el cuerpo sepultado en los bosques cercanos al Palacio Real. Sin embargo, antes de ser ajusticiado, la bestia maldecirá al Raja y a sus descendientes, prometiendo que cada una de las hijas de su dinastía morirá al dar a luz al primer hijo, y que el día que se vuelvan a reunir su cabeza y cuerpo, será el fin definitivo de su estirpe.

La introducción, que pretende ser muy al estilo de la Hammer, resulta interesante principalmente por la ambientación gótica del templo, aunque desde un primer momento se nota la falta de presupuesto, en especial con la utilería que nos presenta un tridente hecho con cartón y papel metálico, que se supone es el arma guardían para contener a Saamri; una pobre caracterización de Saamri, el monstruo/demonio que parece más hombre lobo trasnochado que otra cosa, y una escena de ejecución carente de tensión.

Como es la tónica del cine de terror occidental, los Ramsay también pasan a contextualizar la trama a la actualidad, con un conflicto padre-hija, a la sazón los últimos descendientes del Raja que ajustició a Saamri. El guión, entonces, adopta una esencia melodramática, en donde el “amor imposible” de Suman y Sanjay se convierte en el nuevo hilo conductor, que baja notoriamente el interés del público que está ahí para ver un film de terror y que se asemeja mucho a los melodramas indios. El melodrama, sin embargo, no evitará que haya algunos segmentos de humor involuntario y/o vergüenza ajena, como la lucha de Sanjay con los guardaespaldas de Thakur Ranvir, padre de Suman, individuos con una facha de indigentes más que de hombres de seguridad, la utilización de “látigos de lana” y coreografías de golpes ideadas seguramente pensando en “Los Tres Chiflados”.

Después de un lamentable número musical en un cabaret con una chillona bailarina, el guión “retomará” el vuelo al volver al leitmotiv, en donde la pareja decide viajar sin autorización de Thakur Ranvir al antiguo Palacio Real y el Templo, para averiguar la verdad detrás de la supuesta maldición que Thakur Ranvir reconoció existe para oponerse a su relación. En este segmento, la trama pasará a ser más bien de misterio e intriga, cuando los integrantes del servicio del palacio, la anciana desdentada Magli, su misterioso hijo Durjan y el leñador deforme Sanga, crean que en realidad la pareja viene a buscar un tesoro antiquísimo. Lamentablemente, se involucrarán otras subhistorias que terminan por alejarse una vez más de la trama de horror, con las andanzas de Sanjay y su gran Anand con la bailarina del cabaret que reaparece en las inmediaciones del Palacio y los celos de su mercenario hermano, y el interés de Anand por cobrar una recompensa a costa de un vulgar acosador de mujeres del pueblo, que se supone aportarán con los momentos cómicos del film.

El villano reaparecerá recién en la mitad de la segunda parte, haciendo pesado el ritmo sobre todo considerando que la película dura más de 2 horas, y a pesar de uno que otro guiño de terror con Suman siendo acosada por el espíritu demoníaco de Saamri en el palacio, por medio de pesadillas y el influjo de un cuadro del Raja Harimansing. Sin embargo, la última media hora será seguramente lo “mejor” del film, cuando Sanjay y Anand descubran el lugar donde se esconde la cabeza de Saamri y éste logre utilizar a Durjan y Sanga para reunir su cuerpo y acabar con la dinastía real.

Mezclada con la subtrama de la bailarina de cabaret y su amor por Sanjay y un ridículo número musical cuando el hermano de la bailarina quiera sacrificarlos al Dios Shiva para aplacar su ira y restar fuerza al resucitado Saamri, finalmente la trama volverá al palacio en donde Saamri acabará con Anand y su esposa, y se enfrentará con la pareja, que realizará un extraño pacto con los aldeanos para acabar con la amenaza. Cabe señalar que este segmento tiene una clara y cortante referencia (respecto al resto de las escenas) en el uso de la cámara con “Evil dead” (1981) en donde la cámara sigue a los actores y acelera un tanto el timing de grabación.

A pesar de ser un producto de bajo presupuesto, “Purana Mandir” (1984) fue estrenada el 19 de octubre siendo un éxito de taquilla principalmente porque le dio al público indio, adolescente especialmente, lo que la mayoría de ese público quería: una historia de amor en donde el sexo está prohibido, por una maldición en este caso, en donde el monstruo simboliza la imposición de la sociedad conservadora que tiene el poder de la controlar y censurar la conducta libertina de la juventud. Aún peor en las zonas rurales: no debemos olvidar que otro de los méritos del film es proponer una historia que se desarrolla en el campo, en donde una pareja que vive en la ciudad “regresa” al campo para encontrar la verdad y enfrentarla.

Las actuaciones son malas y, en muchos casos, absurdas y ridículas. Encabezan el reparto la bella y joven Aarti Gupta, que exagera en su rol de adolescente encaprichada pero que cuya actuación regala algunos momentos de humor involuntario, como su propio número musical y aquella escena en la que le lanzan un gato negro que ella regresa lanzándolo contra un candelabro; Mohnish Behl (“Deewana”, “Loco”, 1992) que interpreta a Sanjay, que se alza como héroe pero resulta bastante cobarde comparado con Anand, encarnado por Puneet Isaar (“Superman Indio”, 1987, que aparece como “experto” en artes marciales, una cruza surrealista entre Bruce Lee, Rocky Balboa y Chuck Norris indio; y Anirudh Agarwal como el demonio/bestia Saamri, que más bien aparece hacia el final de la película, que repitiría como engendro en otra recordada producción de los Ramsay, “Bandh Darwaza” (“La puerta cerrada”, 1990). El veterano actor Pradeep Kumar, asiduo a encarnar a personajes reales, interpretó a Thakur Ranvir, el padre de Suman, que al principio no acepta al novio de su hija para finalmente aceptarlo cuando éste acaba con el demonio.

La música del film fue compuesta por Ajit Singh, e incluye, cómo no, números musicales chillones y muy “prendidos” como también segmentos románticos, también chillones, que desesperan hasta al más paciente.

En resumen, una película de importancia histórica para el cine de terror indio, que terminará suponiendo el vuelco de los cineastas de la península hacia la segura fórmula comercial del horror de elaboración barata y con un público fiel. Comparada con otros engendros de esas latitudes, no resulta mal del todo debido a cierto equilibrio narrativo, a pesar de la mezcla de géneros.

https://cineramica.blogspot.com/



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ragman

  • 20 Nov 2016

3


Otro engendro del cine bollywoodense, con lo mismo de siempre, canciones tontas, accion, terror, monstruo mal hecho y escenas innecesarias, reitero viste una, viste todas dentro del cine de los hermanos ramsey.
la trama de la maldicion no esta mal pero tampoco es la gran originalidad.
nuevamente digo, como cuesta ver este cine, es tan dificil de digerir que no podria recomendarlo a nadie.



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