Ficha Nudistas en la Luna


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Críticas de Nudistas en la Luna (2)




bigladiesman

  • 16 Nov 2014

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Albricias: al fin la primera película 100 % erótica que he encontrado mirando la Abandodatabase cronológicamente. Vamos a alegrar la vista con esta comedieta ci-fi en chillón Eastmancolor. Y dirigida, escrita y producida por una valiente cineasta, Doris Wishman, y su ayudante Raymond Phelan. Wishman llegaría a ser un mito de la cultura pop de la época.

El reparto no tiene importancia alguna: casi todos los intérpretes son o completos desconocidos o especialistas en cine de destape, y decir que actúan sería un flaco favor a la profesión de actor. Solo Marietta, modelo de líneas contundentes muy cotizada en los círculos de las revistas eróticas, es un nombre destacable, y esta fue su única peli. Eso sí: no se lo toman en serio. Simplemente son gente que se está divirtiendo, sin pretensión alguna.

Así que podemos centrarnos en la historia de dos cachondos mentales que se van pa¨ la luna, que se parece sospechosamente al Coral Castle - una importante atracción turística de Florida, obra maestra del arte naïf - ven montones de señoritas muy simpáticas en top-less (Marietta y, sobretodo, una pelirroja que quita el hipo son mis favoritas). Quién fuera astronauta.

El guion: 30 minutos de los dos protagonistas masculinos paseándose en coche, haciendo experimentos y hablando de sentar cabeza, con partes risibles como el dúo hablando por radio cuando están uno al lado del otro. Hacen un viaje instantáneo, salen de la nave (que es una avioneta) en los trajes de astronauta más delirantes que he visto y empieza el resto: 35 minutillos de campamento nudista y antenas de alambre. Lo bueno es que funciona, porque uno no espera nada más. Los guiones, que son de traca, absolutamente delirantes (y muchas veces pronunciados sin mover los labios) son un añadido.

Técnicamente, el montaje es hilarantemente horrendo, con tomas repetidas, se usa bien el color y la banda sonora, de jazz zumbón, es bastante agradable. Los FX son escasos, baratos y para partirse de la risa (creo que son de archivo: el cohete cambia constantemente de forma), y el diseño de escenarios es inexistente.

Un honesto subproducto de serie Z para alegrar la vista del respetable masculino, sin más. Es malísima y cutrefacta pero se ve claro que los que trabajan en ella lo saben y simplemente se lo pasan en grande. Me abstengo de calificarla, pero, creedme, no me ha desagradado en absoluto: bizarrismo es diversión. Véase a ser posible con un par de cervezas y muchas ganas de reir.



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Miguel Arkangel

  • 24 Nov 2013

5


La ciencia ficción y el sexo se dan uno de sus primeros revolcones en este film, dirigido por la pionera Doris Wishman, que aquí cumplió las labores de escritora, productora y directora con los seudónimos de Louis Silverman y O. O. Miller, todo un mérito para una mujer que logró sacar adelante este seminal proyecto de sexploitation, en realidad una nudie cutie, de un total de ocho filmes de similar temática de desnudos femeninos que dirigiría entre 1960 y 1964

Y es que por esos años la censura no permitía mucho despelote en los filmes, pero los directores independientes más atrevidos y osados, con el gran Russ Meyer a la cabeza, buscaron las maneras de eludir la Ley y mostrar la mayor cantidad de escenas de risueñas chicas semidesnudas o en toples, en esos años previos a la Revolución Sexual.

La trama de este film de serie Z es bastante sicotrónica, cumpliendo muy bien con los cánones del género: dos despistados astronautas amateurs construyen un cohete y viajan a la Luna, solo para descubrir que el paisaje lunar es idéntico, caluroso y lleno de vegetación, al de su natal Florida. Pero la mayor sorpresa es descubrir que las chicas lunáticas son mucho menos pudorosas que las chicas terrestres, pues se pasean libremente en toples y luciendo unos sexys hot pantys.

En eso consiste básicamente el film, mostrar chicas caminando o retozando con los senos al aire en la mayor cantidad de escenas posibles.

Pero “Nude on the Moon”, más allá de lo desfasada que pueda parecer al joven espectador de hoy, es una película de culto, divertida, ingenua y fundamental en el desarrollo de la libertad artística, pues ayudó a abrir las puertas al erotismo y al sexo en el séptimo arte y su influencia en la cultura pop norteamericana es indudable.



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