Pasable bodrio italiano dirigido por el director de culto Joe D’Amato (“Buio Omega”, 1979).
Durante una noche azotada por una fuerte tormenta, viene al mundo Ator, el hijo de Thor. Salvado de una prematura muerte y criado por unos extraños, crecerá para convertirse en un fuerte guerrero que buscará recuperar a su prometida raptada y cumplir con la profecía.
Inmediatamente tras el gran éxito del clásico “Conan the Barbarian” (1982) de John Millius, y dentro de la fuerte tendencia en Italia de realizar copias baratas y descaradas de grandes éxitos cinematográficos de Hollywood, el incombustible Joe D’Amato se abocó en realizar su propia y cutre versión del guerrero bárbaro tan sólo unos meses después del estreno del clásico protagonizado por Arnold Schwarzenegger. Dentro de todo lo casposo que terminaría siendo el producto, hay que destacar que D’Amato sería uno de los pocos directores italianos que no buscaba engañar al público promocionando falsas secuelas de otras películas, como la disfrutable “Zombi 2” (1979) de Lucio Fulci y la abominable “Alien 2 sulla terra” (1980) de Ciro Ippolito y Biagio Proietti que replicaban a “Dawn of the Dead” (1978) de George A. Romero y “Alien” (1979) de Ridley Scott, pero sí aventurarse en ofrecer su muy particular y desprolija visión de una historia ya contada, la cual llevaría el nombre de “Ator, linvincibile” (1982).
Inicialmente, el guión fue encargado a Michele Soavi, futuro director de la sorprendente “La Chiesa” (1989) y Marco Modugno, futuro guionista de “Briganti: Amore e libertà” (1994), que habían trabajado juntos en “Bambulè” (1979) dirigida por el propio Modugno. No es que el par de guionistas fuesen de primera categoría ni mucho menos, pero lo cierto es que no sería extraño que el desastroso guión que finalmente se usó para “Ator, linvincibile” (1982) distara del borrador original, sobre todo después de considerar que se dice fue revisado y alterado por un desconocido llamado José María Sánchez y el propio director. Es muy probable que Sánchez ni siquiera existiera y sea el mismo D’Amato el que firmara con ese nombre, especialmente conociendo la poca habilidad narrativa y el desinterés que el futuro director de “Antropophagus” (1980) siempre ha mostrado y tomando en cuenta que para esta película filmaría con el nombre de David Hills como director.
La historia es bastante simple y obviamente revoca a la historia de Conan, en el sentido que trata de un guerrero bárbaro mesiánico que se alza contra un siniestro culto, que en algún momento se hace acompañar de una guerrera que eventualmente terminará asesinada y que acabará con el tiránico líder de dicho culto. Sin embargo, con todo y a pesar de todo, el guión sumará sus propios elementos narrativos, cual más grotesco y ridículo que el que le sigue, como es el hecho de que Ator sea secuestrado (o salvado, todo depende de cómo se le mire) en el momento de nacer, se enamore y quiera desposar como si nada a su hermana(stra) Sunya, que muestre un atípico sentido de la lealtad premarital al negarse a tener relaciones sexuales con otras mujeres (a excepción de una bruja que lo mantiene hechizado luego de engatusarlo con la apariencia de su prometida) y que entable una particular y extraña “amistad” con Roon, una bella ladrona que oficia también de guerrera, quien le perdonará la vida después de haberse ganado el derecho a aparearse con él y que éste la rechazara, según las costumbres de su tribu.
El guión introduce un par de elementos tratados de forma bastante burda, pero que finalmente están ahí y que remiten a algunos aspectos de la tradición judeocristiana como la profecía mesiánica del guerrero que vendrá al mundo para liberar a su pueblo del yugo de un tirano. También contiene algunos componentes de la tradición grecolatina que rememoran, por ejemplo, a la Medusa en la secuencia de la hechicera y el escudo, y el mito de Aracne en el epílogo. Por otra parte, la estética que D’Amate introduce, además de confusa, es un verdadero pastiche sin pega ni junta. De esta forma, se supone que en “Ator, linvincibile” (1982) asistimos a una historia ambientada en una época similar a la Hiboria de “Conan the Barbarian” (1982), es decir, entre el mito de la Atlántida y las migraciones de los arios, pero que recoge algunos vestigios del Imperio Romano, el Imperio Mongol y los caballeros templarios así como referencias a personajes de origen selvático como las Amazonas, el Tíbet y África, que en realidad no dejan de ser personajes de aspecto escandinavo, rubios y de larga cabellera, que bien podrían pasar por vikingos.
Respecto al personaje de Ator, nuestro héroe, la verdad es que es resultaba difícil imaginar un actor más pétreo que Schwarzenegger interpretando al prototipo de bárbaro, pero el estadounidense Miles OKeeffe (“Tarzan, the Ape Man”, 1981) lo supera. Al margen de la bestialidad de D’Amato de personificarlo, primero, como un bebé de fácilmente 4 meses cuando se supone acaba de nacer, el personaje de Ator crecerá para convertirse en un guerrero todo menos bárbaro, varonil y decidido. Posee un carácter afable y bonachón, tiene evidentes tendencias incestuosas con Sunya, un ridículo concepto de la monogamia para esos tiempos y robóticas habilidades de combate, pero eso sí una larga y blonda cabellera y un atlético físico, mas no musculoso, que podrían convertirlo en un Conan tercermundista fácilmente. A propósito de habilidades de combate, ni siquiera con el “brillante” entrenamiento en combate del enigmático Briba, que consiste sólo en enseñarle a separar las piernas y usar el factor sorpresa en el ataque, podría decirse que se convertirá en un guerrero fuerte y avezado, aunque sí le alcanzará para luchar con una monstruosa araña de peluche en el epílogo.
En cuanto al ritmo del film, ni siquiera las despelotadas escenas de acción ayudan siquiera a acelerar el timing convirtiéndose éstas, en realidad, en un involuntario ejemplo de comedia cutre. Al margen de la secuencia en que los guerreros negros del Arcano irrumpen en la boda de Ator y Sunya, matando a todo el pueblo y raptando a la novia, el resto de secuencias de combate dan pena ajena por unas ridículas y excesivamente lentas coreografías de lucha, como el mencionado entrenamiento de Ator a manos de Griba, las peleas en las que participa Roon, primero, cuando se conoce con Ator, luego en el bar después de robar a la regente del prostíbulo y luego en una de las cámaras del Templo del Arcano y, por supuesto, los enfrentamientos de Ator con Griba, con el propio Arcano y con la araña gigante de peluche, todo filmado en un decorados muy paupérrimos, un pobre concepto de la fotografía, con muy pocos extras en escena y donde apenas destaca una que otra locación de valor histórico, pero a la que no se le saca mayor partido.
En el reparto, además de un insípido Miles OKeeffe, encontramos a la reina del subgénero caníbal y de espada y brujería, Sabrina Siani (“Terreur Cannibale”, 1981) como la blonda Roon; Ritza Brown (“Tuareg”, 1984) como la bella Sunya; el británico Edmund Pordum (“Giornata nera per lariete”, 1971) como Griba y el actor y luchador profesional peruano Dakkar, como el Arcano. Demás está decir que sus interpretaciones son tan dramáticas como un choque de globos.
La banda sonora, una de las pocas áreas que cumple, estuvo a cargo de Carlo María Cordio (“Aenigma”, 1987). La partitura intenta seguir, como era de esperar, la batuta épica del trabajo de Basil Poledouris y no defrauda.
“Ator, linvincibile” (1982) superó la censura italiana el 14 de septiembre y se estrenó el 7 de octubre de 1982 en Italia y el 11 de marzo de 1983 en Estados Unidos. Increíblemente tendría 3 secuelas, conformando la llamada “Tetralogía de Ator”, con “Ator 2 – Linvincibile Orion” (1984), “Ator il guerriero di ferro” (1987) y “Quest for the Mighty Sword”, todas dirigidas por D’Amato, a excepción de la tercera entrega que estuvo a cargo de Alfonso Brescia.
En resumen, una película que falla prácticamente en todos sus aspectos, un guión flojo y ridículo, actuaciones lamentables, ritmo lento y coreografías de kíndergarden, pero que saca varias carcajadas si se le ve con mucha desidia y poca seriedad.
Una película de fantasía épica cutrecilla, pero resultona. Tiene todos los elementos típicos de una buena película de espada y brujería: un ejército de malvados gobernado por su brujo malvado, magia, un protagonista hipermusculado -que además es el elegido de turno-, más brujas, monstruos...
La verdad es que con un poquito más de presupuesto y cuidado, podría haber quedado un buen producto del género, pero se le notan las carencias. Aún así, la peli es realmente entretenida. A destacar, por cierto, el osezno, mola muchísimo.
Es una película chusca, no nos vamos a engañar, pero a quien le gustan las películas ochenteras de bárbaros, como a mí, la encontrará bastante potable. Estas pelis encierran un encanto especial que ya no se ve en el cine fantástico posterior, y muy posiblemente ni se verá.
Le doy un 5.
Impracticable baratija italiana intentando imitar como sea el argumento y ¨look¨ de ¨Conan el bárbaro¨ de J.Milius, sin conseguir nada remotamente aceptable. Credibilidad nula, actores penosos, actrices que solo están para lucir palmito, chorradas mil... nada, un desastre como los hay pocos. Está claro que el oportunista de Joe D`amato (Demencia, Gomia...) no dominaba mucho el género de ¨espada y brujería¨, y vaya si se le nota. A lo mejor, si sois fanáticos de este tipo de imitaciones, puede que le encontréis la gracia; pero yo creo que esto es un churro patatero total. Le pongo de nota un 1, porque al menos se salva la cutrísima pero divertida pelea final con una araña gigante; de la cual, en vez de sangre parece que le salga vino rosado... pfffh...jajajaja!
RESERVADO PARA FANS DE ¨CONANS¨ ITALIANOS. Puntuación: 1`5.
Ator el Poderoso solo puede definirse como una copia pauperrima y miserable del gran éxito Conan el Barbaro de John Milius.
De reparto totalmente desconocido, el protagonista es un rubio algo cachas y cuyo aspecto podría definirse como un cruce entre un drag queen y un miembro de una banda de rock ochentera, y acompañado a su vez por un monísimo osito, y una rubia e indómita amazona de escultural físico, por supuesto.
El argumento es simple, un guerrero, Ator en este caso, que deberá enfrentarse al imperio del mal dominado por un brujo cuyo símbolo es una gran araña, mas o menos como la simbología de la serpiente de Thulsa Doom en Conan.
Lo que podría ser una entretenida o cuanto menos divertida película de aventuras y fantasía resulta sin embargo ser un completo bodrio tan aburrido como infumable.
La historia no tiene emoción ni despierta verdadero interés, los personajes son puro cartón, con actuaciones horribles y sin pasión alguna, el vestuario, propio de una fiesta de carnaval de pueblo, y los escenarios totalmente sosos y pobres .
La cinta fue dirigida por Joe D´ Amato, un director a caballo entre el cine convencional y el pornográfico. Su labor, dicho sea de paso, es tan errática como carente de alma.
Y para colmo, el sexo, la sangre, el gore o los grandes combates a espada brillan mas bien por su ausencia, amén de unos efectos especiales realmente lamentables.
Como curiosidad sobre las infames copias que se hicieron de Conan en la época puede valer, pero como film es totalmente casposo y mediocre.
Malísima.
ATOR,EL PODEROSO
No sabía yo que esta película era ¨tan¨ reconocida por los cinéfilos jeje
Es una auténtica caspada,tan mala,que entretiene por eso mismo,es tan jodidamente chusca que te partes de la risa.
Ese Ator,que es una es una mezcla entre un Manowar y David Coverdale con cero talento interpretativo...al igual que la rubia Roon,que no sabe morir pero menos luchar,unas peleas para mearte de la risa,pelean sin fuerza ni garra.Y ese final...Ator y su esposa correteando por el prado emulando a Pedro y Heidi con esa canción hortera ochentera que no pega ni con cola...jajaja
Peli de serie B que entretiene viendo lo cutre que es,le doi un 5.
Recomendable a todo aquel que guste de caspa casposa.
uno de los tantos clones de Conan el Barbaro, que en su epoca dio que hablar, pero el tiempo es tirano y hoy en dia los años la pulverizaron. en su momento todos alucinabamos con peliculas de esta indole con guerreros, monstruos, hechiceros, amazonas y criaturas mitologicas, y pese a que los efectos eran muy escazos lograban entretener, hoy somos mas pretenciosos y terminamos hasta aceptando cgi mediocre que hace que en ves de ver una pelicula estemos viendo el modo historia de un juego de playstation.
ator no llega a ser ninguna maravilla, tiene una trama predecible hasta el hartazgo, pero su cutres la sienta en los confines de peliculas malas que con el tiempo se aprecian por lo malas que son.
los italianos al amparo y sombra de conan,el señor de las bestias y filmaciones parejas nos hacian peliculas descafeinadas con poco presupuesto que cuando eras canijo y las veias en el cine te gustaban,ahora bien claro esta viendolas ahora dices madre mia de pequeño se flipa con cualquier cosa lo que por otra parte tambien es logico es lo que tiene ser ñiño,la pelicula en si no se la puede pedir mas de lo que ofrece ya que es muy limitada en muchos sentidos y no solo me refiero al presupuesto que logicamente tambien pero hablo de situaciones,actuaciones y sobre todo ese dios araña del final madre mia buff,no se el caso es que estos titulos en su dia tenian tiron en los videoclubs pero ahi que reconocer que como cinta es cutrecilla y como he dicho antes un producto descafeinado en el cual se pierde mucho la gracia y por ultimo las espectativas que una pelicula de espada y brujeria puede levantar en un principio y en el que logicamente uno busca algo que no le deje mas bien indiferente en lineas generales
Entrañable chapuza que nació al amparo de films como CONAN EL BARBARO o EL SEÑOR DE LAS BESTIAS y nos dió tres entregas del héroe épico más cutre-gay del planeta.
Trama de andar por casa , FX de saldo ( esa araña final es la joya de la corona ) y nulas ganas de crear algo nuevo...no obstante , es una de las pelis que más veía de pequeñajo...así que algo de cariño le tengo.
Lo dicho , para amantes de la caspa con encanto y olor a rancio.
La recordaba divertida, en aquellos tiempos, al verla ahora, claro esta, me parece un poco cutre. El tipo este (Ator), esta un poco afeminado, pienso yo, para este papel. Pero bueno, siempre es bueno recordar una de "espada y brujeria", que ya, las hemos olvidado. Ahora a por "Gunan el guerrero".
Cuando uno es un tierno infante, productos como este le deslumbran, le maravillan (tambien Ultraman, Inframan, o, mas reciente, Power Rangers). En cuanto uno tiene un poco mas de sesera descubre la dura realidad: es un atentado a la inteligencia humana. En plena era Conan (la primera), sale un tio con mas musculos en la caratula que en la pantalla, con las dotes interpretativa de un ladrillo; y le ponen delante de personajes similares, con vestuarios dignos del Toys´R Us, con FX de obra de teatro amateur y con... para que seguir. Lamentable.
un film de los llamados de espadasybrujerias que se pusieron muy de moda gracias a el film de conan,para lucimiento de musculitos sin importar sus dotes interpretativas,en este caso m.okeefe.
la escena de la pelea con la araña es de lo mas gracioso que he visto en mi vida
clasica pelicula de espadas y brujeria,aplaudida por unos y odiada por otros.Ator es un luchador tipo conan pero un poco mas cutre,que se enfrenta a bestias y le acompaña un curioso equipo.En su estreno tuvo mucho exito,pero visto ahora sorprende por su "garrulismo"
Críticas: 16
Mad Warrior
2
Hay por ahí en las tierras altas, en plena era de oscuridad, de reinos misteriosos, de crueles señores y extrañas criaturas y conjuros, un hombre que nace bajo una maldición, destinado a convertirse en un poderoso guerrero, el más poderoso de los bárbaros...o eso se cree que él, claro...
Se podría decir que la semilla que plantó John Milius en 1.982 tuvo el mismo efecto de choque en tierras italianas que la que, dieciocho años antes, plantara Sergio Leone en nuestra Almería. Sin embargo, en aquellas fechas, a pesar de surgir títulos a la sombra de la epopeya de ¨Por un Puñado de Dólares¨, hubo algunos realmente decentes y los cowboys y pistoleros que aparecieron resultaron ser más entrañables de lo que muchos creen (Sartana, Django, Keoma...). No se puede decir lo mismo, por desgracia, de las decenas de imitaciones del héroe que hizo saltar a la fama a Arnold Schwarzenegger...
Porque imitaciones hubo muchas, tanto como para considerar la ¨espada y brujería¨ el ¨spaghetti western¨ de los 80. Giuseppe Moccia, Tonino Ricci, incluso Lucio Fulci lo intentaron, y también lo iba a hacer su colega Aristide Massaccesi, quien se tomaba así un descanso de su cine erótico y sus más recientes películas de terror y ¨slasher¨, por las que sería tan conocido, en la producción de Eduard y Helen Sarlui, cuyo rodaje se llevó a cabo entre España e Italia. Una de las mejores cosas de ¨Ator¨, además de su caradura asumida sin ningún prejuicio, es su prólogo, que nos anuncia una aventura más épica de lo que más tarde descubrimos.
Tomas aéreas, efectos especiales no del todo ridículos, ambiente oscuro, algo de violencia, imaginería de cómic y una parafernalia de puro ¨exploitation¨ que no obstante parece digna de verse, revistiendo la profecía de Ator, el hijo descendiente de Thor que un día deberá derrotar al cruel señor del llamado Templo de la Araña, por lo que es escondido por un ¨siervo¨ en una aldea corriente a la espera de no ser descubierto por los enemigos. Todo eso cambia cuando se nos presenta al hombre en que se ha convertido el niño, con el físico del culturista reciclado en actor (para nuestro pesar) Frank Miles OKeeffe, recién llegado de la horripilante versión de ¨Tarzan¨ de John Derek.
Massaccesi se lamentó profundamente de su elección, ya que era pésimo actuando (salta a la vista) y lento en el combate. La secuencia donde expresa su deseo a casarse a la que él cree que es su hermana (Sunya; una escultural Ritza Brown de personalidad ausente) resulta un tanto vergonzosa...pero lo es aún más esa en la que su padre adoptivo le revela su identidad. El luchador peruano Alejandro ¨Dakar¨ Barrera es el villano, bastante estrafalario, que le quiere muerto; es extraño por tanto el desvío del guión de José María Sánchez, que hace que los secuaces del anterior dejen vivo al héroe y secuestren (de gratis) a Sunya el día de la boda de ambos.
Cuesta encontrarle un sentido, ¿verdad? No importa, ya que en ¨Ator¨ hay mayores carencias de las que preocuparse. Lo extraño de todo es que, incluso contemplando el entrenamiento del protagonista por el hombre que le dejó años atrás en la aldea, bastante ridículo, la película no entra todavía en la fase de engendro cinematográfico y puede ser medianamente disfrutada, sin querer buscarle más de lo que ofrece. En lo sucesivo nuestras dudas se van despejando cuando se junta con otra belleza habitual de la época, la serie ¨B¨ y el cine de Massaccesi: Sabrina Siani.
Su unión, reunión y posterior amistad se resuelve de pena en la trama (Ator es capturado (¿?) por un grupo de zorras amazonas que lo quieren para copular (¡¿?!) pero la anterior le ayuda a escapar) aunque sí es original (o curioso, al menos) que nunca se produzca una pequeña historia de amor entre ellos. Juntos, el guión se ejecuta como un ¨RPG¨, cruzando escenarios aleatorios sin ninguna conexión entre sí, presentando villanos de chiste y ese imaginario tan excesivo en su explotación del de ¨Conan¨; a veces sin aprovechar sus puntos fuertes (el segmento de la bruja Indun) o simplemente por añadir instantes cómicos (la pelea en el bar donde Siani es abandonada de repente).
Lo más curioso es que, estando quien está tras la cámara, no habrá escenas de violencia ni de sexo (ni una pequeña gota de sangre es derramada, ni un leve desnudo es mostrado, cuando a Indun la encarna, para más inri, Laura Gemser, que tantas películas eróticas hizo con el italiano); sin lugar a dudas una entrada desconcertante la suya en la categoría ¨para todos los públicos¨. Y aun así, aun así, todo ello se puede aceptar como la humilde y barata copia de ¨Conan¨ que es, hecha con la mejor intención. ¡Si hasta el duelo del héroe con la sombra del guardián del escudo es una buena idea!
Es hacia el final cuando ¨Ator¨ revela sus carencias; sus instantes climáticos, que debieran ser medianamente espectaculares, intensos y con algún que otro efecto especial, deja al descubierto una terrible falta de presupuesto y de ganas, ya que todo se precipita sin orden ni concierto, se despacha rápido y mal, a cada villano que hemos conocido. La sensación que nos queda es de pensar si merecía la pena tanta preocupación para esto (a recordar toda la vida la pseudopelea con esa araña gigante del templo que, por no haber dinero, es filmada casi siempre desde el punto de vista de ésta, enfocando de frente a OKeeffe (Corman lo hizo con menos medios y mejor en ¨El Ataque de los Cangrejos Gigantes¨, ¿qué pasa aquí?) ).
Desafortunado último tramo que arroja al film a la arena y lo pisotea sin compasión, pero más lo es el epílogo con los enamorados corriendo por el bosque con balada romántica ochentera incluida.
O tal vez más lo sea el que, no contentos con las malas críticas recibidas, el equipo hizo una secuela poco después...¡y dos más en los años siguientes! ¿La lógica? Habrá que consultar también a los sacerdotes del templo.
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