Plan perfecto para degustar el plato especial de la casa..todo preparado: un lugar de privilegio en el “cine-restaurante” (lejos de los baños ,la cocina y de los niños inquietos..); un refresco a mi lado.. con mucho menos pedigree que un dom perignon gran reserva ,(pero que cumple su función a la perfección),y sobretodo muchas ganas de poder llevarme a la boca el plato especial: Sinister por el que apostaba desde hace tiempo..
El Chef: Scott Derrickson.
Conocido por los seguidores del género por films como Hellraiser: Inferno (2000), (plato que no se recibió con mucho agrado entre la crítica gastronómica), nuestro chef realmente entró de lleno en el mundo competitivo del celuloide con obras como: Ultimátum a la Tierra (2008), (un remake algo soso, pero con el Super-Robot Gort , en el centro del plato, que nos recordó aquel del 51, y que nos endulzo algo más la comida..), y tres años antes, en el 2005, con un Exorcismo de Emily Rose, horneado con más cariño, que puede servirnos de referencia en lo que a su género de terror se refiere, y que nos dejo mucho mejor sabor de boca a todos..
Ingredientes:
Ethan Hawke. Cabeza de familia en nuestro film, es un actor que apenas sin salir del cascarón hizo su aparición En el Club de los Poetas Muertos, película que le catapultó, y que le sirvió para recorrer un amplio maratón cinematográfico, que tuvo su gran premio con la nominación al Oscar al mejor actor de reparto en el 2001 por Training Day. A pesar de su amplia carrera, el género de terror no ha sido uno de los más recurrentes de Hawke, (digamos que Daybreakers era su escaso bagaje en este ámbito). En Sinister desarrolla un papel bien preparado, a fuego lento, con la pizca de sal y pimienta que le da el gusto suficiente que necesita todo protagonista en este tipo de películas. Ellison, (interpretado por Hawke) , mezcla esa figura de escritor/investigador con ansia de justica, aliñadas con otras ganas , tal vez más reales ,de conseguir la fama a toda costa a través de la creación del mejor best-seller posible..(¿inspirado tal vez en algún plato del gran chef de referencia Stephen King?..).
Buena actuación, que se rodea con la “típica” familia americana, con una mujer perfecta (Juliet Rylance), que apoya el sueño de su marido pero siempre con la mosca detrás de la oreja, y su par de hijos, (Clare Foley y Michael Hall D`Addario), que si dan miedo cuando están felices y a plena luz del día, imaginad el efecto que provocan cuando el film se vuelve oscuro y siniestro..
La Cámara Super 8. Tal vez el ingrediente principal de nuestro plato. Genial la idea de recurrir a las grabaciones de 8 mm. Estética que nos envuelve, que nos eriza el bello. Cada cinta “snuff” que nos llevamos a la boca nos descubre algo más, nos desvelan imágenes crudas, nos ayuda a meternos en la película y hacer que el plato sea más ligero y se digiera mucho mejor..Gran recurso señor Chef!
La música. Se presenta al dente, en su punto de cocción optimo. Acertadísima en cada fragmento de 8 mm y en el resto del film. Nuestro Chef vuelve a recurrir a Christopher Young, como ya hizo en el Exorcismo de Emily Rose, y parece que con gran acierto.
La atmósfera. Momentos inquietantes, con planos que nos hacen que no perdamos detalle y que convencen a los más escépticos. Tal vez en la cocina se quedaron algo cortos en la preparación de los sobresaltos de la butaca, pero es cierto que se busca más en muchas ocasiones el suspense que el susto fácil (recurso que gusta a muchos, pero que para otros se convierte en un plato empalagoso).
En conclusión, y tras saborear cada uno de estos ingredientes y de no dejar ni una miguita en el plato, podemos decir que me voy a casa satisfecho. Tal vez, se necesitará algún ingrediente secreto (cada vez más difícil de encontrar, en este tipo de obras), que elevara el plato a la excelencia, pero es cierto que no siempre nos podemos encontrar con esas comidas míticas que dejan huella y que nos hacen repetir una y otra vez.
Con todo, buen bocado final, tal vez con un sabor en el paladar algo predecible pero que nos encanta a todos los amantes del cine de suspense-terror.
El Chef Scott Derrickson ya tiene su plato de terror de referencia.
KIKE_CDP
7
Crítica al Plato Especial: Sinister.
Plan perfecto para degustar el plato especial de la casa..todo preparado: un lugar de privilegio en el “cine-restaurante” (lejos de los baños ,la cocina y de los niños inquietos..); un refresco a mi lado.. con mucho menos pedigree que un dom perignon gran reserva ,(pero que cumple su función a la perfección),y sobretodo muchas ganas de poder llevarme a la boca el plato especial: Sinister por el que apostaba desde hace tiempo..
El Chef: Scott Derrickson.
Conocido por los seguidores del género por films como Hellraiser: Inferno (2000), (plato que no se recibió con mucho agrado entre la crítica gastronómica), nuestro chef realmente entró de lleno en el mundo competitivo del celuloide con obras como: Ultimátum a la Tierra (2008), (un remake algo soso, pero con el Super-Robot Gort , en el centro del plato, que nos recordó aquel del 51, y que nos endulzo algo más la comida..), y tres años antes, en el 2005, con un Exorcismo de Emily Rose, horneado con más cariño, que puede servirnos de referencia en lo que a su género de terror se refiere, y que nos dejo mucho mejor sabor de boca a todos..
Ingredientes:
Ethan Hawke. Cabeza de familia en nuestro film, es un actor que apenas sin salir del cascarón hizo su aparición En el Club de los Poetas Muertos, película que le catapultó, y que le sirvió para recorrer un amplio maratón cinematográfico, que tuvo su gran premio con la nominación al Oscar al mejor actor de reparto en el 2001 por Training Day. A pesar de su amplia carrera, el género de terror no ha sido uno de los más recurrentes de Hawke, (digamos que Daybreakers era su escaso bagaje en este ámbito). En Sinister desarrolla un papel bien preparado, a fuego lento, con la pizca de sal y pimienta que le da el gusto suficiente que necesita todo protagonista en este tipo de películas. Ellison, (interpretado por Hawke) , mezcla esa figura de escritor/investigador con ansia de justica, aliñadas con otras ganas , tal vez más reales ,de conseguir la fama a toda costa a través de la creación del mejor best-seller posible..(¿inspirado tal vez en algún plato del gran chef de referencia Stephen King?..).
Buena actuación, que se rodea con la “típica” familia americana, con una mujer perfecta (Juliet Rylance), que apoya el sueño de su marido pero siempre con la mosca detrás de la oreja, y su par de hijos, (Clare Foley y Michael Hall D`Addario), que si dan miedo cuando están felices y a plena luz del día, imaginad el efecto que provocan cuando el film se vuelve oscuro y siniestro..
La Cámara Super 8. Tal vez el ingrediente principal de nuestro plato. Genial la idea de recurrir a las grabaciones de 8 mm. Estética que nos envuelve, que nos eriza el bello. Cada cinta “snuff” que nos llevamos a la boca nos descubre algo más, nos desvelan imágenes crudas, nos ayuda a meternos en la película y hacer que el plato sea más ligero y se digiera mucho mejor..Gran recurso señor Chef!
La música. Se presenta al dente, en su punto de cocción optimo. Acertadísima en cada fragmento de 8 mm y en el resto del film. Nuestro Chef vuelve a recurrir a Christopher Young, como ya hizo en el Exorcismo de Emily Rose, y parece que con gran acierto.
La atmósfera. Momentos inquietantes, con planos que nos hacen que no perdamos detalle y que convencen a los más escépticos. Tal vez en la cocina se quedaron algo cortos en la preparación de los sobresaltos de la butaca, pero es cierto que se busca más en muchas ocasiones el suspense que el susto fácil (recurso que gusta a muchos, pero que para otros se convierte en un plato empalagoso).
En conclusión, y tras saborear cada uno de estos ingredientes y de no dejar ni una miguita en el plato, podemos decir que me voy a casa satisfecho. Tal vez, se necesitará algún ingrediente secreto (cada vez más difícil de encontrar, en este tipo de obras), que elevara el plato a la excelencia, pero es cierto que no siempre nos podemos encontrar con esas comidas míticas que dejan huella y que nos hacen repetir una y otra vez.
Con todo, buen bocado final, tal vez con un sabor en el paladar algo predecible pero que nos encanta a todos los amantes del cine de suspense-terror.
El Chef Scott Derrickson ya tiene su plato de terror de referencia.
Recomendada.
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