Tierna pieza seminal del cine británico que incluyó por primera vez en el cine el uso de una proyección paralela para mostrar como mientras los dos niños protagonistas duermen Papá Noel entra por la chimenea con sus regalos, logrando una narración sintética y veloz.
Para frikis del cine en general - pero sobretodo del cine fantástico, que para algo estamos aquí - que deseen conocer de primera mano el nacimiento de ciertas convenciones que más de un siglo después consideramos que ¨son de cajón¨.

Divertido corto minimalista con unos créditos impagables, realizado enteramente por el animador Marv Newland, que con el tiempo ha logrado cierta reputación.

Curioso e importantísimo corto de la Edison que inauguró el género del Western e introdujo algunas innovaciones, sobretodo en el plano narrativo: fue una de las primeras pelis que se conservan que tiene una historia con inicio, nudo y desenlace. También se la considera una obra ligeramente relacionada con el género de terror por su explosivo final. Esta historieta sobre la caza a unos sádicos bandidos es una de las piedras de toque del cine tal y como lo conocemos.

Con un reparto donde se reconoce a Tom Holland, que se convertiría en una de las grandes estrellas del cine del Oeste hasta finales de la década de los 50, y con Gilbert E. Anderson, creador del personaje Bronco Billy, está dirigida con maestría y en algunos momentos llega a resultar espectacular - para ser que solo tiene 8 años más que el mismísimo cine -, con sus escenas en exteriores. El director escocés Edwin S. Porter gustaba, al igual que Méliès, Zecca, De Chomón, de experimentar: vemos que ya usa el truco de la doble exposición para simular un vehículo en movimiento

Por la influencia que supuso esta peli, merece el 10 automático.

Y para acabar: Piñau! Piñau! Piñau, piñau, piñau! Piñau!

Corto, como dicen por aquí, simplote pero tierno y reconfortante realizado por personal artístico y técnico de ESDLA dirigido por el actor John Astin que tiene como escenario una parada de autobús neozelandesa. Lo que véis es simplemente lo que dice la sinópsis. Está protagonizado por un miembro del equipo técnico de ESDLA, dos dobles de acción y Peter Jackson en una fugaz aparición.

La peculiaridad se encuentra en el uso que hace Austin del equipo de la Saga de la Tierra Media: por ejemplo, Elijah Wood fue director ayudante y Andy Serkis estaba de ¨mozo para todo¨. Por lo demás un corto decente con una historia a lo Frank Capra.

Impresionante corto animado expresionista, producido por la UPA y narrado por James Mason, que cuenta de manera ágil y bastante acongojante el clásico relato de Edgar Allan Poe. La animación limitada se supedita al propósito de crear terror, redondeado todo ello por ominosos ruidos y la dedicada labor de Mason.

Fue nominado merecidamente a un Oscar al mejor corto animado. Hasta que se me demuestre lo contrario, esta es la mejor versión del cuento de Poe que he visto. Excelente.

Todo lo que se verá en la saga Evil Dead resumida en media horita y con un presupuesto de solo 1400 $ (muy bien aprovechados). No es perfecto: Ellen Sandweis no está ni mucho menos tan inspirada como en posesión infernal, aunque siendo una peli hecha entre amiguetes, eso es lo de menos.

Brillante maquillaje, gore y acción a mansalva, Bruce Campbell acuñando el célebre ¨Jooooooiiiin uuussssss....¨. e incluso se entrevé ese humor que caracterizará a la saga.

Vamos, le echo un 10 porque el buen uso del presupuesto compensa con creces la inexperiencia del reparto. Sam Raimi lo borda.

Interesante corto de Wallis O¨Brien, considerado la primera película de viajes temporales. Vemos como el arte del maestro de los FX animados se va gestando con dinosaurios y otras criaturas, todos animados con brillantez para lo que era la época. Resulta alucinante ver cómo mejoró su porpia técnica en solo 4 años. Imprescinidble para los fans de los FX artesanales.

Como fan de Dalí y del surrealismo en general, ¿cómo no me va a gustar esto?

Comprendo que a muchos no les guste, pues es bien verdad: esta película no tiene ni argumento ni cohesión onterna. Pero es que se trata de eso. No es más que una sucesión de imágenes surrealistas a las que no hay por qué buscarles el sentido. Simplemente apreciar el genio paranoico-crítico que supura cada escena de la película y su ambiente de pura pesadilla. Y resulta que las pesadillas no tienen línea argumental, ¿no?.

La escena del ojo me persiguió durante años hasta que supe la verdad. Ya no me impresiona, pero deciros el truco es spoiler, así que a disfrutar de la experiencia del movimiento que iniciara Paul Éluard.

Llamade borrego, pero por la época, por el excelso aspecto técnico, su valor artístico y su acongojante atmósfera, es de 10.

Angustiosa adaptación animada del cuento de Ray Bradbury, más dura que el original (que ya tiene lo suyo) y con un estilo similar al de las viejas animaciones de Terry Gilliam.

No es tan fiel al material original como cabía esperar, pero su visionado sigue siendo más que recomendable, ya que contiene inluso una pequeña patadita en la entrepierna a la sociedad americana, más fuerte que la que dio el mismo Bradbury. Magnífico diseño de animación, muy tétrico, y buena música de acompañamiento.

Mediante un hábil uso de los decorados, maquillaje y algún plano de truca, podemos ver como diversos personajes interactúan mutuamente en una hilarante secuencia de sucesos que hace que uno se tenga que mirar la peli un par o tres de veces para ver todo lo que pasa (la atención al detalle es exquisita: hay un afiche al inicio con un par de tags (graffitis feos), uno de los cuales muestra el deseo de colgar a todos los pasmas.

La principal innovación del corto es que al final nos hace preguntarnos qué es ficción y magia y qué es realidad en esta auténtica locura cinemática. Muy gracioso y divertido.

Brillante y macabra comedia que incluye algunos de los mejores trucajes de Méliès. El carro infernal, a nivel de atrezzo, es una de la mejores invenciones del artista, y se usan las transparencias brillantemente, a parte de un magistral uso de maquetas, marionetas y otros elementos.

Por desgracia, solo se conservan 6 de los 17 minutos que debía durar esta épica mélièsana, y nos deja con ganas de más. Sin embargo, aún es un mérito que podamos ver parte de la pélicula coloreada viendo lo que hicieron con los originales de Méliès Pathé primero y los militares después, durante la I G.M. (como diría Jacques Tardi, ¨Puta guerra¨)

Una de las películas mejor conservadas de Méliès; es una comedia basada en un ingenioso atrezzo y uso del vestuario que hace que no se echen en falta los típicos trucos de cámara del mago parisino. Asío vemos como en pocos segundos, unos burgureses que juegan en un casino ilegal se transforman en los modestos empleados de una sastrería en pocos segundos cuando los gendarmes hacen un intento de redada. Hay sorpresa final que queda rematada con una conclusón abierta a íltimisima hora.


Le pongo el 10 porque es una muestra de como hacer una producción fantasiosa y llena de gracia sin tener que recurrir a espectaculares trucos de cámara (solo hay uno en toda la película). Méliès se sigue reinventando. Y además porque es una de las pelis más graciosas que realizó, con su hilarante sorpresa final e incluso rompiendo el cuarto muro inesperadamente en un momento dado (era habitual en él, pero generalmente cuando rompía el cuarto muro era cuando hacía cine-números de magia, y esto es una historieta con argumento).

Visto lo visto, era casi de cajón que Méliès le dedicaría una película a un mundo tan fantástico como el de las ¨Mil y Una Noches¨. Con un guion de cosecha propia, Méliès realiza una de sus épicas (19 minutos), con un gran vestuario, escenarios exhuberantes, color y muchas risas. Entre los FX destaca una lucha dentre los protagonistas y unos esqueletos fantasmales (unos acróbatas de cabaret, como era habitual) merced a la doble exposición que le quedó particularmente lucida.

Menos destacable que sus otras épicas, no deja de ser un grato visionado.

Un trasgo okupa una habitación de hotel y cuando llega el que ha pagado por ella se cabrea y la arma con hilarantes consecuencias.
Auténtico festival de stop-motion muy eficientemente usada. Los objetos aparecen y desaparecen a mansalva y los resultados son muy eficientes. Realmente, Méliès lograba sorprender incluso con lo más sencillo.

Número de ¨magia china¨ de acuerdo con los gustos del momento, es un documento sobre los estereotipos sobre Asia Oriental (parasoles, mujeres en kimono y tipos haciendo el burro levantando los índices de manera espasmódica) en aquel momento y tiene sencillos pero cuidados FX.

Resulta bastante gracioso.

Usando sus dotes pictóricas (Méliès era un muy buen dibujante), sumadas a un brillante maquillaje y dobles exposiciones, el cienasta francés nos muestra una exposición de notables caracterizaciones. Interesante muestra de los talentos de quienquiera que fueran los maquilladores de Star Films (aunque el mismo Méliès llegó a constar como tal en alguna que otra peli).

Hay una gran sorpresa final que deja al espectador pregunatándose sobre si ese indivíduo era realmente Méliès, o bien...

Méliès volvió a inspirarse en Verne para crear otra de sus maravillas. Una épica producción de 24 minutos, coloreada y donde se hace uso de todos los trucos conocidos por el maestro.

Básicamente es una versión aún más ambiciosa de ¨Viaje a la Luna¨, llevada a los máximos extremos: los personajes se suben a varios gadgets muy ingeniosos - ¿Steampunk? Clarísimo, y eso que estamos aún en 1904 - y tienen accidentes y peripecias a mansalva (a destacar el abundante uso de maquetas) en este mágico viaje que no llega a ser tan redondo como aquel que llevó a unos magos a la Luna, pero que se acerca mucho: los problemas aquí eran que hacia el final la acción llega a ralentizarse en exceso, y que los trucos parecían muy vistos a pesar de la evidente superioridad tecnica de esta película respecto ¨Viaje a la Luna¨.

De todas maneras, es otro producto de 10.

Corto simple, sin acción y sin escenas de risa pero particularmente bello en mi opinión. A pesar de que solo se usan ingeniosos elementos de atrezzo y los FX solo son dobles exposiciones, las formaciones de mujeres parecen una versión primitiva de un número de Busby Berkeley, hechas con un notable sentido artístico (¿otra innovación? No lo sé. Mis conocimientos de cine no dan para más). No está nada mal, de veras lo digo.

Un desagradable chef de cocina que explota a sus trabajadores y maltrata a los menesterosos no se da cuenta que el mendigo al que acaba de echar es un mago con poderes diabólicos.

Destaca que la narración se produce de manera ejemplar, mostrándonos el porque le pasarán desdichas al protagonista (¡le dedican casi 2 minutos a los prolegómanos!). Después es un correcalles con trucos muy sencillos, con la única pretensión de hacer reir (y de paso dar una lección moralizante).

Corto del tipo ¨prestidigitación cinematográfica¨ donde Méliès ejecuta toda clase de trucos y utiliza muchos FX (stop motion, zooms, dobles exposiciones, planos de truca...) y disfraces en poco tiempo. Esta relativamente larga pero vertiginosa sucesión de trucos está destinada, simplemente, a despertar el asombro y la sonrisa del espectador. Resulta de cajón que lo logró.

Agradable corto de números de prestidigitación de cartas que crecen y conbran vida con una pequeña sorpresa final cuando parece que, como casi siempre, el número se girará en contra del prota (Méliès con un bisoñé que parece un gato negro más que un peluquín). Se usa la doble exposición y el stop motion con maestría. Otra de esas peliculitas que son divertidas por lo que son: una compilación de trucos de cámara más que centenarios.

Simpático numerito de music-hall con toques macabros y algunos truquillos ya vistos. Poco más hay que decir salvo que está clarísimo que el personal que está en pantalla lo está pasando fenómeno, cos que transmite al espectador.

Aunque prefiero ver las pelis mudas sin absolutamente ningún sonido, os aseguro que la versión que han colgado aquí, a ritmo de jazz, vale la pena verla con voz solo por la alegría y optimismo que transmite.

Sádica películita coloreada de terror donde unos trasgos echan a unas inocentes muchachas a un caldero donde las queman vivas.

Obra particularmente reseñable en el catálogo de la Star no tanto por su temática (es de terror, aunque Méliès *casi* nunca pretendiera asustar a la audiencia) sino por el magistral uso de la doble exposición y la multiexposición. Esta es otra de las imprescindibles del mago francés, y su brevedad hace que su visionado sea una gozada.

Un cacho de cartón, dobles exposiciones y Méliès como un tipo que pretende transformar a plebeyas en nobles. Bello, pero no especialmente destacable salvo por la constatación de que los trucajes de Méliès son cada vez menos evidentes. Este tipo aprendía a cada paso que daba.

Dos excéntricos personajes hacen distintos trucos para que se tronche el personal. Esta comedia desmadrada y surrealista contiene unos FX sencillos para ser obra de Méliès, pero su realización es tan impecable que a penas se notan los trucos de cámara. Destaca la presencia de abundante fauna y de uno de esos elementos de atrezzo que solo la Star era capaz de crear y Méliès de imaginar. ¡Menudo cachivache!

Diversión simple y llana.