Méliès comete un error muy habitual en los prestidigitadores de la época: coger a tres conejos por las orejas. Eso no tan solo hace sufrir al animal, sino que el que coge el conejo puede sufrir la ira del logomorfo, que tiene recursos para hacer daño (sobretodo tremendos arañazos con los cuertos traseros). Por vuestra intergirdad física: si queréis coger un conejo deprisa, agarradlo con firmeza del pellejo y levantadlo. Su reacción será mucho menos agresiva (que los conejos tienen mucha mala leche, eh!).

Hay dos errores en la escena en que Pulgarcito engaña al ogro para que decapite a sus propios hijos: tras pasar su cimitarra (sí, lleva una cimitarra) por encima de los cuellos de los nenes, se lleva una sola cabeza, desproporcionadamente grande para que parezca que son muchas. No cuela nada. Además, se sigue viendo perfectamente la cabeza de los ¨decapitados¨, y encima respiran que ni en un anuncio de caramelos Pectol, oiga.

- Cuando la tetera sirve el café por si misma se ve claramente el cable que la aguanta, pero si hoy día este error se produce bastante, aún más en aquella época, por lo que el gazapo (?) es de poca importancia.

En un momento dado de la acción vemos ténuemente al ¨espectro¨ de una persona (diría que es el mismísimo Segundo de Chomón, pero no se distingue bien) reflejada sobre la película que rápidamente se aparta. Creo que no es un FX sino un error de fotografía.