Que los vasos se mantuvieran flotando en el espacio, se entiende. Pero ¿cómo habrá hecho Miguel para verter la bebida dentro de ellos, siendo que nada podía caer?

Según el final de De la Tierra a la Luna, el proyectil queda en órbita alrededor de la luna y no se sabe si girará eternamente, si caerá finalmente sobre la luna o si podrá regresar.
Esta segunda parte describe la acción tal como transcurre dentro del proyectil. Y es donde Verne comete el error científico más importante de su obra.
Según la descripción, a medida que la nave se aleja de la Tierra y se acerca a la Luna, disminuye la atracción gravitatoria terrestre y aumenta la lunar. Habrá un punto intermedio en el que ambas atracciones se equilibren. En ese punto, los tripulantes flotarán dentro de la nave experimentando la ingravidez.
En realidad, la ingravidez se experimenta dentro de la nave durante todo el viaje. No es que no haya gravedad. Es que la misma afecta por igual a los tripulantes, a la nave y a todo lo que hay en ella. Cuando vemos a los tripulantes de la Estación Espacial Internacional flotando de aquí para allá, no es porque estén fuera del alcance de la gravedad terrestre. Es porque la gravedad afecta por igual a la estación y a sus tripulantes. Hay gravedad, pero hay sensación de ingravidez.

Un error que cualquier lector de este clásico de Julio Verne seguramente advirtió: Cuando escapan montados en objetos propulsados o llevados por el magma del volcán en erupción, es poco probable que un ser humano soporte no solo el calor sino también los vapores de este fuego espeso de las entrañas de la tierra.

La utilización del acento en la primer letra (a) del nombre que da el título a la obra, pocas veces ha sido respetada. En diversas ediciones de libros y en otras circunstancias el acento es poco respetado.

sabiendo ya la solución del enigma, que se
ha cometido un error respecto a la hora en que se cometió el crimen de ¡doce horas de diferencia!
Sinceramente, me parece un fallo inadmisible.
se aceptaría un error de dos horas, pongamos por caso, pero, ¿al realizar la autopsia o examinar
el cadáver de la víctima nadie vio que llevaba doce horas muerta más de lo calculado? Realmente es
un despiste extrañísimo.

En la página 75 de la edición de Molino (1996) , penúltimo párrafo, se dice que Katherine Grey
ve en el tren cómo Ada, la doncella de Ruth, se asombra al ver a alguien en el tren; cuando
Katherine mira, no ve a nadie. Esto es un cabo suelto que no se explica al final, ni siquiera se menciona en la resolución del caso.