Practica el salto base a través de una ciudad flotante, creando tus propias piruetas para el deleite de tus fans. Saltas de un rascacielos, confiando en tus rápidos reflejos para sortear la intrincada maraña de vigas que conforman la ciudad flotante. Todas las miradas se centran en ti mientras los jueces deciden tu puntuación. Cien puntos por abrazar esa columna expuesta conforme caes. Mil puntos por darle un beso a la fachada de ese edificio. Retorciéndote y girando, enhebras la aguja entre dos vallas publicitarias, ganando así la ovación de tus fans. Pero aunque los reflejos son importantes, es el pensar rápido lo que te llevará a la victoria. Una manzana más allá, observas a un grupo de protestantes condenando tu deporte y decides cambiar de idea en el último segundo. Te desvías de tu rumbo, les miras fijamente a los ojos y les muestras tu dedo corazón. Ellos explotan de rabia y furia pero los jueces lo disfrutan completamente, subiéndote al primer puesto. Ahora todo lo que tienes que hacer es realizar ese aterrizaje sin que te acabes convirtiendo en un flojo saco de huesos rotos.