Popularísima en su tiempo, esta creación del maestro de los juegos Sega de tema fantasía/ci-fi Makoto Uchida (Golden Axe, Alien Storm) ha envejecido algo mal, incluso desde el punto de vista retrogamer, debido a su repetitivo desarrollo.

Creado como muestra de la potencia del System 16, es un juego que 30 años después aún resulta visualmente bastante espectacular, y cumplió esta misma función en su versión de Mega Drive (hay quien dice que los gráficos son mejores a pesar de carecer de los efectos de escalado del arcade). La música es también de lo más memorable.

De hecho pese a su complejidad técnica, el desarrollo es bien sencillo, y el principal motivo por el que este juego se ha hecho tan anticuado, al menos desde mi punto de vista: ¨Rwise fwom your gwave¨ y se avanza a la derecha reventando monstruos del Hades y buscando a los chuchos bicéfalos blancos que sueltan unas bolitas que te dopan cosa mala. Coges tres, te transformas en un bestiajo, te enfrentas al jefazo de fin de nivel y se repite el ciclo.

Sin embargo, anticuado o no, es un juego de tremebunda talla mítica, y que debe ser jugado y superado al menos una vez por todo fan del retrogaming que se precie.

Por mucha debilidad que tenga hacia compañías como Ocean, esta basura es algo imperdonable.

Gráficamente no es muy distinto a un juego de NES, pero un juego de NES de los malos, eh, de los no licenciados. Los escenarios son sosos y tienen un triste colorido, además de que los personajes son diminutos como los que aparecían en los juguetes de Mighty Max (¿Lo harían adrede?) y encima están animados como si patinaran. La música nunca la he escuchado porque la quitaba, pero de mayor he sabido que es de Matt Furniss, un compositor que me encanta, así que quizá debería probar de escucharla bien.

A nivel de jugabilidad y desarrollo es vulgar, aburrido. No ayuda que tengamos como arma una pistola que lanza pelotillas rebotantes ni el mapeado de los niveles, que está más visto que el tebeo (lo que no tendría por qué ser malo de no ser porque el resto es horrible).

Huid de esto como de la peste.

Tan bello de ver como complicado de jugar, este juego de acción os va a fascinar con sus efectos gráficos y os vais a ciscar en toda la parentela de los programadores enseguida que la pantalla se llene de enemigos y de explosiones.

A los bonitos gráficos los acompaña una animación muy suave y un buen uso del color. La música es más que correcta, y el hecho de elegir entre Batman o Robin es un buen detalle, pero la dificultad de este juego puede tirar atrás a los impacientes.

En resumen: si tenéis paciencia con la dificultad, os encontraréis ante uno de los mejores juegos de la última etapa de la Mega Drive. Si no, os vais a tirar de los pelos. Y si no tenéis os arrancaréis los de la nariz, uno a uno.

[Esta crítica corresponde a la versión Mega Drive del juego]

Tengo una especial afición por los juegos europeos y su anárquica jugabilidad, y este es uno de ellos.

Empiezo por decir que si os fijáis bien, el sprite de Gómez Addams no se parece en nada a Raúl Julia, sino al actor original del papel, el entrañable John Astin (sí, el padre de Sean, de los Goonies y El señor de los anillos), y en general el juego tiene un ambiente más propio de la vieja serie de la Filmways que de las películas.

Vayamos ahora al juego: ¿Lo primero que llama la atención? La cantidad de niveles que tiene y lo difíciles que son. Por mucho que me guste el juego, la parte del invernadero y bajo tierra siempre me ha desesperado. Menos mal que contamos con un sistema de contraseñas para avanzar o para guardar nuestro progreso.

Gráficamente es muy sencillito pero eficiente, y la música es muy agradable, especialmente la melodía que suena en el vestíbulo de la mansión Addams: llevo como 25 años tatareándola de tanto en cuando.

Plataformas británicas licenciadas a tutiplén. No puedo recomendarlo pero me gusta mucho.

Un sueño húmedo para cualquier fan de los puzzles, este juego une a Arle, Amity, Ringo y otros personajes de la saga Puyo Puyo con una serie de indivíduos que juegan al Tetris en la misión común de acabar con un choque dimensional (afortunadamente, mi personaje favorito de la saga, Raffine, corre por el juego).

Los dos sistemas de juego son combinados magistralmente en este proyecto del Sonic Team que cuenta con esa sencilla pero adorable estética manga con animación deliberadamente limitada (por eso no puedo llamarla “anime�) que ha caracterizado a Puyo Puyo en los últimos años.

Los cara a cara de siempre se combinan con desafíos individuales para hacer avanzar el modo historia. Muchas veces la dificultad resulta descompensada, soslayándose niveles fáciles con otros desesperantes, así, a las buenas. El juego lo compensa permitiendo saltarse algunos niveles: antes prefiero parecer tramposo que reventar el mando de la PS4 contra una pared como cuando me liaba con la Mega Drive.

Un juego adictivo y excelente para jugar a pequeños ratos.

Simpáticamente tétrico juego en que guiamos a Chuck D. Head en su misión por volver a unir los fragmentos de una isla.

Se trata de parte de un conjunto de juegos de Vic Tokai que se basa en un mismo estilo de juego: “Kid Koolâ€� en la NES, “Psycho Foxâ€� en la Master System o el juego hermano de este “Magical Hat no Buttobi Tabo! Daibōkenâ€�, basado en un anime de la Toei y que tuve la oportunidad de jugar de crío gracias a que lo tenían en mi videoclub local (jugar con un Mega Key me hacía sentir muy guay en aquel entonces).

Tiene unos fondos bastante conseguidos y un colorido considerable, además de un simpático diseño de personajes. Los movimientos de Chuck son algo mecánicos, pero al ser una especie de cyborg a lo Monstruo de Frankenstein, funciona. Hay varios efectos gráficos bastante espectaculares, como el de la poción roja, que hace que los fondos ondulen de manera psicodélica. La música es más que correcta, bastante alegre.

A nivel de juego, es un plataformas de dificultad moderada (las pantallas con un tótem haciendo de scroll automático son particularmente desafiantes) con un sistema sencillo de pociones que se administra en el menú de pausa y que permite al jugador añadirle algún elemento estratégico a la partida. Los 6 puntos - ampliables - de salud hacen que este juego sea mucho más asequible que su hermano “Magical Hat...�.

Un buen juego que me sigue dando ratos magníficos.

Versión mejorada de la primera parte donde Pitfall Harry puede nadar y meterse en oscuras cuevas llenas de peligros. Imprescindible para el retrogmer (coleccionista) o el emumaníaco (solo jugador), que se pasará horas intentando encontrar todos los tesoros.

Lo malo es la repetitiva música. Prefiero el silencio de la primera perte.

Entretenido puzzle que trae el 3D al dichoso ¨puzzle japonés¨ y hace que lo pases teta. La combinación de buenos gráficos con la sencillez de su planteamiento hace que sea un ¨must have¨ para todo fan de los juegos de puzzle.

Uno de LOS juegos que hicieron grande a la ¨Mega¨. Se acercó a la perfección en todos los aspectos y 21 años después sigue siendo igual de adictivo. La música de Yuzo Koshiro, un ¨must-have¨ para todos los nostálgicos. Gráficos de categoría, dificultad extrema, alto valor de entretenimiento...

Magnífico juego que continuó la senda abierta por su antecesor Another World. Más obviamente basado en Prince of Persia y mucho más jugable que AW, anamoró a millones de jugones que aún los desempolvamos de tanto en cuando para apreciar su grandeza: movimientos excelentes, música atmosférica basada en fanfarrias cortas y marchosas que te meten de lleno en la acción, escenas cinemáticas impresionantes, gráficos muy detallados... No tiene desperdicio alguno.

En su tiempo lo jugué en Mega Drive y lo devolví al vídeo al cuarto de hora por la sensación de terror que me causaba.
De mayor lo volvía a jugar, y suelo intentar pasar alguna pantalla. Buen juego, imaginativo y con impresionantes escenas cinemáticas pero casi injugable. Eso sí, fue uno de los primeros plataformas donde te daba la sensación de vivr una auténtica aventura.

Más de lo mismo, pero con algunos personajes distintos: Acercad a Amity y Raffine a syu graduación en la Escuela de Magia a través de puzzles tipo Tetris. Un vicio, pero es muy poco original.

No dejéis que su estética ¨kawaii¨ os confunda. Es un juegazo como una casa, adictivo a más no poder, y de un tipo, el ¨puzzle rollo Tetris¨ que se encuentra en franca decadencia y debe recuperarse.

Inicio de una brillante saga de juegos tipo puzzle que se consagró en Occidente con un juego inspirado en el tipo que tengo en el avatar: el Dr. Robotnik de los dibujos de Sonic (los de cachondeo). Jugarse un Puyo Pop Fever de tanto en cuanto es un placer.

Irregular pero entretenido, solo para los que seamos muy fans de Duke Nukem. Me han encantado las fases de conducción y los minijuegos; y el humor de siempre está presente, pero creo que podrían haberse esmerado más en los gráficos (hay algunos bugs) e incluir una opción para ponerle la voz original a duke. Es que oírle con la voz de Brian de Padre de Familia
se me hacía raro.

Los fans de Dragon Ball teníamos al fin un juego en la Mega! Lo que más me gustaba es que podías llevar al pobre Krilin.

Aquellos que somos unos enfermos de los Cazafantasmas hemos coincidido en que este es el mejor juego de la franquicia. Aunque siempre recordaré con gran cariño el de Mega Drive (qué coñes ¨recordaré¨? Si aún lo tengo!), este, además de por sus excelentes gráficos y ajustada dificultad, se rebela como toda una tercera parte de la saga con su mismo sentido del humor.

Hay que felicitar a los adaptadores al castellano del juego por recuperar al equipo de doblaje de las películas.

El juego que me enganchó al retrogaming cuando era pequeño, al estar contenido en su secuela de Mega Drive. David Crane mostró al mundo su genio con este juegazo que preconizó el éxito de los plataformas.

Su sencillez gráfica incluso para la época no debe tirar atrás al jugador potencial. Sigue enganchando como entonces.