En defensa de “Fortaleza Infernal” (1993): Cárceles futuristas, cyberpunk de serie B y pura adrenalina noventera

• 10 de Abril del 2025
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Hoy rescatamos una auténtica joya de la acción distópica de los 90: "Fortaleza Infernal" (Fortress, 1993). Dirigida por Stuart Gordon —sí, el genio detrás de "Re-Animator" y "From Beyond"—, esta película mezcla ciencia ficción, acción, distopía carcelaria y mucha mala leche. Una de esas cintas que, aunque no se estrenó con fanfarrias de blockbuster, se ganó a pulso el estatus de clásico de videoclub y película de culto.

Porque seamos sinceros: si creciste con las estanterías repletas de VHS y portadas imposibles, seguro que "Fortaleza Infernal" te llamaba desde la lejanía como una sirena cibernética.

¿De qué va Fortaleza Infernal?

Estamos en el año 2017 (en aquel futuro que imaginaban los 90, ya sabes). La Tierra está bajo un gobierno totalitario que impone leyes de natalidad draconianas: las parejas solo pueden tener un hijo, bajo pena de prisión perpetua. Cuando John Brennick (Christopher Lambert) y su esposa Karen (Loryn Locklin) esperan un segundo hijo de forma clandestina, son detenidos y enviados a la infame Fortaleza: una prisión subterránea de alta tecnología donde los reclusos son controlados mediante dispositivos implantados en su cuerpo llamados “intestigadores” (sí, suena tan brutal como es).

En este infierno tecnológico dirigido por el implacable Director Poe (Kurtwood Smith, inolvidable villano de RoboCop), los presos son monitorizados las 24 horas, castigados con dolor extremo y mantenidos bajo un régimen que convertiría a cualquier prisión actual en un balneario. Pero Brennick no está dispuesto a resignarse a este destino: con ayuda de sus compañeros de celda, planea una fuga imposible que desafiará al sistema hasta las últimas consecuencias.

Christopher Lambert: Nuestro héroe imperfecto

Si alguien encarna el espíritu de héroe de acción noventero con carisma peculiar, ese es Christopher Lambert. Aquí vuelve a demostrar por qué se convirtió en un icono del género. Con su mezcla de estoicismo, mirada perdida y estallidos de rabia, Lambert da vida a un protagonista que no necesita ser perfecto para ganarse al espectador.

Brennick es un hombre corriente llevado al límite, y Lambert consigue que empatices con él desde el primer minuto. No es un superhéroe, pero tampoco es un mártir: es un superviviente que lucha con uñas y dientes, literalmente.

Villanos de categoría

No podemos hablar de Fortaleza Infernal sin mencionar a Kurtwood Smith, que aquí se luce como el despiadado Director Poe. Sarcástico, sádico y absolutamente controlador, es el tipo de villano que amas odiar. Sus frases cortantes y su presencia inquietante elevan cada escena en la que aparece.

Añade a eso una inteligencia artificial sádica que controla la prisión y unos guardias robotizados que parecen sacados de una pesadilla industrial, y tienes un elenco de antagonistas a la altura de cualquier clásico del género.

Ciencia ficción con sabor a serie B (del bueno)

Sí, Fortaleza Infernal no tenía el presupuesto de "Terminator 2", pero eso no le impide ofrecer un espectáculo visual cargado de imaginación. Los decorados metálicos, la iluminación fría y las explosiones prácticas tienen ese encanto que solo el cine de serie B bien hecho puede lograr.

La película mezcla elementos de 1984, "Alien 3" y "Escape de Absolom", pero lo hace con una personalidad propia que la mantiene fresca incluso hoy. Y no olvidemos que fue rodada en Australia, lo que le da una atmósfera ligeramente distinta a la de las típicas producciones de Hollywood.

Ritmo imparable y acción constante

Desde que Brennick y Karen son capturados, la película no levanta el pie del acelerador. Fortaleza Infernal entiende que el público quiere tensión, violencia controlada y una dosis constante de suspense. Cada intento de fuga, cada enfrentamiento con la seguridad de la prisión y cada giro de guion mantienen la atención del espectador clavada a la pantalla.

Y cuando llega la inevitable fuga final, es todo lo espectacular y satisfactorio que esperas. Explosiones, persecuciones, peleas cuerpo a cuerpo… pura adrenalina noventera.

¿Por qué deberías verla (o revisitarla)?

Porque Fortaleza Infernal es exactamente lo que promete: una montaña rusa de ciencia ficción distópica, con personajes carismáticos, villanos memorables y una crítica social sobre el control gubernamental que, sinceramente, sigue siendo tan vigente como en los 90.

Es cine de evasión, sí, pero cine de evasión hecho con garra y pasión por el género. Y además, tiene la osadía de tomarse lo justo en serio, sin perder de vista que el espectador ha venido a disfrutar de un espectáculo.

Cárcel futurista, acción brutal y espíritu de culto

En resumen, Fortaleza Infernal es un referente del cine de ciencia ficción de bajo presupuesto que merece ser reivindicado. Es de esas películas que quizá no tengan el prestigio de los grandes éxitos de la época, pero que se han ganado con creces su estatus de clásico de culto. Si te gustan las historias de fugas imposibles, las distopías carcelarias y los héroes curtidos, este es tu billete directo a la Fortaleza.

No la dejes oxidarse en el estante de los recuerdos: vuelve a verla, y deja que te apriete la correa del intestigador una vez más.