En los años 80, una época donde la ciencia ficción se mezclaba con la inocencia y el optimismo, llegó D.A.R.Y.L. (1985), dirigida por Simon Wincer. Este entrañable clásico del cine familiar, protagonizado por Barret Oliver, explora temas como la tecnología, la identidad y la importancia de la humanidad, todo a través de los ojos de un niño que no es tan humano como parece. Aunque a menudo ha sido eclipsada por grandes éxitos como E.T. o Cortocircuito, D.A.R.Y.L. es una película que merece un lugar destacado entre los clásicos de la ciencia ficción ochentera.
¿De qué va D.A.R.Y.L.?
La película sigue a Daryl (Barret Oliver), un niño aparentemente normal que es encontrado perdido y sin recuerdos en un bosque. Adoptado por la amable familia Richardson, Daryl demuestra ser extraordinario: tiene una inteligencia superior, habilidades físicas asombrosas y un corazón que parece lleno de bondad. Sin embargo, lo que sus nuevos padres y amigos no saben es que Daryl es en realidad un prototipo militar, un robot con apariencia humana diseñado como un experimento de inteligencia artificial.
Cuando los militares descubren dónde está Daryl, intentan recuperarlo, creyendo que es una amenaza. Lo que sigue es una emocionante aventura en la que Daryl no solo debe huir de quienes lo crearon, sino también aprender qué significa realmente ser humano. La película combina acción, drama y momentos conmovedores para contar una historia que resuena incluso décadas después de su estreno.
Barret Oliver: El corazón de la película
Barret Oliver, quien ya había conquistado corazones como Bastian en "La historia interminable", ofrece una interpretación encantadora y convincente como Daryl. Su actuación captura perfectamente la inocencia y la curiosidad de un niño, pero también el conflicto interno de un ser que está aprendiendo a sentir y a encontrar su lugar en el mundo. Oliver logra que el público se preocupe profundamente por Daryl, convirtiéndolo en un personaje inolvidable.
Ciencia ficción con alma
A diferencia de muchas películas de ciencia ficción que se centran exclusivamente en la tecnología o la acción, D.A.R.Y.L. pone el foco en las emociones y las relaciones humanas. La película plantea preguntas sobre la naturaleza de la humanidad: ¿qué nos hace humanos? ¿Es nuestra capacidad de pensar, nuestras emociones, o nuestras conexiones con los demás? A través de Daryl, la película explora estas cuestiones de una manera accesible y conmovedora, sin perder su sentido de la diversión.
Acción, humor y corazón
Aunque D.A.R.Y.L. tiene su cuota de acción, como las persecuciones en coche y los intentos de escapar del control militar, también tiene un lado ligero y humorístico. Las interacciones de Daryl con sus amigos humanos, especialmente su mejor amigo Turtle, aportan momentos de calidez y risas. Pero lo que realmente destaca es el corazón de la película: la relación de Daryl con la familia Richardson y su viaje para entender qué significa amar y ser amado.
Una visión adelantada a su tiempo
D.A.R.Y.L. es sorprendentemente relevante hoy en día, en un mundo donde las inteligencias artificiales y los avances tecnológicos plantean preguntas similares a las de la película. ¿Qué ocurre cuando las máquinas adquieren conciencia? ¿Deberían tener derechos? Aunque la película no responde directamente a estas preguntas, invita al espectador a reflexionar sobre ellas, lo que la convierte en una obra más profunda de lo que podría parecer a simple vista.
¿Por qué deberías verla?
Si te gustan las películas que combinan ciencia ficción con emociones humanas, D.A.R.Y.L. es imprescindible. Es una historia que te hará reír, llorar y reflexionar, todo mientras disfrutas de una narrativa cargada de nostalgia ochentera. Además, es una película apta para toda la familia, perfecta para redescubrir con los más jóvenes y compartir el encanto de una época donde el cine tenía un toque especial.
Conclusión: Una joya que merece más amor
En resumen, D.A.R.Y.L. es mucho más que una película familiar de los 80. Es una obra que combina ciencia ficción, aventura y emoción en una historia que sigue siendo relevante y conmovedora. Aunque nunca alcanzó la popularidad de otros clásicos de la década, merece ser redescubierta como un ejemplo brillante de cómo el cine puede explorar temas profundos a través de personajes entrañables y una narrativa accesible. Así que, si no has visto D.A.R.Y.L. en un tiempo (o nunca), ahora es el momento de subirte a esta aventura y dejarte conquistar por su corazón y su mensaje.
jcrey
#1
Una decente pelicula que ha dia de hoy no se hacen
Reportar Citar