Hoy nos sumergimos en una de las películas más encantadoras y subversivas de los años 80: “Las Brujas de Eastwick” (1987). Dirigida por George Miller (sí, el mismo de Mad Max) y basada en la novela homónima de John Updike, esta comedia oscura es una mezcla fascinante de humor, feminismo, y un toque de horror sobrenatural.
Con un reparto de lujo encabezado por Cher, Susan Sarandon, Michelle Pfeiffer y un endiabladamente carismático Jack Nicholson, Las Brujas de Eastwick es mucho más que una simple historia de magia: es una sátira afilada sobre el poder, el deseo y la independencia femenina. Y aunque ha sido elogiada a lo largo de los años, merece ser redescubierta y vista bajo una nueva luz.
¿De qué va “Las Brujas de Eastwick”?
La trama gira en torno a tres mujeres: Alexandra (Cher), Jane (Sarandon) y Sukie (Pfeiffer), que viven en el pequeño y tranquilo pueblo de Eastwick, Nueva Inglaterra. Todas ellas son mujeres insatisfechas, deseando algo más en sus vidas, especialmente cuando se trata de sus frustrantes relaciones amorosas. Sin saberlo, al reunirse y expresar sus deseos más profundos, invocan sin querer a Daryl Van Horne (Jack Nicholson), un misterioso y excéntrico forastero que pronto se convierte en la fuente de todo tipo de problemas sobrenaturales.
Daryl no es solo cualquier hombre; es literalmente el Diablo en persona, y se dedica a seducir a las tres mujeres, explotando sus deseos reprimidos. Pero a medida que su influencia sobre ellas crece, también lo hace su poder. Pronto, las tres amigas comienzan a darse cuenta de que no necesitan a Daryl para obtener lo que quieren, y que su verdadera fuerza reside en su unión y en el poder que tienen como mujeres.
Un reparto de lujo y actuaciones memorables
Una de las principales razones para amar Las Brujas de Eastwick es su elenco estelar. Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer son impecables en sus papeles, cada una aportando una personalidad única y carismática a su personaje. Cher, como la fuerte y sarcástica Alexandra, domina cada escena en la que aparece; Sarandon, como la reprimida Jane, se transforma de manera fascinante a lo largo de la película; y Pfeiffer, como la sensible Sukie, ofrece una actuación que equilibra la ternura con la fuerza interior.
Y luego está Jack Nicholson, quien simplemente nació para interpretar a Daryl Van Horne. Su interpretación del Diablo es una mezcla de encanto y locura, seducción y amenaza. Cada una de sus apariciones en pantalla está cargada de energía y humor. Nicholson logra hacer que Daryl sea simultáneamente aterrador y divertido, un equilibrio perfecto que añade una capa extra de complejidad a la historia.
Feminismo y empoderamiento en los 80
A primera vista, Las Brujas de Eastwick podría parecer una simple comedia con elementos sobrenaturales, pero en su esencia, es una historia sobre el empoderamiento femenino. Las tres protagonistas, aunque inicialmente seducidas por el poder y el magnetismo de Daryl, pronto descubren que no necesitan a un hombre para obtener lo que desean. En realidad, es su unión y su amistad lo que las hace verdaderamente poderosas.
La película, aunque ligera en tono, toca temas profundos como el control, el deseo, la independencia y la lucha por la libertad en una sociedad que a menudo reprime a las mujeres. A medida que el poder de Daryl sobre ellas se desvanece, las mujeres descubren su propia fuerza y se rebelan contra él, tomando control de sus propias vidas.
Humor negro y fantasía sobrenatural
Uno de los grandes aciertos de Las Brujas de Eastwick es su tono. George Miller, quien ya había demostrado su habilidad para manejar tanto la acción intensa como la sátira, mezcla a la perfección el humor negro con la fantasía sobrenatural. La película nunca se toma demasiado en serio, lo que permite que las situaciones más extrañas (como la escena icónica de las cerezas) se sientan frescas y entretenidas. Pero detrás de las risas y los momentos absurdos, siempre hay una crítica subyacente sobre las dinámicas de poder entre hombres y mujeres, y sobre el impacto del deseo no satisfecho.
La estética de la película es otro de sus puntos fuertes. El entorno de Eastwick, con sus casas victorianas y sus paisajes idílicos, contrasta brillantemente con los eventos sobrenaturales que comienzan a desatarse cuando Daryl aparece en escena. El diseño de producción y los efectos especiales, aunque no son lo más espectacular que hemos visto, están perfectamente ajustados al tono de la película.
¿Por qué deberías verla?
Si eres fan de las películas que mezclan humor, terror y un toque de comentario social, Las Brujas de Eastwick es imprescindible. No solo es una película que te hará reír y disfrutar de las actuaciones, sino que también te hará reflexionar sobre las dinámicas de poder y el empoderamiento femenino. Es una obra que se siente relevante incluso hoy en día, y aunque está llena de momentos divertidos y escenas icónicas, también es una película con algo que decir.
Conclusión: Una comedia oscura con mucho que ofrecer
Las Brujas de Eastwick es una de esas películas que, aunque ha tenido su reconocimiento, merece ser vista y celebrada una y otra vez. Con un elenco de lujo, una historia que mezcla lo sobrenatural con lo terrenal, y un mensaje sobre el poder de las mujeres que sigue siendo importante hoy, esta película es mucho más que una simple comedia de los 80. Es una obra que se mantiene tan fresca y divertida como el día de su estreno. Así que, si aún no te has sumergido en el encantador caos de Eastwick, ahora es el momento de hacerlo. ¡No te arrepentirás!
Este enfoque asegura que Las Brujas de Eastwick sea vista bajo una nueva luz, destacando su mezcla de humor, terror y feminismo, con actuaciones inolvidables y un mensaje que resuena más allá de la pantalla.
Cualquier cosa que haya hecho Jack Nicholson es digna de verse al menos una vez.
Si además le sumas estas tres mujeres en su plenitud, pues nada para agregar.
Carlos Teorético
#1
La he visto un par de veces, la considero entretenida sin ser sobresaliente.
Reportar CitarPero gracias por el reportaje.
Saludos.