Stan Laurel fue invitado a aparecer en la película el, pero rechazó de lleno, ya que tras la muerte de su gran amigo Oliver Hardy se prometió a si mismo que sin Oli que no volvería a actuar. Y vaya si cumplió.

En lo que fue una ingeniosa maniobra de Kramer y su equipo, durante el estreno de la película en el aún hoy día espectacular Cinerama Dome rellenaron el espacio de pausa con mensajes de radio de los polis de la película explicando lo que pasa a los personajes mientras los espectadores no miran. Llegaron a instalar altavoces en los vestíbulos y los lavabos solo para este propósito.

Estas conversas se pueden escuchar en la versión restaurada más reciente de la película.

Esta película ganó el premio FIPRESCI del Festival de Venecia y el premio a la Mejor Película en el Festival de Moscú para mayúsculo cabreo de los franquistas.

El estreno de la película en Venecia coincidió en el tiempo con la ejecución de los opositores Julián Grimau, Francisco Granado y Joaquín Delgado. Anarquistas italianos apredrearon el vehículo donde viajaban Berlanga y su equipo a la Mostra al pensarse que era una apología al regimen franquista.

La voz de Nino Manfredi fue doblada por el actor José María Prada.

La idea de realizar un alegato cómico contra la pena de muerte se la dio a Berlanga una persona que había asistido a la ejecución de una mujer. (Foxfonsa os da detalles en la curiosidad de abajo) .La condenada entró en el patíbulo a rastras y berreando. El verdugo... También, y eso que él iba sedado. Esa imagen tan trágica, delirante y macabramente cómica a la vez le dio un plan base por donde empezar una historia.

La última frase de la película, durante el cuasi-monólogo de Eric Idle sobre los últimos compases de ¨Always Look On The Bright Side Of Life¨ es: ¨Bernie, dije, nunca recuperarán el dinero por esto¨.
Se refiere a Lord Bernard Delfont, el directivo de la EMI que rehusó el guion por blasfemo y que forzó a los Python a pedir ayuda a George Harrison.

El batería de los Who y gamberrote mayor de la cultura británica, Keith Moon, coincidió con los Python en Barbados, durante la concentración del grupo para elaborar el guion. Interesado por el proyecto, se le asignó un papel de profeta e iba a viajar a Túnez con el equipo. La vigilia de su muerte por sobredosis, antes de ir a visitar a Paul y Linda McCartney, Moon estuvo ultimando detalles con Terry Jones. Fue sustituído por Terry Gilliam.

Otro papel en el que se tuvo que tirar de sustituto fue el de Jesucristo durante su breve aparición inicial, sermoneando en el Sinaí. Los Python prácticamente persiguieron a George Lazenby para que aceptara el papel, pero el ex-Bond rehusó una y otra vez. Los Python incluso habían ideado un gimmick promocional. En grandes carteles se hubiera leído: ¨George Lazenby ES Jesucristo¨.

Pese a que causó una enorme controversia en su tiempo entre grupos religioso, actualmente la película tiene una cierta fanbase en círculos religosos progresistas, que la consideran una parodia amable y extremedamente bien documentada de la figura de Jesucristo en la figura de un personaje que, claramente, no puede ser considerado como Jesús.

Alec Guiness odiaba tanto el guion de la película que reescribió sus líneas por su cuenta.

Pakula y Mulligan visitaron el pueblo natal de Harper Lee, Monroeville, Alabama, para elegir localizaciones, pero en lugar de un pueblo típico del Sur se encontraron con un pueblo extremadamente modernizado, no apto para rodar una película histórica.
En esta tesitura, los directores artísticos Golitzen y Bumpstead estaban obligados a construir un pueblo entero de 30 edificios. Ahorraron mucho trabajo y dinero al descubrir que cerca de los Estudios Universal iban a derribar un pueblo entero para construir la autopista de circumvalación de Los �ngeles. Compraron una docena de bungalows, los trajeron al estudio y los decoraron al estilo sureño. Su dedicación les reportó un Oscar y la decepción de mucha gente de Alabama que había creído reconocer las calles de su pueblo en la pantalla solo para descubrir que era un decorado en Culver City.

Robert Duvall evitó ponerse al sol durante 6 semanas y se tiñó el pelo de rubio platino para mostrar un aspecto, según Pakula, entre temible y angelical, las dos características que definen a Boo Radley.

La interpretación de Brock Peters durante el juicio fue tan intensa que lloró de verdad y Gregory Peck evitó mirarlo a la cara en ese momento porque se le estaba haciendo tal nudo en la garganta que le hubiera impedido interpretar la escena.

El personaje de Dill fue un homenaje de Harper Lee a su amigo de infancia Truman Capote, y la novela contiene datos biográficos de los dos. Ello fue en agradecimiento a que Capote incluyó un avatar de Harper Lee en su autobiográfica ¨Other Voices, Other Rooms¨. En 1965, 5 años después de ¨Matar a un ruiseñor¨, Lee asistió a Capote en la redacción de ¨A sangre fría¨.
No ha sido hasta 50 años después de esta colaboración con Capote que Harper Lee ha vuelto a dar señales de vida: este 2015 se publicará ¨Go Set A Watchman¨, secuela de ¨Matar a un ruiseñor¨.

El papel de Atticus Finch pasó por las manos de Rock Hudson y James Stewart (que rechazó porque la peli le parecía demasiado liberal) antes de llegar a Gregory Peck.

Cuando Robert Mulligan se entrevistó con James Anderson (hombre de la escena vanguardista) para el papel del odioso Bob Ewell, éste lo miró directamente a los ojos y le dijo ¨Conozco a ese hombre [Ewell]¨ . Mulligan llegó a quedar realmente intimidado con esa mirada. Y es que Anderson tenía mucho de Ewell: era un borrachín indisciplinado y un matón de taberna que había tenido problemas con mucha gente. Un tipo duro. Cuando Mulligan se decidió, Anderson tuvo que comprometerse a portarse bien durante el rodaje. Y lo hizo, para volver a sus excesos que por desgracia le costaron la vida en 1969, cuando estaba en el mejor momento su carrera cinematográfica.

Allan Pakula contrató al director Robert Mulligan por recomendación de Anthony Perkins, a quien acababa de dirigir en un Estudio Uno. Según Pakula, Perkins llegó a postrarse ante él rogándole: ¨¡Contrata a Bob para ese proyecto tuyo, porfa, porfa, porfa!¨.

Mary Badham es la hermana pequeña del conocido director John Badham (¨Fiebre del sábado noche¨, el Drácula de Frank Langella ¨Juegos de guerra¨, ¨Trueno azul¨, ¨Cortocircuito¨...)

Mary Badham y Philip Alford se llevaron extremadamente mal durante el rodaje, destacando una vez en que tras estropear varias tomas, obligando a Alford a comer una y otra vez un guiso que detestaba. En la siguiente escena que se rodó, la de jugar con la rueda, Alford lanzó a Badham con toda la mala leche contra un camión del equipo técnico (tranquilos: estaba parado). Cabroncete el criajo...

Mary Badham y Gregory Peck iniciaron una amistad que perduró hasta la muerte del actor. Siempre se llamaron mutuamente con los motes de ¨Scout¨ y ¨Atticus¨.

El padre de Harper Lee, Amasa Coleman Lee, en quien se basa el personaje de Atticus Finch, falleció durante el rodaje. La escritora le legó el reloj de bolsillo de su padre a Gregory Peck debido a su similitud con él. Peck no lo usó en la película (usa uno de atrezzo) pero sí lo trajo a la ceremonia de los Oscars y lo llevaba encima frecuentemente. Un día se lo robaron en una estación de tren, y Peck estaba tan avergonzado que pese a que coincidió varias veces con Harper Lee, no le dijo nada. Al enterarse, la escritora comentó que no entendía tanta preocupación por un reloj barato solo con valor sentimental.

La película favorita de Antonio Banderas y de nada menos que el mismo Superman, tal y como se determinó en los cómics.

Durante muchos años, los fans de esta película se han referido cariñosamente a ella como ¨Tequila Mockingbird¨. Hay incluso un cóctel con este nombre.

El papel de Sherif Alí pasó por las manos de varios actores antes de recaer en Omar Sharif. Horst Buscholz era la primera elección pero prefirió rodar la estupenda ¨Uno, dos, tres¨ con Billy Wilder, recayendo entonces el papel en Alain Delon, que tuvo que dejarlo enseguida al no tolerar las lentillas marrones que debía ponerse; el tercero fue el también francés Maurice Ronet, el cual no gustó a Lean (¨Se parece a mí travestido¨, dijo el director al verlo caracterizado) y fue despedido por un finiquito cuatro veces superior al sueldo que cobraría Sharif por el papel.

Los restauradores Robert A. Harris y Jim Painten tuvieron la iniciativa en principio totalmente privada de restaurar la película a finales de los 80. Cuando la Columbia aceptó no se esperaban que llegarían a sus puertas 400 toneladas de metraje. Estuvieron casi un año para revisarlo entero.