En la que fuera la primera edición de los Goya, esta vacía y soporífera película alzó las estatuillas a mejor película, guion y dirección, lo que es paradójico, pues ninguno de estos aspectos hace gala en las sempiternas dos horas y diez minutos que parecen doblarse ya que no hay enjundia que magnetice al espectador. El personaje principal, un actor itinerante encarnado por un cansino José Sacristán(dicen es bueno, a mí salvo en ¨Las furias¨ nunca me ha convencido), que de tan intenso se cree gran actor, es insulso, al igual que el resto de cómicos carentes de interés. En eso, a base de pequeñas anécdotas que se cortan abrúptamente de forma vulgar que no van, como bien reza el film, a ninguna parte. Un cerolo como la Luna.
Parnaso
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En la que fuera la primera edición de los Goya, esta vacía y soporífera película alzó las estatuillas a mejor película, guion y dirección, lo que es paradójico, pues ninguno de estos aspectos hace gala en las sempiternas dos horas y diez minutos que parecen doblarse ya que no hay enjundia que magnetice al espectador. El personaje principal, un actor itinerante encarnado por un cansino José Sacristán(dicen es bueno, a mí salvo en ¨Las furias¨ nunca me ha convencido), que de tan intenso se cree gran actor, es insulso, al igual que el resto de cómicos carentes de interés. En eso, a base de pequeñas anécdotas que se cortan abrúptamente de forma vulgar que no van, como bien reza el film, a ninguna parte. Un cerolo como la Luna.
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