La cena de los tontos es sin duda un clásico por excelencia del cine francés, con situaciones alocadas y sorpresivamente tontas,es como un Sketch llevado a la gran pantalla pero con la particularidad que funciona.
Como comedia gusta y cumple, ahora como película francesa podemos ver ese ¨Bendito¨ ritmo con altibajos, momentos simpáticos en vez de cómicos en muchas partes, hubo 2 momentos que me reí mucho; Uno es cuando Pignon obtiene los derechos de la novela, y otro es justo el final.
Pierre Brochant y François Pignon hacen una pareja muy fresca, hay química y se divierten cada uno en su papel. Hay actuaciones que no destacan, pero Jacques Villeret (Pignon) se come la película a su gracia y gesticulación.
Más allá de cualquier crítica y gusto cinéfilo la película es recomendable, no soy amante del cine francés y no disfruto mucho su ritmo y sus sinsentidos interminables. Nominada al Goya en el 2000 como mejor película europea, pero ese premio se lo llevó La Vida es Bella.
Hacha
6
La cena de los tontos es sin duda un clásico por excelencia del cine francés, con situaciones alocadas y sorpresivamente tontas,es como un Sketch llevado a la gran pantalla pero con la particularidad que funciona.
Como comedia gusta y cumple, ahora como película francesa podemos ver ese ¨Bendito¨ ritmo con altibajos, momentos simpáticos en vez de cómicos en muchas partes, hubo 2 momentos que me reí mucho; Uno es cuando Pignon obtiene los derechos de la novela, y otro es justo el final.
Pierre Brochant y François Pignon hacen una pareja muy fresca, hay química y se divierten cada uno en su papel. Hay actuaciones que no destacan, pero Jacques Villeret (Pignon) se come la película a su gracia y gesticulación.
Más allá de cualquier crítica y gusto cinéfilo la película es recomendable, no soy amante del cine francés y no disfruto mucho su ritmo y sus sinsentidos interminables. Nominada al Goya en el 2000 como mejor película europea, pero ese premio se lo llevó La Vida es Bella.
6.5
Me gusta (0) Reportar