Un clásico que tenía pendiente de ver desde hace ha y que ha merecido la pena, pues sobre todo, el ritmo pausa que añade intensidad a la trama de los jesuitas, la evangelización del cristianismo y la redención del mercenario que termina siendo justiciero y finaliza de la forma que el menda sabía como iba a firmar su final, me ha satisfecho en demasía. La fotografía, la narrativa y la música inmortal que la acompaña está muy bien.

Película que en un principio juega a la duda con el espectador y que desemboca en una final trágico. El desarrollo que tiene como nexo a una niña revoltosa y una mujer que va cosechando sospechas y prejuicios sobre la relación que sostienen ambas mujeres. La incomprensión que sufre la señalada y el rechazo se sufre de sí misma pone un nudo en el gaznate. Interesante y bien interpretada. Buena para hace reflexionar a los intolerantes y aprendes a empatizar con los demás. Que ya va siendo hora.

He tenido la suerte de disfrutar de varios westerns que me han gustado, y no tanto como esta clásica que me ha dejado más bien indiferente, pues las formas de contar su contenido no me ha sorprendido en absoluto. El argumento no tiene mucha enjundia que se diga, al igual que las situaciones y los personajes que me han dejado indiferente. No aburre del todo, mas no cambia la vida.

Siguen en marcha las sempiternas vayvenes de la parejita tóxica que entra en un bucle de broncas que se solucionan con revolcones. Llegan a tal punto de desencuentros que al final el tío toma la iniciativa de ir a rehabilitación para tratar su alcoholismo. Sigue siendo más de lo mismo, una espiral que de solo verlo te vuelves orate. Las interpretaciones siguen siendo igual de sosainas y poco convincentes. Lo peor de todo es que da pie a una quinta secuela...

Es lógico que no triunfara, pues es un buñuelo en toda regla. Sobre el torero poco se cuenta, solo su cuna y su parentela, para luego pasar directamente a su amorío, acá contada desaboridamente, con una actriz y su pronta muerte. El film desarróllase sin fundamento y sin encanto alguno. La historia es superficial. No transmite sino puro aburrimiento, y los actores, están todos realmente mal. Los secundarios Juan Echanove y Santiago Segura es una absoluta vergüenza. Tened a bien huir de tal buñuelo, presto.

Vodévil que transcurre en el oeste. Un sacerdote padre de tres hijas de buen ver son acosadas por un trío de rufianes que están desesperados por violarlas. Un día, la familia decide irse a un lugar lejano heredado por un familiar suyo que no es sino una extinta casa de lenocinio en cuya base se encuentra un tesoro que los hermanos Dalton quieren capturar, por lo que se arman y enfrentan a ellos una vez esos matan al sacerdote. Se ven escenas de desnudos innecesarios, machismo y escenas hechas a tontas y a locas que no terminan por aburrir del todo. Lo mejor, La Cantudo.

Gran homenaje a una de las hazañas más plausibles del ser humano; un enlace entre las líneas ferroviarias de la Union Pacific y la Central Pacific que duró la friolera de 6 años. La película muestra los movimientos y arduo trabajo de las gentes que se esforzaron por hacerlo. Cuasi dos horas de deleite visual e ilustración que es menester.

Un musical navideño con cantidad de números musicales cuyas coreografías están trabajadas como pocas. Vera - Ellen, baila con una solvencia pasmosay deja escenas plausibles y memorables. Por su parte, la historia que es sencilla, desarróllase con soltura. La cantidad de números musicales no cansan en ningún momento.

Vodevil carente de enjundia que mueve al aburrimiento desde el primer minuto. Acá, Warren Beatty, demás de coescribir el guion, protagoniza este buñuelo desaborido, en el cual aprovecha, como lo hiciera Paul Nachy, para tocar pelo a toda costa... El desarrollo es paupérrimo y carece de cualquier momento álgido. Es sin lugar a dudas, una pérdida de tiempo verla, y que estuviera nominada por varios apartado en los Oscar me parece inaceptable.

Película navideña simplona y desaborida cuya trama no es para lanzar cohetes y cuyos actores, salvo Karra Elejalde, no dan en el clavo. La historia deja ver desde el inicio su falta de chispa y desarrollo lento, lo que mueve al aburrimiento supino. Demás, no soporto a David Verdaguer. Lástima que Krampus no de más de sí. A este buñuelo le regalo tres bolsas de carbón.

¿Queréis ver una mezcla de Dunkerque y Top Gun? ¿Queréis disfrutar de personajes esparcidos cuyas historias paralelas se abordan a cuentagotas y superficialmente? ¿Queréis deleitaros con diálogos inexistentes? ¿Queréis ver acrobacias aéreas en las cuales las órdenes de ambos bandos no abundan? Pues esta película es la vuesa, que enfócase en escenas aéreas sin tener en cuenta la forma de contar la historia. A mi capota una pérdida de tiempo. Como se nota que es inglesa.

Si ya temía su resultado, el visualizarla me ha confirmado mis sospechas, pues me parece increíble que esta película fuera galardonada con nada menos que siete Oscar; para empezar, por mucho que la productora sea americana y aparezca entre el elenco el infame Ben Affleck que choca verlo en el siglo XVI pues no da el pego en absoluto y mueve al espanto, y a la sosaina Gwitney Paltrow: para seguir, el resto del elenco que se siente inglés desde el primer deuteragonista hasta el último extra, aburre en demasía y resta gracejo a la historia de amor insulsa, cuyo desarrollo es básico y los reveses se solucionan de pura suerte. Carece de todos los requisitos para que sea buen entretenimiento. En estos momentos me acuerdo de los tocados modernos y la ambientación que no entraña la magia de aquella época que lleva al desengaño. Es un buñuelo prescindible.

De resultado irregular cuyos trazos animados son de un rudimentario que es lo que más llama la atención, pues la historia está contada de un modo que mueve al aburrimiento. Alberga algunas licencias narrativas, cambiando ciertos personajes por otros. No está mal como curiosidad ya que los trazos, como digo, son interesantes.

Lo cierto es que en ningún momento me adentré en ella puesto que la encontrè fría. El pinocho digital en ningún momento me enterneció, Gepetto en su primera aparición me causó vergüenza ajena, por no hablar de la hada azul... y los villanos apenas aparecidos, que no me movieron al interés, por lo que las casi dos horas se me eternizaron en exceso. A todas luces, film de olvidar.

Película cuya monotonía es insoportable, pues la muchacha que padece una enfermedad mental que se desconoce —tenemos que deducirlo y salen tropecientas opciones— y en consecuencia queda en el aire. Su fin es chatear, cortarse los brazos e ir de fiesta para liberar su dolor desconocido. En todo momento la cámara está encima suya dando una sensación más agobiante aún, pues como sabemos; el dolor, la tristeza y las desgracias nos alejan de ellas, por lo que la película es anticomercial. Dudo mucho que alguien se ponga a visualizarla diariamente.

Empoderamiento femenino de tres mujeres con diferentes trabajos y estilos de vida que deciden entrar al cuerpo femenino de tráfico. Una es limpiadora(Carmen Platero) interina, la segunda(Josele Román) vendedora de enciclopedias y la tercera(la siempre preciosa Maria José Cantudo) hija de un ladrón a cuyos hermanos hace delinquir como sus anteriores generaciones. En eso entran a estudiar tráfico y surgen enredos de faldas que tienen pocos lances, pues sus hechuras son descuidadas y superficiales, no obstante, no da pie al aburrimiento absoluto. Como curiosidad, destacar la presencia efímera de Manolo Otero, que a la sazón era marido de Maria José Cantudo,

Al parecer, basado en hechos reales. De cómo un hombre libanés es acusado de levantamiento terrorista y para huir del país se somete a un experimento artístico que le permite viajar en libertad. El experimento consiste en tatuarle un visado en la espalda que le sirve para eso mismo, maguer, como todo, tiene sus inconvenientes, pues en su caso ha de estar expuesto en los museos y un millonario quiere comprar la obra, lo que insta a un dilema moral al protagonista. Interesante, mas su final algo precipitado, no me conquistó.

Sobre el abandono familiar, el enfado amistoso y la fantasía que impregna el vecindario en el que han habitado la niña y el niño protagonistas luego de ser “acogida” por el abuelo de este. Un día, ella y unos cuantos amigos acuden allá y quédanse dormidos, despertando con el vecindario inundado que flota en el mar, de suerte que viajan en él, apareciendo el espíritu del lugar que hace las veces de reconciliador de los infantes. Este aspecto es lo más curioso e interesante, maguer la película déjase ver pese a envolverla ciertos pasajes dulzainos.

De cómo un grupo de amigos unense en una cena en la cual ponen sobre la mesa la moralidad, los principios y la codicia del ser humano por medio de una prueba de su amigo adelantado y su novia la psicóloga y escritora Berta, que, “paradógicamente”, cae en la dependencia de las drogas. Pues mediante debates entre platos y copas la cuestión va cayendo, como cabía esperar, en contradicciones, incoherencias e intereses esperables de este animal, implementándose una historia de amor del pasado que aporta bien poco al interesante debate — no entiendo esa insistencia de meter historias de amor maguer no venga a cuento…—. El final no me entusiasmó y la interpretación de Blanca Suárez pareciome una de las peores de su carrera. Interesante.

Olvidable historia de amor adolescente cuyas hechuras son lo más destacado, ya que es colorista y la delineación animada es ciertamente original, no obstante, la historia sencilla y hueca entraña como protagonistas a dos patanes chulescos que mueven a su desdén y música rapera omnipresente que es de mi desagrado. Mucho ruido y pocas nueces.

Sobre el abandono, la resiliencia y la supervivencia de una moza que palpita en una marisma luego de ser abandonada por toda su familia cuyo único contacto con la civilación es con los dependientes cristianos de una tienda de comestibles que arrímanle el hombro con comida y ropajes, y con un par de mozos que aparecen en su vida perturbando su paz interior con incumplimiento de promesas y embustes, amén de eso se ve envuelta en el crimen de uno dellos por meras habladurías de gentes superficiales y huecas.

Llevada a efecto de forma decente, no cae en lo lacrimógeno, ni en la cursilería y precisa el interesante tema de la desconfianza hacia los viles seres humanos y el consiguiente encomendamiento a la leal naturaleza de la cual adquiere valiosos conocimientos.

Fuertes ganas tenía de ver el periplo por la Florida y las siguientes desventuras del explorador y tesorero de Carlos l de España y V del Sacro Imperio Romano Germano, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, naufragando en la expedición de Pánfilo de Narváez, mas la experiencia de atenderla ha sido cosa hazañosa, pues comienzan apareciendo los créditos iniciales y ya huele a chamusquina, pues la música tribal que parece compuesta y tañida por un bisoño es disonante y chirriante, y en consecuencia, molesta, mas no lo mejora el situarnos acto continuo en San Miguel de Cullacá(México) en el año 1536, 8 años después del cautiverio del jerezano en la Bahía de Tampa(Florida) en la aldea indígena Apalache, donde aparece sentado abrazado a un tronco un balbuceante Juan Diego, cuya dicción es ininteligible y cuya interpretación va aumentando en exageración a medida que avanza tan desdeñable adaptación de los escritos del propio navegador llevado por nombre “Naufragios”, pues exagera en ademanes y vocifera escandaloso las más de las veces, lo que consigue que seame imposible empatizar con él y expulsarme de tan vomitivo buñuelo que parece engendrado por un aficionado, pues las hechuras son disformes y el desarrollo maguer escaso y simple, entraña transiciones y escenas difusas que frunciéronme la napia; y es que, ¿¡cómo se explica que un momento esté Cabeza de Vaca con Estevanico, el primer africano en pisar tierra americana, y en la siguiente escena aparezca este mismo con sus compañeros alborozados volviendo a reencontrarse con él!? ¡Es un sinsentido cuyo montaje es pésimo! Y lo que es asimismo sonrojante, es esa escena en la que Juan Diego declama como vocinglero no sé qué después de volver al mismo punto del que intentaba huir despavorido dándose de bruces con el valido del jefe tribal que solo canta melodías chamánicas o esa otra en la que los indígenas lo creen poco menos que un Dios luego de que baile atrofiado a un enfermo llegante a la aldea gritando como loco, ¡cosa mala, señor mío! O aquella en que los indígenas le recompensan con comida y la libertad luego de que lo consideren con dotes curativos y poniendo rumbo hacia las rocosas montañas en cuya cueva hace noche, creo, sufre alucinaciones de forma dantesca, ¡cosa desquiciante! ¡Brrr!

Tened a bien huir raudos si no sois de condición coprófagos.

P.D. Aparece acreditado Guillermo del Toro como maquillador.

Secuela en la que ya a los personajes se les echa de ver que le han caído el tiempo encima, el protagonista pasa de ser dependiente de un videoclub a hacerlo en una tienda de comestibles junto a su amigo más íntimo, quien está pasando por un momento oscuro ya que ha perdido al amor de su vida y a su hija, y el protagonista sufre un infarto que le sirve para aprovechar la vida para hacer lo que dejó por miedo al fracaso, de modo que el prota se dispone a realizar una película a base de hechos sucedidos ante su mostrador. Pues al final se torna en tragedia sobrellevada con optimismo. A destacar las paródicas interpretaciones de los metaleros y esa frase que dice el amigo al prota para abrir los ojos: ¨Que hayas visto muchas películas no te hace buen director¨. En los créditos finales cuenta el propio director como le surgió la idea de realizar la saga de Clerk.

Yo sin embargo, allende la sensación de locura que quiere transmitir el director , no veo que la historia esté bien contada, puesto que me es cuasi imposible diferenciar a los diferentes personajes que pululan por pantalla. Buena ambientación y buenas hechuras para enturbiar la psique de los espectadores.

Marcos sufre de estrés postraumático luego de perder a su mujer en los atentados 11m - complétamente lógico- que deriva en una enfermedad desconocida para los más, la alexitimia, que consiste en la dificultad de sentir, reconocer y expresar emociones, tanto en uno mismo como en las relaciones con otros. Miente sobre su baja en el plantel de bomberos, lo que da pie a que surja un imprevisto oscuro, pues es supuestamente complice de la muerte de Borja, un mozo que detona una bomba porque no se siente querido por sus padres, que estos a su vez, instan a Marcos en internarse en un psiquiátrico si quiere evitar la cárcel y no dejar sin trabajo a su compañero, donde le atiende el propio padre de Borja que en un brote de venganza se acoge a los electroshoks que hace años que no lo utilizaban en el centro. Es esta dura película descarnada, donde se encuentran las pérdidas trágicas de personas y los efectos que causan en sus parentelas, en la que se devela una enfermedad que ha de ser más expuesta como otras tantas, en la cual Roberto Alamo se muestra consistente.