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En un litoral ibérico se erige un colegio de varones cuyo director Don César posee creencias arcaicas, en tanto que en otro lugar, se sitúa otro de hembras, cuyas directoras son dos monjas que quieren inferir valores de admirar a las mozas que allá pasan los días llorando su negra suerte por las vicisitudes de sus padres que discuten y no las atienden. Una de ellas es Rocío que bajo su aparente fortaleza guarda la pena y el anhelo para con su padre concertista de piano que no repara en ella por estar de gira desde hace ha, y en cuyo lapso en virtud de viudo, se consagra a encontrar una nueva mujer que alegre su corazón. Un día, las mozas en tiempos de esparcimiento, se encaminan en moto hacia el colegio de los chicos, con los cuales se cruzan y chocan, por lo que directores ponense de acuerdo para ir de excursión en el cual encuentran una ermita medio derruida para la cual llegan al consenso de hacer teatro para recaudar monedas y poder restaurarla. En eso, los chicos y las chicas se prometen amistad y respeto, y por otro lado, las chicas muéstranse empoderadas, que carácter tienen y no se amilanan a la hora de construir sino todo lo contrario.

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