| Metroid: Other M
Samus, una heroÃna auténtica... hay muy pocas en el mundo de los videojuegos. La mayorÃa acaban convirtiéndose en algo parecido a popstars: Acaban vendiéndose más por su fÃsico que por sus otras virtudes o hazañas. Al final no son más que caras bonitas: Si con su mismo carácter fueran varones, serÃan héroes anodinos.
Samus era distinta. En primer lugar, seguÃa la estrategia del ¨mute player¨, algo que Nintendo sigue a rajatabla con sus sagas más populares. El truco es claro: Si el personaje no habla, la mentalidad del jugador rellena el hueco. Es más fácil que todos nos identifiquemos con un personaje mudo. Buenos o malos, listos o tontos, si el personaje no habla, puede ser cualquiera.
Pero no era solo eso. Samus era una tÃa dura. CombatÃa lo que fuera sin decir una palabra, con estoicismo. Siempre con una expresión de determinación y resolución implacable.
Empiezo con todo eso para que entendáis, los que no seáis aficionados a la saga, el modo en que nos sentimos muchos seguidores cuando encontramos que Samus habla... y que además, lo hace como una quinceañera repelente.
En este juego, la pieza ¨revolucionaria¨ es la personalidad de Samus, que se ha desarrollado para demostrarnos una vez más lo fácil que es romper una burbuja.
Samus Aran, en Other M, es una chica, y eso digo, no una mujer. Es una chica y además bastante dócil e insegura. Hay quien pretende que eso es ser tridimensional, pero ni hablar de ello. Una persona puede tener diecisiete dimensiones y en ninguna ser un bebé llorón, plasta e inseguro. No hay por qué. Hay gente que verdaderamente es dura por dentro como por fuera, pero su ¨dureza¨ se distribuye en toda una amalgama de matices y razones.
Ahora, eso no quita que el juego esté bien. La ridÃcula personalidad de Samus me hace quitarle medio punto nada más. Pero tenÃa que plasmarlo, era superior a mÃ.
En otros aspectos, Other M es un juego resultón: Divertido, buena jugabilidad, buenos gráficos...
Desgraciadamente sus gráficos no tienen la espectacularidad de la saga ¨prime¨, pero eso no significa que sean malos... solo que no nos impresionan demasiado. El estilo en tercera persona funciona aceptablemente, pero el paso a primera para lanzar misiles no se ha pulido como debió hacerse y es un problema. Casi siempre que estés en medio de una batalla y toque lanzar misiles, vas a ver lo difÃcil que es hacerlo. Te ves obligado a interrumpir la lucha para apuntar, y en el proceso si estás rodeado te van a zurrar bien. Simplemente destroza la mecánica del juego.
En otro orden de cosas, las escenas de búsqueda son algo molestas. A veces no tienes ni idea de qué se supone que tienes que analizar, y te pasas veinte minutos (yo estuve 35) analizando toda la pantalla, hasta el punto de tener ganas de estrellar el mando contra ella. Claro que si tienes suerte, podrÃas dar a la primera con ello. Cuánto lo dudo, pero ey, cosas más raras pasan.
Otro problema son las cinemáticas, algunas demasiado largas y ñoñas. Aburren y de nuevo rompen la mecánica. El juego es trepidante, y de pronto, toma escena de media hora. Puñetas, ¡déjame seguir jugando! Además, no creáis que las escenas aportan demasiado. Casi todo el material de Samus es innecesario y sólo contribuye a cogerle manÃa a la protagonista.
En fin, con todo eso pensaréis que a qué viene el 7. He dedicado párrafos a ponerlo verde. Pero lo cierto es que es un juego increÃblemente divertido y adictivo de jugar. Me encanta matar bichos en Other M. Las instalaciones son interesantes, las propuestas para jefes y obstáculos especiales, llamativas. Algunas escenas es cierto que tienen muy alta calidad y a algunos podrÃan ponerles los pelos de punta.
En otras palabras, Metroid: Other M es un gran juego. Pero no está a la altura de los Prime, y lo que hace con el personaje de Samus Aran es sacrÃlego. Aparte de eso, diversión pura. |