Estados Unidos,
29 de Junio de 1930 93 años
Un poco de su vida:
Robert Evans o Rob Evans es un productor de cine independiente de la Paramount Pictures, mayormente conocido por sus trabajos en Rosemary's Baby, Chinatown, El padrino o Love Story, entre otros. Primero fue un mediocre actor en películas como El hombre de las mil caras o Fiesta, y se convirtió, con tan sólo treinta y cuatro años de edad, en uno de los mejores productores cinematográficos que...
+ trabajaban para la Paramount, que por esas fechas, a mediados de los sesenta, estaba en el noveno puesto del ranking de productoras cinematográficas. Bob Evans representa, en muchos aspectos y en el triunfalista esencial, el sueño americano que se puede resumir en triunfar a toda costa. Aunque Evans no es el típico triunfador.
Evans ascendió meteóricamente, pero no todo fueron rosas en su camino, más bien todo lo contrario. A Bob Evans le pusieron trabas y más trabas, pero gracias a su talento y su percepción de su entorno, consiguió salir airoso de tantos impedimentos, llevándonos a los mágicos universos de sus producciones; confiando en directores tan infravalorados en la época como Roman Polanski y Francis Ford Coppola, a pesar de tener que lidiar, también con ellos en el empeño. Se podría definir a Robert Evans como un ganador-perdedor: ganador porque salía airoso y a veces incluso triunfal, y perdedor porque todos los problemas los tenía en casa, por así decir.
Gracias a Love Story, Bob Evans conoció a Ali MacGraw, y se casó con ella, pero años más tarde la señora Evans se fugó con el huidizo Steve McQueen.
Para colmo de males, se le tendió una trampa por compra de cocaína y fue sospechoso de un asesinato (lo que después le inspiró Cotton Club, de nuevo con Francis Ford Coppola), y para huir de todas las desgracias que se le iban viniendo encima, tuvo que vender su paraíso en la tierra (una preciosa casa en medio de un hermosísimo jardín) e ingresó voluntariamente en un centro psiquiátrico para no acabar suicidándose, del que tuvo que huir casi cinematográficamente para intentar retomar su vida, o al menos algo parecido a su vida.
Gracias a un monumental gesto de amistad de Jack Nicholson, Evans recuperó su casa y volvió a la Paramount, pero esto último gracias a un joven que -ya de directivo- recordó cómo, cuando aún no era nadie, lo bien que se había portado Bob con él.
El documental de N. Burnstein y B. Morgen “The Kid Stays in the Picture”, y en España “El chico que conquistó Hollywood” resume el cenit y el declive de Robert Evans.
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