Nos encontramos ante una nueva versión del clásico ochentero donde Chucky es un muñeco computerizado que es hackeado y comienza a matar, mientras que en la original era un muñeco poseído por el alma de un asesino en serie, estos cambios que se hacen para la nueva generación hacen que se pierda toda la esencia, por cierto, el Chucky de esta entrega no impresiona en absoluto, es más, da risa.

Innecesario reboot, pero para pasar el rato si estás aburrido no daña.

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Irregular y, al fin de cuentas, poco memorable reboot del clásico muñeco asesino, dirigido por el noruego Lars Klevberg (“Polaroid”, 2019).

Andy es un preadolescente que tiene problemas para hacer amigos tras la última mudanza con su madre Karen, empleada de Zed Market. Tratando de encontrar formas de animarlo, le conseguirá un muñeco “Buddi”, que con un moderno sistema de inteligencia artificial es el juguete más popular del momento.

Los planes de concretar una nueva versión del clásico de culto “Child’s Play” (1988) dirigida por Tom Holland se remontan a inicios de la década de 2010, antes siquiera que se realizarán las secuelas “Curse of Chucky” (2013) y “Cult of Chucky” (2017) dirigidas por el creador del concepto narrativo y guionista Don Mancini. No hay mucha información sobre este proyecto, sólo que Mancini quería que Brad Dourif repitiera su papel y que la película se ambientaría, como la original, en fechas cercanas a Navidad. Sin embargo, la idea fue desechada como sabemos y Mancini proseguiría con la saga, levantando el nivel respecto de las desastrosas últimas tres entregas previas “Child’s Play 3” (1991) de Jack Bender, “Bride of Chucky” (1998) de Ronny Yu y “Seed of Chucky” (2004) del propio Mancini. No obstante, en julio de 2018 Metro-Goldwyn-Mayer anunció el desarrollo de una nueva versión del clásico original, con un equipo creativo diferente, es decir, sin su creador Don Mancini. Así, se reclutó al desconocido director de “Polaroid” (2019) Lars Klevberg, al guionista Tyler Burton Smith (Serie “Quantum Break”, 2016) y a la dupla de productores Seth Grahame-Smith y David Katzenberg (“It Chapter Two”, 2019).

Realizar un reboot siempre será una tarea difícil, qué duda cabe, sobre todo porque hay que tener en cuenta una serie de factores como la pertinencia y necesidad de que se realice dicho reboot, el acierto del enfoque con que se abordará la historia y, sobre todo, si se respetará debidamente la esencia del film a rebootear, que en muchos casos ha terminado en un verdadero desastre en taquilla y crítica. En relación con “Child’s Play” (2019) hay que decir tiene algunos méritos dignos de mencionar, pero también varios defectos que la convierten, en mi opinión, en un reboot más fallido que acertado. Lo primero que hay que preguntarse es si era necesario realizar un reboot sobre el colorín muñeco asesino, ícono del cine de terror, y la respuesta es afirmativa. Si bien Mancini había tenido mejores resultados en sus dos últimas películas “Curse of Chucky” (2013) y “Cult of Chucky” (2017), la verdad es que la saga estaba prácticamente liquidada hacía tiempo, a pesar de sobrevivir a abominaciones como “Bride of Chucky” (1998) y “Seed of Chucky” (2017). En tal caso, un reboot parecía una idea necesaria si se quería revitalizar y con eso salvar la franquicia.

En consecuencia, el concepto de un muñeco que funciona a través de inteligencia artificial y una aplicación resulta acertada y plantea una historia completamente diferente a la original, lo cual es válido también. Si bien el film no tiene la palabra “Chucky” en su título como en sus últimas entregas, que sabemos trataba más que nada de cuestiones legales, no podemos obviar que el verdadero protagonista de la película es el muñeco. Y es ahí donde comienzan los problemas, cuando al guion le cuesta construir al personaje del muñeco, el que, por supuesto es absolutamente impersonal, se entiende que por tratarse de un dispositivo de inteligencia artificial, pero al cual se despoja de cualquier atisbo de carisma. Dejando de lado la historia original del asesino vudú y el enorme carisma de Brad Dourif, y que las comparaciones son siempre odiosas, no podemos omitir que no porque se trate de un dispositivo y/o máquina, se deba eliminar del villano todo rasgo de personalidad, sobre todo si echamos un vistazo a otros films legendarios que abordan el peligro de la inteligencia artificial como “2001: A Space Odyssey” (1968) de Stanley Kubrick con HAL 9000, “Demond Seed” (1977) de Donald Cammell o la mismísima “Terminator” (1984) de James Cameron.

Así, la idea de que Chucky aprenda por sí mismo y desarrolle su propio instinto asesino puede resultar más perturbadora que la original de Mancini, pero ni el guionista Tyler Burton Smith ni el director Lars Klevberg saben sacarle partido. Por otra parte, ese guiño a “E.T.” (1982) de Steven Spielberg con el dedo luminoso le hace un flaco favor porque reduce al muñeco a un androide cubierto de plástico sin ninguna explicación lógica para volverse malvado. Es cierto que la premisa del asesino en serie amante del vudú que transfiere su alma a un muñeco tampoco es un dejo de lógica, pero al menos resulta más interesante y genuina, elemento que le falla al reboot. Por lo demás, el diseño del muñeco es espantoso, atenta contra el clásico diseño de Chucky y no causa ni la menor grima. La compañía MastersFX fue la responsable de su diseño, fabricación y ensamble de siete muñecos animatrónicos con cabezas, brazos y piernas intercambiables, al cual se le agregaron demasiadas, en mi opinión, retoques de CGI por parte de la compañía de efectos digitales Pixomondo.

A pesar de las buenas intenciones con modernizar la historia, ya desde el prólogo nos avisan que el guion es un completo desastre. El film inicia con una secuencia en Vietnam en donde un trabajador recibe una fuerte bofeteada en la cara por una suerte de capataz matón por su poca rapidez en ensamblar el sistema tecnológico del muñeco. Si bien no haremos la vista gorda de que efectivamente el maltrato laboral es una constante en países con mano de obra barata, resulta muy poco creíble y ridículo que este hecho sea motivo para que el trabajador elimine todas las funciones de protección del dispositivo para el usuario. El suicidio, por cierto, no tiene ninguna justificación. Los problemas continuarán cuando presentan a un Andy de 13 años como el niño que quiere el muñeco. No se necesita ser un genio, de hecho, y basta con verlo en nuestros hogares con nuestros hijos (pre)adolescentes, para entender que, a pesar de que el muñeco es más un dispositivo funcional que un muñeco, claramente ningún preadolescente de 13 años se sentiría atraído por un muñeco tecnológico en tiempos de videojuegos y celulares de última generación.

La madre de Andy, en tanto, Karen, es una mujer mucho más joven que la madre del Andy original de 6 años. Este elemento, admito, permite trabajar narrativamente varios aspectos dignos de abordar. La madre original era una mujer asumida en su soledad por viudez y concentrada en criar a su hijo. Por el contrario, en “Child’s Play” (2019) es una atractiva mujer aún veinteañera con una vida completamente disoluta, no se entiende separada o abandonada, pero siguiendo la lógica creemos viuda y que desde entonces busca desesperadamente encontrar un hombre. Al principio creeremos que busca un padre para Andy, pero luego caeremos en cuenta que no cuando le deja claro a su pareja pasajera que no puede meterse con su hijo. De esta forma, el guion sí profundiza en la crisis emocional de la mujer que lleva a ignorar por completo a su hijo y centrarse en la búsqueda de una pareja estable, involucrándose en relaciones tóxicas y/o destructivas, que tienen por supuesto a su hijo como antagonista (ya sea porque extrañe a su padre y no acepte su reemplazo y/o no le agraden las parejas de su madre), como vemos en la secuencia en que les cuenta a sus nuevos amigos sobre la inestabilidad amorosa de su madre.

Ello se traduce en un círculo vicioso con una joven mujer tratando de controlar el barco en la tormenta, con poco atino, por cierto, y un preadolescente huraño, solitario y algo antisocial, que en honor a la verdad no quiere nada, como era de esperarse. Este aspecto, trabajado burdamente en mi opinión, pero presente, también nos lleva a una lamentable realidad moderna, que es la de muchos padres intentando “deshacerse” de la exigencia de atención que sus hijos les demandan. A juzgar por la construcción del personaje de Karen, creo que se trata más de ello, que en realidad no busca ayudar a su hijo en su precaria adolescencia sin una figura paternal que lo convenza, sino en mantenerlo contenido. Ello justificaría que al final el muchacho acepte al muñeco robótico como un “amigo”, establezca una amistad muy débil con una pareja de muchachos de su edad y un policía solterón que aún vive con su madre en el edificio y vecindario. No sé si contará como crítica social, pero a juzgar por las secuencias, se podría decir que hay elementos críticos sobre las relaciones modernas entre padres e hijos y el rol de los dispositivos electrónicos y de inteligencia artificial.

Con todo, y quizás en uno de los pocos aspectos a destacar, “Child’s Play” (2019) tiene brutales escenas sangrientas, a pesar de ser muy mezquinas. Por supuesto, dichas secuencias se verán aderezadas por un correcto y divertido sentido del humor negro, un elemento que a la franquicia nunca le ha faltado y que Klevberg afortunadamente no elimina. De las cuatro muertes del film, las dos primeras son realmente grotescas. Primero, la del novio de Karen (que luego sabremos tiene una familia constituida) y que acaba con las piernas rotas después de una caída y con la cabeza molida por una cortadora de césped, sin olvidar la jugarreta de la cara desollada y puesta en una sandía que se pasea por los departamentos del edificio. Y la segunda que es quizás el mejor momento del film, cuando Chucky le da su merecido al obeso y voyerista encargado de mantenimiento del edificio donde vive Andy y su madre, al navajearlo a gusto, quemarlo y hacer caer sentado en una sierra de madera para terminar descuartizado. Lo demás demasiado convencional.

Muchos criticaron al pequeño Alex Vincent por su papel de Andy Barclay en la original, a veces por su poca expresividad y en otras por su excesiva gritadera en sus parlamentos, pero Gabriel Bateman (“Lights Out”, 2016) no se queda atrás. Con el aditivo que es un actor preadolescente, la verdad no genera el más mínimo sentimiento de empatía en el espectador. Aubrey Plaza (Serie “Parks and Recreation”, 2009-2015), conocida por sus roles de comediante, encarna a la madre de Andy y resulta tan insoportable como su vástago, por su falta de instinto maternal y sus trabas emocionales. Y ya que estamos en tiempos de inclusividad forzada, convierten al policía original en un afroamericano que vive con su madre, encarnado por Brian Tyree Henry (“Jocker”, 2019). Los amigos de Andy fueron interpretados por Beatrice Kitsos como Falyn y Ty Consiglio como Pugg. David Lewis (Serie “Hope Island”, 1999-2000) como Shane, el novio casado de Karen; Tim Matheson (Serie “El Ala Oeste de la Casa Blanca”, 1999-2006) como el fundador y presidente de Kaslan, empresa que fabrica los muñecos, y Trent como Redekop como el obeso electricista voyerista completaron un reparto esencialmente de formación televisiva, intrascendente e insípido. Más intrascendente sería incluso la participación de Mark Hamill, el legendario Anakin Skywalker, quien pone voz a Chucky.

El rodaje de “Child’s Play” (2019) comenzó el 17 de septiembre de 2018 y terminó el 8 de noviembre del mismo año en Vancouver, Canadá. Las tomas adicionales y retoques digitales se realizaron entre el 15 y 16 de diciembre de 2018, y abril de 2019. Con un presupuesto de US$10 millones y una recaudación de más de US$45 millones, fue un éxito de taquilla y recibió críticas mixtas. Se rumoreó una secuela, sin embargo, no se ha materializado hasta la fecha, especialmente después del estreno de la Serie “Chucky” (2021-2022) de Don Mancini, quien contratacó al éxito del film, retomando la esencia de la franquicia con el reparto clásico de la franquicia, es decir, Brad Dourif, Jennifer Tilly, Alex Vincent y Fiona Dourif.

El compositor de música para series de TV y videojuegos Bear McCreary compuso la partitura inspirada en los ¨orígenes de Chucky en la juguetería¨ con pianos de juguete, zanfonas, acordeones, guitarras de plástico y otamatones, entre otros.

En resumen, una película que si bien tiene buenas intenciones para contribuir en la reelaboración del concepto narrativo de la franquicia, tiene un guión horrible, personajes planos y sin personalidad, un diseño demasiado irrespetuoso con el pasado y lo más importante, un villano tan insípido e inexpresivo como lo que justamente es, un androide autoconsciente.

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Sorpresón este reboot de la saga ¨Childs Play¨ por el que casi nadie daba dos duros y que probablemente haya callado algunas bocas entre ellas la mía.

Sin duda destaca por ser un reboot bien planteado, no es copiar y pegar sino actualizar la historia a los tiempos que corren, es decir, menos magia negra y más tecnología por lo que el resultado es una mezcla de ¨Black Mirror¨ con ¨Terminator¨ con toques de humor negro y buenas dosis de sangre y burradas varias.

El nuevo Andy es perfecto para el papel, así como sus amigos y ese edificio de barrio de clase baja. Además siempre es una gozada ver a Aubrey Plaza hacer lo que sea. Quizás se eche algo en falta los chascarrillos que Mancini aportaba y puede que el nuevo diseño de Chucky no sea del agrado de todos, para ser honestos es feo como insultar a una madre, pero el conjunto funciona muy bien.

Por una vez espero que no se queden solo en una parte sino que quizás decidan dar a luz a una nueva serie de películas, porque aquí hay más potencial que el seguir sacando secuelas y secuelas cada vez más alejadas de la original.

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Un reboot que debió haberse trabajado más, mucho más.
El Chucky de esta entrega me parece muy menor al que todos conocemos, el de antes daba miedo, este da risa.
El argumento no deja tampoco mucho al imaginación. Prácticamente, no hay ninguna escena que sea memorable (en e buen sentido).

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La vi con expectativas ya que soy muy fan de la saga.
Es un producto que ha sabido venderse muy bien. Ponerle cara y nombre a un muñeco ya conocido, pero con una trama que se aleja del todo a lo ya visto. Puro marketing, si hubiera sido otro muñeco con tal historia no hubiese tenido tanta expectación, pero visto lo visto, ha funcionado.
Aquí encontraremos a Andy, un niño que convive con su madre Karen y esta trabaja en una tienda de juguetes. El regalo de cumpleaños es el muñeco ¨Buddi¨, pero que contiene algo muy maligno dentro de él.
La historia se centra más en un muñeco muy innovador que se adapta a la época actual, con una nueva estética del muñeco y alejada de los ritos y del vudú a los que nos tenían ya acostumbrados.
El metraje entretiene, tiene partes bastante interesantes pero no originales. El problema es que no muestra nada nuevo y el final se me hizo un poco cansino, pero me informé y leí que esta idea era la original de Tom Holland y la ha querido llevar ahora a cabo. Me alegro que en su día partiera por la otra idea, ya que es mucho mejor que esta.

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Lars Klevberg nos trae el reboot del mítico Muñeco Diabólico, más conocido como Chucky, creado por Don Mancini. En primer lugar se nota que han actualizado y renovado al muñeco para las nuevas generaciones, pese a que la cinta transcurra en los 80`s, pero aún así, pierde su encanto. Sinceramente me ha entretenido, y siempre da gusto ver a este asesino tan mítico, y aunque tenía pocas expectativas, se queda muy lejos de ser una gran película como lo fue el clásico.

Las actuaciones, están correctas y cuentas con un decente reparto, en primer lugar tenemos a Gabriel Bateman como Andy Barclay, si bien no esta mal, en ocasiones se me hace muy repelente, Aubrey Plaza como Karen Barclay, de lo mejorcito, de las actuaciones más rescatables y alegra la vista, por otro lado tenemos la voz de Mark Hamill como Chucky, está genial, Brian Tyree Henry, está genial y también de lo poco rescatable, por último tenemos a David Lewis, poco rescatable y odioso, Beatrice Kitsos y Ty Consiglio, correctos y puro relleno.

El guión, es simplón y aunque es difícil no comparar la cinta con el clásico, en esta ocasión, optan por renovar al querido Chucky, dejando de lado la posesión por un espíritu malvado y vengativo, por ser más autónomo, y confiriéndole una inteligencia artificial malvada, perturbadora y asesina. En los tiempos que corren, veo lógico el cambio, pero también pierde encanto de lo que fue en su momento, en cierto modo, el cambio no me molesta si hubiera sido una buena película, pero como optaron por lo fácil, se quedo en medio camino y con un potencial desperdiciado. La historia se centra en la corporación multimillonaria Kaslan, que ponen a la venta el muñeco Buddi, un muñeco revolucionario de alta tecnología y con inteligencia artificial para acompañar a sus dueños, excepto uno que desactivan su protocolo de seguridad, otorgándole fallos y una violencia inexplicable. El ritmo está bien, mantiene el nivel y la hace entretenida y amena, y con una trama muy básica y que apenas aporta nada, siendo uno de sus puntos más débiles y que intentan tapar y arreglar con varios actos de violencia, siendo esté uno de sus puntos fuertes y que cuenta con varias escenas destacables, y punto menos destacable es la nueva apariencia de Chucky. Los efectos están bien, la fotografía es buena, el montaje correcto, los escenarios están bien y la música acompaña adecuadamente. El final muy predecible, pero también es de lo mejor del film y dejándola abierta a una posible secuela.

Película recomendable, entretenida, no se hace pesada, duración corta, reboot actualizado y muy alejado del clásico y merece la pena echarle un vistazo.

Mi puntuación: 6 de 10.

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El Muñeco Diabólico es una pelicula de terror que se estreno en el 2019. Esta dirigida por Lars Klevberg y protagonizada por Aubrey Plaza, Gabriel Bateman, Brian Tyree Henry y Mark Hamill es la voz de Chucky.
Karen Barclay es una madre soltera que le regala a su hijo Andy un muñeco por su cumpleaños sin ser consciente de la naturaleza maligna que esconde en su interior.

Es cierto que la saga de Chucky merece tener rápidamente un reinicio pero tampoco de esta forma, aquí nos ha llegado el reboot de Chucky, un reboot que se ha estado planeando desde hace rato y que hasta ahora vio la luz, valió la pena la espera, pues yo creo que no, esta nueva versión de Chucky me ha resultado muy decepcionante aunque igual no esperaba la gran cosa, aquí Chucky ya no es el muñeco asesino que todos conocemos, no es el Chucky bocon que se la pasa con su cuchillo ni nada de eso, aquí tenemos a un Chucky mas tecnológico, puede controlar un millón de aparatos y esa es la nueva forma de matar a la gente aunque si nos ponemos a echar cabeza por lo menos es mejor pelicula que Seed Of Chucky y no es la peor de todas, al menos es entretenida, tiene su gracia, tiene mucha violencia y siento envidia por el pendejo de Andy al tener una madre como Aubrey Plaza que por cierto esta bastante buena.

Vamos a ver, no le veo muchas cosas positivas a la pelicula pero una de ellas son las muertes, pues me parecieron brutales con mucha sangre como debe ser y pues eso me gusto mucho, viendo mas no hay nada mas para destacar en ella porque primero que todo porque la nueva trama con los muñecos Buddi con alta tecnología no me parece tan llamativa, las actuaciones estan poco convincentes, Aubrey Plaza pasa sin pena ni gloria y el Andy que es interpretado por el actor Gabriel Bateman no me gusto para nada, ademas esta como un poquito grande o es mi parecer. Los personajes secundarios son de lo peor que haya visto, tenemos a Mike Norris siendo interpretado por Brian Tyree Henry, esta desaprovechado y no es tan importante en la historia.

El nuevo Chucky tiene un diseño o una apariencia bastante horrorosa, no me gusta el rostro y esos labios me parecen de lo mas horrible que haya visto en mi vida, lo unico que le puedo salvar es que el muñeco cuenta con la voz de Mark Hamill, el legendario Luke Skywalker que tambien ha doblado al Joker en las peliculas animadas de Batman.

Lamentablemente no tengo muchas cosas buenas para hablar sobre esta nueva versión del malvado muñeco Chucky, si acepto que la pelicula pues me ha entretenido durante toda la duración pero termine de verla y me ha dejado un mal sabor de boca y viendo como le fue a la peli en taquilla probablemente tengamos una secuela que espero mejore a esta porque en si no me ha parecido un fiasco pero tampoco es una pelicula buena ni mucho menos aceptable.

En definitiva El Muñeco Diabólico me ha parecido una pelicula muy pobre, de Chucky solo tiene el nombre porque estamos ante un reboot para las nuevas generaciones, no hay voodo ni muñecos poseídos ni nada, solo un muñeco que fue maliciosamente reprogramado que aprendió malas mañas gracias a una pelicula de La Masacre De Texas. No es recomendable pero de todos modos échenle un vistazo ya sea para pasar el rato, ahora esperemos la serie y la nueva pelicula de la saga original que ya se esta tardando demasiado.

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Aca tenemos un reboot completo del ya famoso icono de terror o sea Chucky pero con grandes cambios,desde pasar a ser un muñeco que cobra vida a ser uno que con cierta forma es una inteligencia artificial ademas del gran cambio de voz.

Vemos a un Chucky que va aprendiendo a cada paso que va tomando la pelicula,aprendiendo de todo lo que ve o todo lo que le va enseñando Andy hasta llegar un punto donde Chucky toma todo a su manera empezando a matar.
Entre los protagonistas son pocas las caras conocidas salvo las de Aubrey Plaza como tambien ultimamente la de Brian Tyree Henry.
Tiene buenas muertes,muy sangrientas, eso es un buen punto en la pelicula.

Ahora lo tenemos a Mark Hamiil como la voz de Chucky,por mas que senti que no lo hizo mal creo que igual se lo extraña mucho a Brad Dourif.

Me ah gustado esta nueva vercion

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Como reboot está muy bien ya que es como una actualización de la pelicula de 1989 a los tiempos que corren, un Chuky más cibernetico, en la primera cinta era un muñeco que cobraba vida cuando un espiritu se le metia y en esta última es con un microchip, tiene inteligencia artificial, y se ve espeluznante, no es un simple juguete como lo pintan, lo que más me gustó es la interacción del muñeco con los humanos, a medida que se desarrolla la trama va adquiriendo conciencia propia y las muertes que provoca son producto de las enseñanzas que adquiere, quizás le falte la originalidad de aquella pero en suspenso y humor negro mantiene el nivel.

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Para mi gusto muy inferior a la original, intentando adaptar a los tiempos modernos, pero eso no ha sido suficiente para superar al original.
Los actores carecen de carisma, el guion muy flojito, la dirección muy por debajo del original.
La dirección muy flojita, carece de personalidad propia y eficiente.
Demasiado larga y aburrida aunque la vi hasta el final.
Versión descafeinada que carece de la mala leche del original , Parece un telefilm, recomendable sólo si estás muy aburrido/a.

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